El acceso al oro azul o la quimera de un derecho para todos
24 marzo 2008Fuente: CubAhora Revista Informativa
ASTRID BARNET
Más de mil millones de personas amanecen cada día sin un vaso de agua potable para beber, otras mil 600 millones no cuentan con servicios de saneamiento adecuados y mueren como resultado de esta alarmante realidad que genera, entre otras situaciones, problemas económicos a corto y largo plazos, principalmente para las naciones pobres.
Muchos especialistas vaticinan una crisis e incluso contiendas armadas como consecuencia de esta situación, teniendo en cuenta que el ser humano necesita diariamente al menos cinco litros de agua para beber y otros 25 para su higiene.
Así, mientras un francés emplea 150 litros diarios y un estadounidense 425, para los habitantes de las zonas áridas de Asia y de África Subsahariana son accesibles cantidades ínfimas de este recurso; el 62 por ciento de los africanos no posee instalaciones sanitarias o retretes adecuados o, en el peor de los casos, no tienen acceso a este líquido.
"Cada 20 segundos muere un niño como consecuencia de las pésimas condiciones de saneamiento que padecen unos dos mil 600 millones de personas en todo el mundo, lo que arroja la cifra de 1,5 millones de jóvenes vidas truncadas —en su mayoría niños menores de cinco años de edad—, por una causa que sabemos perfectamente bien cómo prevenir", revela un informe reciente del secretario general de Naciones Unidas.
Y algo aún más dramático es que para el logro de los Objetivos del Milenio para el 2015, el acceso por parte de millones de habitantes del mundo al también llamado oro azul ya se vaticina como una quimera.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
La mayor parte de la superficie del planeta está cubierta por agua, el 97,5 por ciento es salada y solo el 0,26 de la dulce es accesible, porque el resto está congelada en los polos o sumergida a grandes profundidades. Pese a ello y a la crisis que sufren millones de personas en el orbe con el agua, el Banco Mundial promueve su privatización con el argumento de que "debe tratarse como un producto más del subsuelo que debe ser explotado por capitales privados".
A esto habría que agregar que la llamada hidromafia extiende sus tentáculos en el mundo con el objetivo de privatizar y controlar el consumo y utilización de este elemento vital a partir del apoyo de entidades como la Organización Mundial del Comercio, e instituciones financieras internacionales, como el citado Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Dos empresas transnacionales norteamericanas, Bechtel y Monsanto, ya controlan el vital líquido en varios países, a la vez que otras dos de capital europeo, Vivendi y Suez, se están adueñando del acceso al agua potable de más de cien millones de personas en el planeta.
En el año 2000, por ejemplo, el FMI obligó a 16 gobiernos de naciones subdesarrolladas —altamente endeudadas con los bancos multilaterales desde hace años—, a privatizar el uso y consumo del agua. Entre estos países están Angola, Benin, Guinea-Bissau, Honduras, Nicaragua, Nigeria, Panamá, Ruanda, Santo Tomás y Príncipe, Senegal, Tanzania y Yemen.
Hay que recordar que en las primeras civilizaciones antiguas de Asia, África y América Latina tuvieron lugar los primeros esfuerzos cooperativos para desarrollar la agricultura de regadío en los valles de ríos. Gracias a las técnicas de riego, estas sociedades llegaron a controlar y manipular las fuentes naturales de este líquido para mejorar la producción agrícola, consiguiendo asegurarse, en muchos casos, un suministro abundante de alimentos. Así nacieron las primeras aldeas agrícolas, la división del trabajo y los excedentes económicos.
Especialistas de Naciones Unidas destacan que el 80 por ciento de la tierra agrícola del mundo se cultiva con agua de lluvia, que contribuye a la vez en un 60 por ciento a la producción de alimentos, por lo que "se pueden fortalecer los cultivos con agua de lluvia y mecanismos sostenibles para retener el agua, recargar depósitos o recargar las aguas subterráneas y terraplenes. En lugar de construir represas incosteables, se podría con ese presupuesto reparar tuberías, modificar cisternas o hacer campañas para el ahorro y buen uso del recurso en el mundo entero".
No habría problemas con el agua si, entre otras medidas, las empresas transnacionales limpiaran la que contaminan; si desapareciera el abuso de agroquímicos que benefician a las corporaciones que los producen, y si se frenara la deforestación de las plantaciones de monocultivos a gran escala y la tala indiscriminada de millones de hectáreas de bosques para satisfacer al mercado del papel malgastado por las naciones ricas.
EN CUBA
"Mejorar la calidad en la cultura de saneamiento del país y su estructura interna constituye un desafío grande para todos los profesionales, técnicos y para el gobierno del país", explicó recientemente el doctor Jorge Marín García, director de Cuencas Hidrográficas e Hidrología del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Cuba.
En conferencia de prensa auspiciada por la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU), el dirigente significó que en nuestro país, del 57 por ciento de sus recursos hídricos naturales aprovechables, están disponibles mil 900 metros cúbicos anuales de agua por persona, "mas Cuba es vulnerable a los cambios climáticos al ser un ecosistema insular (archipiélago), por lo que hay que reanalizar también el impacto de esos cambios sobre los recursos hídricos que se manifiestan, por lo general, de forma negativa en el mundo".
Marín García calificó además como retos para científicos y técnicos de la esfera "la necesidad de incrementar la disponibilidad de agua en las zonas del oriente del país, donde la situación se presenta más crítica; evitar el deterioro de su calidad; brindar solución al tratamiento y disposición adecuada de las fuentes contaminantes (que actualmente no la tiene); reducir los costos y lograr la sostenibilidad de los sistemas de tratamiento de residuales.
"En suma, cuestiones como el saneamiento constituyen un problema al que hay que dar solución y, en esto debe y tiene que estar involucrada la población en general", concluyó el especialista.
El oro azul es un bien no negociable e inapreciable, un derecho humano, que no puede comprarse con el poder del dinero. Solucionar los problemas relacionados con él requiere de buena voluntad y, en especial, de justicia y cordura por parte de los gobernantes de todas las naciones del globo.
Día Mundial del Agua
Del 3 al 14 de junio de 1992 se celebró en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Uno de los temas de mayor importancia analizados en ella fue la necesidad de aplicar criterios integrados para el aprovechamiento, ordenamiento y uso de los recursos de agua dulce del planeta, en función de proteger su calidad y garantizar su suministro. Este punto se conoce como el Capítulo 18 de la Agenda 21. Los participantes en aquella reunión acordaron proponer a Naciones Unidas que considerara la posibilidad de proclamar un Día Mundial del Agua, con el objetivo de que en todos los países del mundo se realizaran actividades para promover la educación de los usuarios del preciado líquido en lo referido a su uso, ahorro y conservación. Ese mismo año, la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 22 de marzo de cada año como el día de conmemoración. En Cuba, se celebra desde 1993.
La Asamblea General de la ONU declaró a 2008, Año Internacional del Saneamiento. En consecuencia, este 22 de marzo se hará énfasis en cuestiones relacionadas con la higiene.
Según datos de UNICEF, para el 2015 unos mil 500 millones de habitantes en el mundo carecerán de saneamiento ambiental, casi dos de cada cinco personas.
24/03/2008