Comuneros de Atlapulco extorsionan en Lerma

08 junio 2010

8 de junio de 2010

Por Luz María Noriega

Unas cuatro horas permaneció cerrada la carretera México-Toluca, por una manifestación de comuneros del municipio de Lerma, quienes exigen el servicio de agua potable. El Sol de Toluca

LERMA, Méx.- Ya inició la “guerra por el agua”, sentenciaron habitantes de las comunidades de Cañada de Alferez, Xochicuautla, San Mateo Atarasquillo, Atarasquillo y Santiago Analco, quienes denunciaron que desde hace dos semanas les cortaron el abastecimiento, lo cual afecta a 80 mil habitantes de estas comunidades.

Explicaron que “es desesperante la situación, ya que nadie cuenta con el líquido, ni escuelas, ni casas”, y acusaron a habitantes de Atlapulco de lucrar con el agua, pues “pretenden que se les pague 5 millones de pesos”.

Tras culpar al alcalde Fidel Castillo Ambriz de “un problema que se puede resolver en cinco minutos”, de acusarlo de “que se esconde” y ocasionar un caos vehicular por el bloqueo que duró cerca de tres horas, el presidente municipal de Lerma tuvo que presentarse.

En una fonda a la orilla de la vialidad que fue abarrotada por Manuel González Espinoza, representante del gobierno estatal, el edil con su cabildo, los quejosos y uniformados -que no consumieron nada-, los inconformes dieron rienda a sus quejas, e incluso, amenazaron que de no resolverlo vuelven a cerrar la carretera, y pidieron que “no nos obliguen a hacer cosas más fuertes, ya que el hambre y la sed hacen que los pueblos…..”.

Eduardo López, Norberto de la Cruz y Eleazar Colín afirmaron que es insostenible la situación, pues “la gente se está muriendo de sed, por lo que se requiere de una acción inmediata”.

Sostuvieron que se trata de un problema añejo en donde cada trienio los habitantes de Atlapulco chantajean a las autoridades, les piden exorbitantes sumas de dinero -el gobierno anterior pagó 2.5 millones y al actual le pidieron 5, ahora no se quieren bajar de 3.5 millones de pesos- y por ello se quedaron sin servicio.

Dijeron que los 12 gobiernos anteriores siempre pagaron, que tenían un manantial que daba 150 litros de agua por segundo y se los redujeron a 5 litros por segundo, y lo más grave es que debido a que le quitaron un tramo a la tubería toda el agua se desperdicia.

“Las pipas que nos mandan son totalmente insuficientes; algunas personas deben acarrear el líquido más de dos kilómetros, además de que los más de 300 restaurantes que hay en la carretera y otros negocios se roban el líquido que nos corresponde”.

Ante la avalancha de quejas, González Espinoza, representante del gobierno estatal, se comprometió a que ayer mismo negociaría con los habitantes de Atlapulco y, que de ser necesario, se incrementaría el presupuesto al municipio para resolver el problema.