Chile: Plan Maestro Hídrico propone crear una política permanente de sequía en la región

18 julio 2013

El subdirector general de Aguas, Guillermo Madariaga, destacó la iniciativa llevada a cabo en la región y señaló que servirá como ejemplo para otras zonas del país.
Fotografía: Andrea Cantillanes

En marzo de 2011 la empresa Conic BF Ingenieros se adjudicó la realización del estudio “Diagnóstico Plan Maestro para la gestión de recursos hídricos, Región de Coquimbo” a través del cual, en el plazo de un año, deberían elaborar un informe en el que se especificarían las necesidades y la demanda de agua en la zona, instrumento de planificación que servirá como guía para las futuras inversiones en esta materia y que tendría un costo cercano a los $350 millones de pesos.

Tras el análisis de todos los datos existentes en esta materia, ayer esta consultora entregó a las autoridades, encabezadas por el intendente, Mario Burlé, el subdirector general de Aguas, Guillermo Madariaga y el seremi del rubro, Luis Cobo, los resultados de dicho estudio en el cual efectúan una serie de propuestas y acciones públicas y privadas que se deberían concretar en el corto, mediano y largo plazo en la zona, para administrar de mejor forma el uso del agua.
Para ello se estudiaron las 3 principales cuencas de la zona, es decir, Elqui, Limarí y Choapa, además de otras tres subcuencas como Los Choros, Pupío y Quilimarí. En todas ellas los estudios se enfocaron en seis ejes que son la disponibilidad hídrica; calidad del agua; infraestructura; eventos extremos; ambiental; institucional y funcional.
Diversas fueron las propuestas efectuadas por los especialistas. Entre ellas destaca la necesidad de establecer un Plan de Sequía permanente. Damaris Orphanopoulos, asesora especializada de Conic BF, explicó que es necesario actuar antes y no como se hace hasta ahora, que existen reacciones cuando ya existe la escasez hídrica.“Esto permitiría una preparación, estar listos para cuando esto ocurra y trabajar para tener muy claro qué hacer ante este evento”.
En ese sentido, el estudio destaca que existen en la región fuentes de agua a las que se puede recurrir para estos efectos y que aún no se han visto afectadas. “Respecto de las fuentes que se pueden explotar, destacan fundamentalmente los acuíferos, antes de entrar a desalar agua de mar, que en esta región todavía no se ve como lo más necesario hasta el minuto. Esto conllevaría además a construir pozos donde en este momento no existe y efectuar los convenios con privados que permitan explotar estos pozos”, precisa.
Para ello, señala la especialista, el agua subterránea se vuelve fundamental “y tiene que estar expedito para cuando aumente la sequía, de hecho, el agua subterránea es un complemento muy bueno para el agua superficial y se puede usar en la medida que no se deterioren los acuíferos y eso ocurre en muchas partes de esta región. En sequía es una fuente primordial”, recalca.

LA CIFRA

350

millones de pesos fue la inversión que se requirió para efectuar este estudio hídrico en la región

Por otro lado, este estudio recomienda además seguir en la línea de la construcción de embalses pero, sobre todo, la inversión en tecnificación de riego en las tres provincias. “Se debe invertir en revestir los canales, hacer un riego adecuado y deficitario, incluso, muchas veces acceder a los acuíferos, ampliar los canales. Por eso nuestra recomendación es que se pueden hacer embalses, pero no es lo más urgente ni lo primero, porque si no es rentable no se puede llegar y recomendar”.
En el caso de los embalses, destacan los proyectos en Pama, Combarbalá y Cogotí y además proponen una nueva infraestructura hídrica en Río Hurtado, aunque recalcan que deberá estar sujeto a análisis para ver si se hace rentable la inversión, es el caso también de la opción de construir un embalse en el Estero Derecho, valle de Elqui. “Lo importante es tenerlos disponibles cuando hay sequía. En el caso de Estero Derecho y Río Hurtado, aún se pueden manejar sin embalses. Ellos aspiran a contar con estas infraestructuras si se los regalan, pero si tuvieran que pagarlos les complica, porque son obras muy caras, ahí ya no es rentable, hay que estudiarlos muy bien. Hay muchas cosas que se pueden hacer antes de construir un embalse, por eso otra de las recomendaciones es seguir invirtiendo en la tecnificación del riego en todos los valles”, plantea.

MÁS Y MEJOR INFORMACIÓN. El estudio detectó además que se debe perfeccionar la calidad de la información existente para prever acciones más concretas. “El agua es cada vez más escasa y la demanda más fuerte, ante eso, para las mediciones que estamos realizando se necesita que haya más estaciones que midan la nieve disponible, estaciones pluviométricas a media cuenca, para tener mejor control y conocimiento del recursos. Todo lo que sea estaciones de medición es algo que sirve y que necesariamente tenemos que proponer. No estamos diciendo que lo que haya es malo, pero va a necesitarse más”, indica.
También en materia normativa se debe efectuar un “rayado de cancha”, dice Damaris Orphanopoulos, pues a la fecha no están muy claras las atribuciones que tiene cada cual. “No es que falte normativa, sino que hay poca experiencia con la ley, muy ligada a la intervención, es decir, yo aplico un decreto de escasez para intervenir algunas juntas de vigilancia, pero no todavía para explotar ciertas fuentes y eso hay que ir abriéndolo, porque las necesidades lo indican. Para eso falta conocimiento, saber cuánto es lo que tenemos, cuál es la tecnología, establecer una comunicación”.
Si bien este estudio no establece los montos de inversión que se requieren para implementar cada una de estas medidas, la investigadora sostiene que “no debiera ser tanta, yo creo que perfectamente las instituciones se pueden adaptar a eso y destinar una parte a este tema. Muchas cosas son convenios, gestión. Aquí hay una lista enorme de acciones que las instituciones pueden empezar a efectuar, hay tarea para todos”, puntualiza.
Lo importante, dice, es que en base a los antecedentes se pueda estar preparado. “La sequía en una fuerza que nos impulsa a avanzar. Cuando se acaba, generalmente todos se quedan ahí y no se hace nada más, pero debiéramos aprovechar para avanzar sobre todo en el conocimiento y la gestión”, señala.

18 de julio de 2013
Fuente: El Día