Aguas del Pixquiac, contaminadas con arsénico y coliformes, según estudio UV

19 junio 2013

Esto es el resultado de los estudios que llevó a cabo el Observatorio del Agua para el Estado de Veracruz, ABCC de la Universidad Veracruzana, cuya coordinadora del trabajo fue María del Socorro Menchaca Dávila.

La propia investigadora reconoció que el llevar a cabo estos estudios ha sido complejo, no sólo por el trabajo de campo que han tenido que realizar, sino incluso por las trabas gubernamentales que se han encontrado al llevarlo a cabo, pues incluso por darles a conocer resultados a las dependencias, se les han cerrado los accesos a las fuentes de información.

Es por ello que han tenido que buscar a través del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) y a diversos estudios de campo para poder contar con los elementos y las variantes para hacer sus estudios.

De acuerdo con los estudios que se llevaron a cabo, el agua del río Pixquiac se encuentra contaminada por coliformes –bacterias presentes en las heces humanas y de animales–, debido a la presencia de drenajes y la ausencia de plantas de tratamiento adecuadas, así como por arsénico, debido a lo que se le resta calidad a esta agua para el consumo humano.

Esto genera una reducción en la disponibilidad del agua para su consumo humano, pues las condiciones en que se encuentra la hacen un riesgo para la ingesta, ya que contiene elementos y bacterias peligrosas.

La investigadora en la ponencia que dio en el Foro Estatal Sociedad, Desertificación y Estrés Hídrico, explicó que la cobertura de drenaje en la zona de influencia del Pixquiac es insuficiente, al grado de que sólo el .82 por ciento de las aguas son tratadas, muchas de las cuales van a parar a ríos o a los mantos freáticos que pudieran alimentar al cauce.

Otro de los problemas que presenta este río, que es uno de los abastecedores de agua para la capital del estado, es la pérdida forestal, pues la tala de los bosques que ayudan a la captación del agua en la temporada de lluvias han generado una pérdida del líquido.

Recordó que lamentablemente la disponibilidad del agua ha sido alterada, de ahí que “la disponibilidad real no coincide con su disponibilidad natural”, es decir que la que se extrae es más de la que puede soportar la cuenca.

Aunado a esto no existen planes de conservación o restauración en los ecosistemas y la presión sobre este recurso hídrico en la parte baja de la cuenca es muy fuerte para poder mantener un equilibrio.

En este sentido, insistió en que se necesitan políticas públicas y planes de manejo eficientes, pero sobre todo acciones contundentes e inmediatas para poder garantizar que este río continúe existiendo y siendo una fuente de abasto del líquido que se necesita por la población, sin que esto represente un problema ambiental.

18 de junio de 2013

Fuente: La Jornada