Chapala alcanza su mayor recuperación desde 1979

28 septiembre 2007

Ocho Columnas
2007-09-28 9:59 am

 

Entre julio y septiembre el lago de Chapala ha recuperado 1.70 metros en su nivel de almacenamiento, que equivalen al caudal (170 millones de metros cúbicos) que le extrae la Zona Metropolitana de Guadalajara al año para su gasto. Hace quince años no había tenido tal recuperación, que al iniciar octubre y faltando varias semanas de lluvias en la cuenca del río Lerma -su principal abastecedor de agua- lo ubican en la cota 95.60, con cinco mil 408 millones de metros cúbicos embalsados (eran cuatro mil 356 en septiembre de 2006).

Aquello del «sube y baja» atribuido al ciclo histórico de Chapala, vuelve a presentarse por segunda ocasión en este siglo. En 2001 y 2002 bajó el nivel del lago a poco más de mil millones de metros cúbicos (13%), se recuperó entre 2003 y 2004 con un temporal intenso, 2005 y 2006 fueron de lluvias medianas, y según afirma Felipe Tito Lugo, un reconocido hidrólogo, «estamos ante la gran posibilidad de que el lago vuelva a llenarse si tenemos un temporal similar el año próximo».

Su pronóstico lo basa en el registro histórico del «sube y baja» de 1900 a 2006, que muestra secuencias de años secos y años abundantes de lluvias. En ese lapso, 1955 fue el peor año al bajar el lago a menos del 10 por ciento (999 millones de metros cúbicos) y 1979 fue el último en que se llenó al almacenar siete mil 897 millones de metros cúbicos (cota 97.80).

Cuenca anegada. La disputa por el agua del río Lerma entre Jalisco y Guanajuato es cosa del pasado. La sequía de 1999 a 2002 confrontó a campesinos y gobernadores. «Agua para producir, no para Chapala», fue un grito de guerra de los guanajuatenses que hoy están anegados por el diluvio que cayó sobre El Bajío. Al cerrar septiembre la Comisión Nacional del Agua (CNA) reportó al 105% de almacenamiento las presas de la cuenca Lerma (la más importante del país en razón de su valor histórico, económico y político), que para evitar riesgos tienen semanas desfogando excedentes que desembocan en Chapala.

De ahí el enorme caudal de agua que entra al lago por los ríos Lerma y Duero, más de 100 metros cúbicos por segundo (fue mayor a los 200 la semana anterior) pero ha llovido con intensidad en la cuenca propia. A ello se atribuye la «culebra» que pegó en un cerro, causando estragos en la población de San Juan Cosalá.

Benéfico para el agro. El secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, evalúa el actual temporal con más beneficios que perjuicios y resalta el huracán «Elleen». Al 20 de septiembre las autoridades del ramo contabilizaban medio millón de hectáreas cultivadas en nueve entidades como pérdida total, siendo las del sureste y el Golfo de México las más afectadas.

En La Huasteca, por ejemplo, que incide en San Luis Potosí, Veracruz y Tamaulipas, las lluvias han sido las más copiosas desde 1974 y dejaron daños en el inventario agropecuario que llevará años resarcir. Hay ríos como el Pánuco, el Coatzacoalcos y el Grijalva totalmente desbordados (otros, como el Lerma, están por hacerlo), habiendo causado destrozos y pérdidas materiales por cientos de millones de pesos.

El último reporte de daños al sector agropecuario, del Centro Nacional de Prevención de Desastres, precisa 543 mil hectáreas de cultivos que fueron afectados y tres mil 678 piezas de ganado que se perdieron. Se considera que hay 12 mil agroproductores perjudicados en seis estados (Campeche, Chiapas, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí), faltando la evaluación del resto del país, pues también ha llovido fuerte en el centro de la república y en la zona del Pacífico. En Michoacán hay tres mil 456 hectáreas de cultivos de temporal siniestradas.

En Jalisco también ha llovido intensamente (como fue en 1992, 1997 y 2003), pero los estragos en el campo no han sido importantes. Aquí lo importante es que las presas estarán a plenitud al final de año y habrá agua suficiente para los próximos ciclos agrícolas. Según el reporte de la Secretaría de Desarrollo Rural el impacto es mínimo viendo que las presas más importantes de la entidad están llenas.

Cíclico. En tanto la Comisión Nacional del Agua insiste en que no se trata de un temporal inusitado y mucho menos sin precedentes, ya que responde a la variante de ciclos históricos, los ambientalistas dicen que es consecuencia del calentamiento global (efecto invernadero). Alberto Legorreta, investigador del Movimiento Ecologista Mexicano, sustenta a todo esto que los fenómenos climatológicos sí perdieron su equilibrio y cita que en el caso de México puede verse en las áreas donde antes no llovía, en las áreas donde había grandes precipitaciones y hay erosión, y no olvida que entre 1970 y 2000 el país perdió 800 mil hectáreas de bosques y selvas.

«Las disparidades de las lluvias provienen de esos y otros factores», es lo que afirma Legorreta.

Aguas de retorno. Otro aspecto de las intensas lluvias de este año a decir de investigadores como Dante Loza, del Colegio de Michoacán, y el doctor Manuel Guzmán, del Instituto de Limnología de Chapala, es que «lavarán» a fondo las tierras de cultivo provocando el fenómeno que se conoce como «aguas de retorno», que causa una mayor contaminación de los cuerpos de agua (ríos, lagos, presas, etcétera) y los acuíferos al arrastrar a ellos los agroquímicos que se emplean.

Loza asevera que este proceso ha incrementado el índice de nitratos y de eutrificación del agua en lagos como Pátzcuaro, Cuitzeo y Chapala. «En consecuencia se afecta la fauna de los embalses y los nitratos son un abono excelente para el desarrollo de vegetación nociva, como son el lirio, el tule, la pelusa; sin contar los desechos de origen industrial o metales pesados».

Manuel Guzmán adelanta que estos lagos y muchas presas se llenarán pronto de malezas por el fenómeno de las «aguas de retorno». Chapala está recibiendo más de 140 metros cúbicos de agua por segundo de su principal aportador, el río Lerma, pero también están ingresando por el cauce toneladas de lirio que en años secos crecieron en las márgenes de afluentes, presas y bordos.

El Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) coincide con esas apreciaciones de académicos, pero agrega que también va a aumentar la turbiedad del agua y por ende la cantidad de azolve en los embalses (Chapala es un caso peculiar), pero lo atribuye a otro fenómeno que es la erosión de las cuencas hidrológicas por la desforestación.

 

Sitio Web (URL) http://www.ochocolumnas.com.mx/news/NIN070928_07.html

Autor(es) Guillermo Gómez Sustaita
Otras Palabras Clave Lago Chapala, recuperación, lluvias, cuenca del Lerma, cuenca anegada
Palabras clave de Geografía Jalisco

 

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