Analizan efectos del arsénico en la salud

16 junio 2011

* En nuestro país, mucha gente está expuesta al arsénico, un elemento tóxico y carcinógeno, en el agua potable, principalmente

16 de junio de 2011
Fuente: El Universal

En nuestro país, mucha gente está expuesta al arsénico, un elemento tóxico y carcinógeno, en el agua potable, principalmente. Por eso, científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) de la UNAM estudian sus efectos en el organismo.

“Recientemente se ha detectado que, en bajas concentraciones, el arsénico tiene efectos neurotóxicos, además de carcinogénicos. En niños que consumen agua contaminada con él se han encontrado problemas de memoria y aprendizaje. Ahora buscamos los mecanismos por los cuales induce neurotoxicidad”, comenta la doctora María Eugenia Gonsebatt, del Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental del IIB.

En un modelo experimental se trató a ratones con arsénico y se observaron sus efectos en diferentes regiones de su cerebro. Se sabe que este elemento aumenta el daño oxidante a proteínas y al material genético.

“Si descubrimos cuál es el mecanismo por el que se produce la oxidación y cuál es la respuesta del cerebro y otros tejidos, podríamos estimular en los humanos esas vías de respuesta o inhibirlas o apagarlas para evitar ese daño”, apunta la investigadora.

El envejecimiento es un ejemplo de la oxidación en el organismo. Nos oxidamos simplemente porque respiramos oxígeno. Pero el organismo ha desarrollado mecanismos para eliminar el daño producido por la oxidación.

“Tenemos enzimas y proteínas antioxidantes, y también desarrollamos moléculas que actúan como antioxidantes. Muchas frutas y verduras que forman parte de nuestra alimentación contienen antioxidantes”.

En dosis altas, el arsénico inhibe la función de las enzimas respiratorias, entre otras, y produce la muerte; en dosis bajas se puede acumular en el organismo. Cuando alguien consume arsénico crónicamente, su organismo no alcanza a eliminarlo y se va acumulando y causando daño oxidante en él.

En México hay varias regiones donde se consume agua contaminada con arsénico. En ellas, las personas están expuestas a dosis no muy altas, por lo que se van intoxicando día a día.

En dosis bajas, los efectos del arsénico no se detectan fácilmente y no suelen aparecer hasta unos 20 años después; en dosis más elevadas se observan en menos tiempo. Hay individuos más sensibles al arsénico como los niños.

La norma mexicana establece que 25 microgramos de arsénico por litro es lo máximo que puede tener el agua potable. Esta concentración está muy arriba de la norma internacional, que recomienda 10 microgramos por cada litro de agua.

“En algunas poblaciones de la Comarca Lagunera y en Torreón, Coahuila, grupos de personas consumen agua con concentraciones de arsénico más altas que las establecidas en la norma oficial”, indica Gonsebatt.

Al pasar por regiones donde hay yacimientos de arsénico, el agua se contamina de manera natural. En Durango, Coahuila, Hidalgo y Guerrero se localizan sitios con agua contaminada con arsénico porque los pozos, profundos o superficiales, están contaminados.

“El arsénico actúa como oxidante; oxida proteínas y el ADN. Al oxidar el ADN, daña el material genético e induce cáncer. Sin embargo, no sabemos cuál es el primer paso, el segundo, el tercero… en este proceso. El camino completo hasta el cáncer no se ha podido describir”, explica Gonsebatt.

En las poblaciones expuestas al arsénico se han visto daños en el ADN, la piel y el sistema inmune de las personas.

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