Zimapán,  Hidalgo (10 de agosto de 2008).-   Todos los basureros de México operan fuera de la norma 083-1993 modificada en 2003, por lo que además representan un foco de infección que se han extendido fuera de estos centros de confinamiento, aseveró Ramón Ojeda Mestre, ex secretario general de la Corte Internacional de Arbitraje Ambiental.

"Si no ha podido con lo menos que es lo más fácil, cómo va a poder controlar los cementerios tóxicos donde se tienen que instalar tubos parta captar lixiviados y gases. Hay que controlar la parte nociva, los taludes y los sismos", dijo Ojeda al presidir la reanudación de las asambleas públicas.

Ojeda Mestre advirtió que muchas empresas extranjeras sólo vienen a tirar su basura y luego se van.

También expuso los casos que, según dijo, afectaron al medio ambiente en Ecatepec, donde una empresa de automotores dejó tirados todos sus desechos; en el Bordo Poniente, el cual ya terminó su vida útil; en Citrart en Hermosillo y en Guadalcázar, en San Luis, Potosí.

El especialista ambiental explicó que hay muchos ejemplos por lo cual, dijo, no se puede ser tan ingenuo de creer que en Zimapán, sí van a cumplir.

"Escogieron un pueblo pobre, necesitado donde pensaron que todo iba a ser muy fácil, pero no será así y tenemos que hacer cumplir la ley", pidió el activista.

Ojeda Mestre sostuvo que si las autoridades en la materia, ni los gobiernos estatales o municipales han podido meter a la norma a los tiraderos, menos podrán hacerlo con un confinamiento de residuos industriales, químicos y peligrosos como el que, dijo, construye Befesa.

"Ojalá que la Profepa, ponga atención a lo que está pasando en Zimapán, si bien el de Befesa es un negocio personal para que lucren unos cuantos, los habitantes también tienen todo el derecho de luchar por su tierra, por su vida y por su salud", insistió.

Durante su intervención en la asamblea, el ambientalista fue tajante al plantear que si la defensa del corporativo español, dependiente del Grupo Abengoa, asegura que con el confinamiento no habrá riesgos para la población, entonces planteo ubicar la planta en Los Pinos o cerca del Rancho Fox o en la tierra de Calderón o de Mouriño.

Ojeda aceptó que los confinamientos son necesarios, pero estos deben estar dentro de las propias industrias donde se generan.

"No es justo pues tal parece que ese es el castigo a la pobreza y a la marginación, eso no es correcto ni ético ni ecológico, los residuos peligrosos deben manejarse en donde se producen, en este caso si Pemex produce residuos peligrosos ahí que los maneje, si la CFE maneja ascareles que ellos los manejen", recalcó.

Los planteamientos de Ojeda Mestre fueron expuestos ante unos mil quinientos opositores al confinamiento del cementerio tóxico que pretende abrir la empresa española Befesa.

Durante la reanudación de las asambleas públicas en la plaza principal de este municipio de la Sierra Gorda de Hidalgo, los opositores y activistas acordaron darle un giro a la lucha para evitar de manera definitiva su apertura.

Apoyados por representantes de los sindicatos de Electricistas, del Seguro Social, de Telefonistas de México e inclusive del sindicato del Gobierno de Querétaro a través de su secretaria general, María del Carmen Gómez Ortega, originaria de Zimapán, los activistas sostuvieron que tratarán de impedir la apertura del tiradero.

Al grito de "no están solos, no están solos" unos 50 electricistas nutrieron con su apoyaron la concentración frente a la Alcaldía del lugar y a través de su líder estatal, Luis Espinoza, ofrecieron el apoyo de más de 40 mil electricistas.

Luego de tres horas de asamblea, los líderes y sus seguidores lanzaron una advertencia al Gobierno federal, del Estado y a las autoridades de la Semarnat.

"Ni la represión, ni todo el dinero de Befesa, ni todo el poder de los gobiernos va a poder detener a Zimapán", mencionaron los inconformes.