Las acuaporinas, el agua y la salud.

05 noviembre 2007

Las proteínas que regulan el paso de agua a las células podrían curar enfermedades. 

De acuerdo a las investigaciones de Peter Agre, Premio Nobel Peter Agre, el organismo dispone de su propio sistema de fontanería y una de las piezas básicas son las acuaporinas, proteínas que funcionan como «canales» por donde el agua pasa al interior de las células.

Por ejemplo, durante la ola de calor que hace dos veranos asoló Europa y que provocó el fallecimiento de muchos ancianos, sobre todo en Francia, éstos tenían un cuadro en el que estaba implicada la sensación de sed, la capacidad de concentración de la orina y la capacidad de sudar; en estos procesos están implicadas las acuaporinas, por tanto, puede decirse que en estas personas fallaron.

Curar enfermedades

El investigador ha centrado sus esfuerzos en conseguir que en el futuro las acuaporinas se puedan emplear para curar ciertas enfermedades, entre las que pueden encontrarse desde la sequedad de ojos hasta los edemas cerebrales (acumulación de líquido) tras un infarto cerebral o problemas renales.

Cabe señalar que se han descubierto acuaporinas en el mosquito que produce la malaria y, si se consigue controlar la acuaporina, se podría controlar también al mosquito. En la misma línea, es importante poder controlar las acuaporinas del cerebro para que no se produzca un edema cerebral. De acuerdo a la opinión del investigador, ya que las acuaporinas están descubiertas, queda por delante el reto de poder utilizarlas en química.

 

Los hábitos del hombre

De momento, el mecanismo por el que estos canales permiten la entrada o salida del agua en las células no se puede controlar. Únicamente se puede actuar, en cierta forma, sobre una acuaporina que se encuentra en el riñón. Así, se sabe que cuando se bebe mucha agua se produce un gran volumen de orina debido a que la acuaporina del riñón no trabaja. Por el contrario, cuando una persona realiza deporte y necesita conservar el agua, las acuaporinas del riñón se ponen en funcionamiento. Como consecuencia, el riñón reabsorbe más agua y la orina es más concentrada. Es así como se mantiene el agua en el organismo. Este complejo sistema está regulado por una hormona que se produce en el cerebro y que vigila la hidratación en el organismo.

Algunos comportamientos del hombre, como beber poca o mucha agua, pueden modificar el funcionamiento de las acuaporinas. Además, hay otros factores, tales como los cambios de altitud y el clima tropical, que también están implicados en la regulación de su función. También hay fármacos corticoides, como los empleados para tratar el asma, que aumentan la presencia de acuaporinas en los pulmones. En cualquier caso, lo más recomendable es seguir las señales del cerebro, respecto a si tenemos sed o no, como un indicador del grado de hidratación del organismo y sus necesidades.

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Autor(es): diariodenavarra.es

 

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