Agua: ¿Incompetencia o corrupción?

17 septiembre 2015

Esta premisa ha sido la punta de lanza del proyecto neoliberal para justificar el saqueo de los recursos naturales de nuestro país, una mentira miles de veces repetida por quienes cubren las espaldas de los grandes intereses de potencias económicas extrajeras. Y no con ello no quiero decir que la corrupción no esté presente en el gobierno, ni que éste sea totalmente eficiente, más bien que las transnacionales no están exentas de corrupción, ni de ser incompetentes en la atención al ciudadano. De hecho las grandes empresas son las más corruptas y lacerantes para el país. Un ejemplo de ello es la privatización del agua.

Desde 1992 con Carlos Salinas de Gortari como Presidente de la República, se aprobó la Ley Nacional de Aguas, lo que significó la entrada de intereses empresariales sobre el líquido, haciendo a un lado a los ciudadanos sobre el manejo y uso del agua, a la par de la firma del Tratado de Libre Comercio y la reforma al artículo 27 constitucional que permitió la venta de casi mil paraestatales durante el sexenio de Gortari. Todo ello bajo la lupa de los E.U.A. En el caso del agua lo demuestra un informe secreto de Andrew Marshall, consejero del pentágono filtrado a The Guardian en el año 2004, en el cual alerta sobre la escases del agua en próximos años y la necesidad de prevenir la crisis hídrica para Estados Unidos de América, señalando que debía prepararse para “apropiarse del agua”, “allí donde esté y cuando sea necesario”. No es casualidad que el Banco Mundial ofrezca jugosos préstamos al gobierno de México en proyectos de “modernización de sector del agua y saneamiento”, con el fin de privatizar y recuperar el costo total del líquido, es decir retirarle el apoyo gubernamental y que se vuelva un negocio. De ahí que en varias ciudades de país se ha intentado implementar este modelo, tales como: Distrito Federal, Saltillo, Aguascalientes, Cancún, Puerto Vallarta y Puebla. Y donde al igual que en países como Chile, Uruguay, Argentina, Bolivia ha sido un total fracaso, ya que las tarifas aumentan hasta un 200% y, el servicio y calidad del agua no mejoran. Dichas empresas responden a intereses de quienes controlan el mercado mundial del agua, que son 10 multinacionales: Veolia (190 países), Suez(130 países), Bouygues-Saur, RWE-Thames- Water, Bachetel- Utilities y Enron-Asurix.

La desnacionalización de uno de los recursos más importantes de México se hace lentamente y en condiciones de “contratos” para ceder una función del Ayuntamiento en manos privadas, tal es el caso de Puebla con “Aguas de Puebla” donde ya se ha constatado el grave problema de las altas tarifas y la incompetencia de la empresa. Y más recientemente el caso del municipio de Ocotepec donde la fundación Living Water International, quiere hacerse cargo de la red de distribución del agua, dicha empresa ligada a una de las tres multinacionales más grande en venta de agua embotellada; Coca – Cola, y donde sus directivos se encuentran en la industria petrolera estadounidense.

Estos contratos han sido firmados y acordados “en lo oscurito” excluyendo la opinión de la población, lo que lleva a pensar que sobornar a un funcionario púbico, como un presidente municipal, representa una inversión para estas empresas que buscan “apropiarse del agua” ante una próxima crisis hídrica. Espero que no dejen de emerger ciudadanos que demanden transparencia y participación en estos asuntos, de lo contrario la corrupción motivada por los intereses de empresas multinacionales y la incompetencia de nuestras autoridades continuarán con la mentira de la privatización como una opción a los problemas de la población.

17 de septeimbre de 2015
Fuente: e-consulta
Nota de Joshue Uriel Figueroa