Ciudad de México: Valoran manto profundo
22 octubre 201221 de octubre de 2012
Fuente: Reforma
Nota de Alejandro Ramos
De lograrse el hallazgo de agua a 2 mil metros de profundidad, no sólo se garantizaría el abasto para las próximas décadas, sino que se frenaría el hundimiento de la Ciudad al dejarse de extraer el líquido dulce a 60 o 300 metros, coincidieron los geólogos Eduardo Juayek Sotelo y Marco Alfonso González.
Ambos expertos llevan un año y 4 meses asesorando los trabajos de perforación que realiza la compañía Emaja, cuya meta prevén lograr a mediados de noviembre próximo.
“Al haber una separación entre los acuíferos, tenemos que el acuífero confinado a mayor profundidad va a permitir no molestar ya al manto superficial, y de esta forma se evitará en los próximos años que la Ciudad se siga hundiendo”, expuso Juayek Sotelo.
González aseguró que los resultados obtenidos a mil 806 metros de profundidad son exitosos, pues arrojan muestras de potenciales hallazgos de agua dulce.
“Este proyecto que impulsa el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) es viable y viene a comprobar lo que otros expertos documentaron hace 50 años, ya establecieron que en el Valle de México existen tres acuíferos a mayor profundidad. Y estas hipótesis las estamos comprobando al descubrir dos, uno de ellos de gran potencia, que siendo optimistas, debería garantizar un abasto por más de 100 años”, indicó González.
Juayek Sotelo argumentó que el pozo experimental de San Lorenzo Tezonco, en Iztapalapa, abre una clara opción de sustentabilidad para el Valle de México y, a la vez, es una alternativa para evitar que la Ciudad se siga hundiendo con agrietamientos en el subsuelo, pues ya no se extraería agua con acuíferos superficiales, tal y como ocurre ahora.
En noviembre de 2003, el investigador de la Universidad de Oxford, Mike Edmunds, reveló a REFORMA que a más de 2 mil metros de profundidad se encuentra en la región oriente del Valle de México un acuífero con agua dulce sin contaminantes externos, aunque sí con algunas sales.
Edmunds dijo entonces que llevaba más de 20 años estudiando el subsuelo del Valle de México y que las evidencias encontradas indicaban la existencia de reservas de agua mucho más grandes en la región y de mayor calidad.
Ahora en la zona de exploración, a un costado de la Central de Abasto (Ceda), el personal del SACM, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), del Instituto de Geología de la UNAM y expertos de diversos organismos monitorean la obra y analizan las muestras de material extraídas cada 2 metros de avance de la perforación profunda.
Al respecto, Ramón Aguirre, director general del SACM, precisó que las fases de la misión son encontrar agua a 2 mil metros de profundidad y, al hallarla, determinar su calidad y la cantidad disponible.
“Tenemos reportes técnicos y científicos de que vamos bien y que parece sí estamos encontrando la potencial fuente de abasto que garantizará la sustentabilidad hídrica para la Ciudad y zona metropolitana para siguientes décadas.
“Esta es la última opción que tiene la Ciudad de México para obtener agua de una fuente subterránea a gran profundidad. Las otras alternativas son traer líquido de cuencas externas a un costo político, social y ambiental muy alto”, enfatizó Aguirre.
El funcionario aclaró que el pozo de San Lorenzo Tezonco es de estudios y es más caro que los convencionales, pues hasta la fecha se han invertido cerca de 60 millones de pesos.
“Está costando el equivalente a 15 o 20 pozos de los normales (que extraen agua a 80 o 300 metros de profundidad), pero estamos hablando de un pozo profundo que si llega a dar agua resultará más económico que exportarla a la Ciudad de otras cuencas como de Tecolutla o Pánuco, lo cual sería de miles de millones de pesos, sumado a los impactos ecológicos y sociales”, precisó.
Aguirre adelantó que de lograr el objetivo central, entonces se programaría la perforación de otros dos o tres pozos más a la misma profundidad.
“Estamos cambiando la historia del abastecimiento de la Ciudad, aunque hay que precisar que este proyecto no es una solución definitiva al problema de desabasto en la región, ya que la explotación de la nueva fuente tendría que acompañarse con programas intensivos de ahorro de agua y tratamiento de aguas residuales para reutilizarlas”, puntualizó el director del SACM.