El ‘Niágara mexicano’, en ruinas

19 abril 2016

El Santo de Juanacatlán hace tres décadas, en un fotograma proporcionado por Tecolote Films

El cauce de El Salto “está lleno de tóxicos industriales, lixiviados de las basureras e innumerables descargas y desagües de drenajes de los pueblos establecidos a las orillas del río Santiago, que nace en el lago de Chapala y rodea Guadalajara antes de llegar al océano Pacífico”.

Ese río era nombrado por los antiguos indígenas como Chicamahuapan o Fuerza de 9 ríos.

En París, Resurrección, dirigido por el mexicano Eugenio Polgovsky ganó el Premio especial del jurado del 33 Festival Internacional de Cine del Medio Ambiente. Se trata del certamen más antiguo del mundo dedicado al cine y el medio ambiente.

En un texto enviado por mail, Polgovsky comenta sobre esta historia de tintes trágicos: “Era nuestro Niágara mexicano, la séptima cascada mas grande del mundo. Era el orgullo de los pueblos a sus orillas, El Salto y Juanacatlán, y muchos otros más como Tololotlán, de los pueblos mas antiguos de Jalisco y por donde hoy fluyen en sus calles de piedra antigua los jugos de la basura, los lixiviados de la basurera que esta a sólo un kilometro y cuyos jugos de basura llegan a sumarse a todas las formas de contaminación que entra al río.”

Abunda: “Hay un descontrol absoluto en las formas de contaminación y muchas cortinas que hablan de una realidad que no tiene nada que ver con lo que esta sucediendo en los pueblos a las orillas del río Santiago. Hay una situación trágica desde hace una generación, numerosos niños están enfermos de insuficiencia renal, las personas padecen cánceres muy agresivos y hay una niña que tiene una enfermedad extremadamente rara en la piel y que vive a 500 metros del río. El agua la tierra y el aire están altamente contaminados. Hay devastación, el paisaje se borró.”

Sin embargo, cuenta Polgovsky, realizador de los documentales Trópico de cáncer y Los herederos, que de estas cenizas y devastación, nace la esperanza en la lucha pacífica de una familia ejemplar y el colectivo Un Salto de vida: héroes anónimos que hoy son una cascada humana, sana y transparente de esperanza y energía vital. “Ellos defienden su vida con la palabra, con la inteligencia, con la comunicación y el diálogo. En un acto de sobrevivencia porque las aguas tóxicas a pesar de todas las leyes, palabras, reglamentaciones, spots y proyectos políticos, siguen igual”.

Polgovsky trabajo durante tres años al lado del colectivo Un Salto de vida, fundado por la familia Enciso para producir este largometraje, junto con el apoyo de Instituto Mexicano de Cinematografía, Piano producciones (Julio Chavezmontes) y Tecolote Films.

En la ceremonia de París, el director fue acompañado por dos fundadores del colectivo, el protagonista Enrique Enciso y José Rafael Enciso, quienes viajaron desde El Salto para emitir su mensaje en defensa del medio ambiente de los pueblos de Jalisco y de la salud de sus habitantes, animales y plantas.

Fueron ovacionados por mas de 300 personas en la sala 1 del Cinema des Cineastes.


19 de abril de 2016
Fuente: La Jornada
Nota de Juan José Olivares

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