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China busca supervivientes de los deslaves

09 agosto 2010

PEKÍN (Reuters) – Llantos de duelo se elevaban el lunes sobre una localidad del noroeste de China golpeada hace dos días por un torrente de lodo, mientras la gente sacaba los cuerpos llenos de barro de sus parientes de entre las ruinas y la cifra oficial de muertos se disparaba.

La cifra de muertos del desastre en Zhouqu, un estrecho valle de la provincia de Gansu, pasó el lunes de 137 a 337, según un funcionario local citado por la agencia local de noticias Xinhua.

Es seguro que ese número aumentará más, con otros 1.148 residentes desaparecidos y posiblemente enterrados bajo el lodo y las rocas que cubren buena parte de la ciudad.

Los equipos de rescate y los familiares equipados con palas, azadones y cuerdas trabajaban en más de dos kilómetros de tierra devastada para cavar en las casas, que han quedado llenas de barro tras el torrente que se abatió el sábado por la noche desde las laderas que rodean Zhouqu, una localidad de 40.000 habitantes.

“Hay unos 20 miembros de mi familia ahí debajo”, dijo Zou Jianglian, que se había apresurado a volver desde la cercana Wuwei, donde trabaja, para buscar a su madre, su padre, su hermano pequeño y otros parientes desaparecidos desde el desastre.

Casi 1.500 personas han muerto ya en otras zonas del país en inundaciones y deslaves producidos por meses de lluvias torrenciales, según el Ministerio de Asuntos Civiles.

Los familiares de los desaparecidos en Zhouqu ascendían a pie a la zona del desastre, algunos ayudando con los trabajos de excavación mientras otros miraban con desesperación.

Las esperanzas aumentaron cuando una mujer de 74 años fue hallada con vida el lunes por la mañana, según la agencia oficial Xinhua. Había quedado atrapada en un apartamento en un cuarto piso, y no en los edificios bajos casi repletos de rocas y barro.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, visitó por segundo día la ciudad, que aún tiene dos tercios inundados, y pidió a los equipos de rescate y los supervivientes que no abandonen, según imágenes mostradas en la televisión estatal.

En el pueblo más afectado no quedaba ni una sola estructura en pie, aunque los equipos de rescate dijeron no haber perdido la esperanza.

“Probablemente haya ocho personas enterradas debajo de este sitio”, señaló el soldado Luo Siyuan, que estaba ayudando a buscar supervivientes en la ciudad de Zhouqu.

“Es posible que no puedan sobrevivir después de tanto tiempo, pero no les abandonaremos. Puede ser una buena forma de mostrar nuestro respeto por los muertos”, añadió.

Mientras, grupos de ingenieros tratan de volar una barrera de lodo y rocas en un intento de drenar un lago que se ha ido formando más arriba en el curso del río Bailong.

Ante el pronóstico de más lluvias para esta semana, podría ocurrir una nueva tragedia si esta presa natural cediera, desencadenando un nuevo flujo de lodo. Como medida de precaución se ha evacuado a miles de personas.

HOGARES Y VIDAS BARRIDAS
La masa de barro y rocas cubre al menos 300 casas bajas, según los medios estatales, mientras que los edificios más altos se veían derribados o con partes destrozadas.

Los suministros imprescindibles escasean, con comida, agua y tiendas atascada en vehículos que se han quedado varios cientos de metros del lugar.

“Necesitamos más comida y agua. Ahora estamos sin suministros de luz y agua”, dijo Yuan Manhong, un superviviente de 24 años.

En los últimos años, China ha desplegado los recursos de su poderoso Gobierno central para luchar contra una serie de desastres naturales -inundaciones, terremotos y corrimientos de tierra- ganando apoyo popular tanto para el Ejército como para el Gobierno.

Los expertos han dicho que la avalancha, que arrastró barro y escombros durante cinco kilómetros, podría haber sido causada por terrenos más vulnerables a fuertes lluvias tras una sequía reciente y el terremoto de 2008 en Sichuán, que podría haber debilitado las montañas.