Fracking, cambio climático y derechos humanos: un análisis de las afectaciones en territorio totonaco (CEMDA)
21 febrero 2024
21 de febrero 2024
Fuente: CEMDA
Autores: Yoatzin Popoca Hernández, Anaid Velasco, Loni Hensler, Luz Coral Hernández,
Giselle García Maning, Ximena Ramos Pedrueza Ceballos
Año de publicación: 2022
La crisis climática es uno de los principales retos que enfrentamos como humanidad hoy en día. La alta
complejidad de factores que ha contribuido a que los seres humanos podamos alterar los ciclos
climaticos, lo caracterizan como una “problematica perversa” (inglés: wicked problem; Ludwig, 2001)
que es muy difícil de resolver. Por su característica de ser un fenómeno global, se suelen buscar
soluciones también a nivel global con congresos y acuerdos internacionales, que se busca aterrizar en
un nivel nacional y local. Esta política de “arriba hacia abajo” corre el riesgo de no visibilizar los factores que contribuyen a la generación de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel local, además de que hay una tendencia de no tomar en cuenta la voz de los pueblos y comunidades indígenas (Echart, 2017; STACCWG, 2021).
Esto es especialmente grave considerando que la crisis climática se caracteriza por la desigualdad: no todas las personas la generamos de la misma manera (causantes desiguales), ni tampoco vamos a
estar afectados de la misma manera (afectaciones desiguales). La mayor contribución de GEI la generan los países del norte global con una visión occidental de desarrollo, así como las industrias
extractivas, mientras que las afectaciones son más graves en zonas vulnerables por las condiciones socioeconómicas marginadas (Nazrul Islam and John Winkel, 2017). Las comunidades indígenas ubican claramente que la crisis climática está vinculada a una cosmovisión occidental con valores utilitaristas en relación con la naturaleza.
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