Agua, ambiente y salud
10 abril 2021Redacción: agua.org.mx
En el año 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución por la cual se reconoce que el derecho al agua potable y al saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y del resto de los derechos humanos, como el de la salud y el de un medio ambiente sano. Pese a ello, a nivel mundial gran parte de la población aún carece de agua y saneamiento gestionados de manera segura y se reconoce que la degradación ecológica presenta grandes tendencias negativas[1] [2].
Para poder cumplir con el goce de estos derechos interdependientes, es indispensable que el agua para consumo humano se encuentre libre de contaminación (adición de cualquier tipo de sustancia o forma biológica que lleva a la alteración de la calidad del agua al punto de restringir e impedir su uso), de lo contrario, los efectos negativos a la salud van desde enfermedades gastrointestinales, efectos a largo plazo como cáncer y retraso en el desarrollo físico y neurológico, hasta la muerte[3] .
Especialmente en los países en desarrollo, como resultado de la escasez de agua (falta de recursos hídricos suficientes para satisfacer a la población además de la falta de acceso a servicios de agua seguros), muchas personas se ven obligadas a beber agua de fuentes no tratadas, como arroyos o ríos locales que presentan algún tipo de contaminación, ya sea química, biológica o ambas[3] . Se estima que cada año aproximadamente 829,000 personas mueren de diarrea por haber bebido agua no segura o por falta de un saneamiento e higiene. Estas causas representan el 60 % de todas las muertes por diarrea en el mundo e incluyen a cerca de 300,000 niños menores de 5 años[4] .
La fuente de contaminación de agua más frecuente y cuyos efectos pueden desencadenar graves problemas a la salud de la población es el agua residual, dado el contenido de materia fecal, patógenos y químicos tóxicos[5]. A nivel global se calcula que el 80% de todas las aguas industriales y municipales se vierten al ambiente sin ningún tipo de tratamiento previo, cuyo efecto no sólo es dañino para la salud de los seres humanos, sino provoca la degradación de los ecosistemas y con ello, a su vez, limita la capacidad de estos de brindar servicios ambientales (beneficios que la sociedad obtiene del correcto funcionamiento de los ecosistemas), como el agua de buena calidad[4].
En América Latina y el Caribe, la proporción media de aguas residuales que se tratan de forma segura se sitúa por debajo del 40%, y alrededor de una cuarta parte de los tramos fluviales de la región presenta contaminación de distintos patógenos, representando un gran riesgo para la salud social y ecológica[4].
Es necesario que se asuma la interdependencia entre el derecho humano al agua, a la salud y a un medio ambiente sano. Además de incrementar los esfuerzos por proveer a la población de servicios de agua potable y saneamiento seguros, se requiere aumentar significativamente los volúmenes de agua residual tratada y su reúso, evitar un impacto negativo sobre los ecosistemas y promover su restauración.
FUENTES:
[1] Un-Water. (2021). Summary Progress Update 2021: SDG 6- Water and sanitation for all. Recuperado de : https://www.unwater.org/publications/summary-progress-update-2021-sdg-6-water-and-sanitation-for-all/
[2] Gligo, N., Alonso, G., Barkin, D., Brailovsky, A., Brzovic, F., Carrizosa, J., … & Villamil, J. J. (2020). La tragedia ambiental de América Latina y el Caribe. CEPAL.
[3] Forde, M., Izurieta, R., Ôrmeci, B., Arellano, M., & Mitchell, K. (2019). Agua y salud. Calidad del Agua en las Américas, 29.
[4]Un Water-UNESCO. (2021). Informe mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2021. El valor del agua. Datos y cifras
[5] Maier R. M., Pepper I. L., C. P. Gerba (2009). En vironmental Microbiology. Cambridge, Mass: Elsevier (Academic Press). Recuperado de https://booksite.elsevier.com/samplechap ters/9780123705198/Sample_Chapters/01~ Front_Matter.pdf