En opinión del ingeniero Adrian Trotman, los fuertes aguaceros registrados desde la semana anterior en Trinidad y Tobago, Jamaica, Antigua y Barbuda, Barbados, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Granada no representan el fin de la temporada seca en estos estados.

La falta de precipitaciones obligó a los gobiernos de esas islas, las más azotadas por el fenómeno, a implementar programas de emergencia para racionalizar el abastecimiento público y controlar de manera eficaz el consumo del agua.

Para Trotman, esas y el resto de las naciones caribeñas deben extender las medidas que limitan el uso del líquido sólo a fines domésticos esenciales y actividades agrícolas hasta mayo, cuando el centro regional emitirá nuevos pronósticos.

Asimismo, consideró prematuro hablar del inicio del período lluvioso aunque existan las condiciones propicias para la ocurrencia de más chubascos en los próximos días.

Las recientes precipitaciones provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra en los países mencionados sin dejar, hasta la fecha, pérdidas humanas y materiales.

En la mayoría de los estados del Caribe, la actual sequía ha provocado una considerable reducción de las cosechas agrícolas, afectaciones en los principales sectores productivos por el bajo grado de humedad que presentan sus suelos y numerosos incendios.

Barbados, por ejemplo, ha combatido más de mil fuegos en arbustos secos este año en comparación con 361 en el mismo período del 2009.

Mientras, expertos indican que la escasez de lluvias ha elevado la temperatura del mar y, en consecuencia, favorece la formación de huracanes destructivos en la venidera temporada ciclónica, con augurios de 16 a 18 tormentas tropicales, cinco de máxima intensidad.