Actívate por Puebla apuesta a concursos para rescatar el Atoyac

01 junio 2012

01 de junio de 2012
Fuente: La Jornada de oriente
Note de Javier Puga Martínez

 

En la imagen, trabajadores recogen con cubetas
aguas negras del río para regar el pasto y las
plantas de un jardín del Paseo Ribereño

Mientras que el problema de la contaminación en el río Atoyac no parece tener una solución, al menos en el corto plazo, la organización Actívate por Puebla le apuesta a los concursos para motivar que la sociedad y los gobiernos “dejen de ser indiferentes” con este afluente.

Ayer, el integrante de esta organización, Carlos Anaya, evitó hacer cualquier crítica hacia los gobiernos federal y estatal, pues a pesar del fétido olor que emana el río y de las aguas negras que transporta, continúa sin haber una intervención directa de estos gobiernos para rescatarlo.

Anaya, quien también forma parte del grupo llamado “Atoyaqueros”, que busca la limpieza y conservación de este cuerpo de agua, agradeció la participación de mil personas en el concurso “Da la cara al Atoyac” que tiene el objetivo de “crear conciencia” entre los habitantes de la capital de proteger el río.

Sin embargo, cuando se le preguntó su opinión sobre el trabajo de la Comisión Nacional del Agua y de la Secretaría de Sustentabilidad y Ordenamiento Ambiental (SSAOT) en el Atoyac, señaló desconocer qué están haciendo estas dependencias al respecto. Hace dos años, este y otros jóvenes de esa organización recorriendo en balsas el Atoyac, donde descubrieron descargas residuales, incluso clandestinas, de empresas y fraccionamientos residenciales las cuales, reconoció, aún existen.

Indicó que hasta antes de su movimiento las autoridades y la población en general no tenían ningún interés en este río de la capital poblana; sin embargo, subrayó que al menos por parte del gobierno estatal se construyó el “Paseo Ribereño”, el cual consideró como un importante avance.

A dos kilómetros de donde se encontraba Anaya, una descarga de aguas negras vertía miles de litros al río Atoyac, cuya superficie estaba llena de una espuma gris. En la orilla, unos trabajadores recogían con cubetas aguas negras del río para regar el pasto y las plantas de un jardín del “Paseo Ribereño”, que aun no cumple un mes de inaugurado, pero ya presenta deterioros en la pista de trote y sus cámaras de vigilancia no sirven.

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