Consumen 2 mil agua envenenada

11 mayo 2009

REDACCIÓN
NOTA PUBLICADA: 5/10/2009

Fuente: Periódico AM

Más de dos mil habitantes de dos comunidades de Celaya toman diariamente agua contaminada con metales pesados como el arsénico y el plomo.

La Comisión de Salud en el Ayuntamiento tiene detectado que el agua de la comunidad de Jáuregui y San Isidro de la Concepción está contaminada con metales pesados, informó el regidor Noel Luna.

“En Jáuregui y San Isidro de la Concepción, el agua tiene sustancias no aptas para el consumo humano, pero en esta última ya se está dotando de una planta potabilizadora.

Los habitantes de estas comunidades dicen que toman agua “amarilla” todos los días, la cual está contaminada con metales pesados que ponen en peligro su vida”.

Sin embargo, aunque no lo informó el Regidor, se ha dicho desde la Administración pasada que también hay agua contaminada en otras zonas.

Y es que el agua que distribuyen los pozos de las comunidades sobrepasan los niveles de arsénico y plomo que puede ingerir un humano.

Hasta el momento, las autoridades municipales han promovido la compra de plantas potabilizadoras (cada una con un costo de 800 mil pesos).

En la comunidad de San Isidro de la Concepción viven al menos mil 500 personas cuyas posibilidades económicas no siempre les permiten comprar agua purificada.

Y no serviría de mucho la planta potabilizadora cuando el problema es que el agua se extrae a grandes profundidades de un pozo que está contaminado, expresó Luis Godinez Mota, delegado de la Comunidad.

Hasta el momento lo único que se ha hecho es alertar a la ciudadanía sobre los riesgos que conlleva utilizarla para el consumo humano o la elaboración de alimentos.

Las mujeres y niños son las principales personas susceptibles a los contaminantes de estos cuatro pozos.

Según la Organización de Naciones Unidas, uno de cada seis habitantes en el mundo no tiene acceso a agua potable. En las comunidades mencionadas, esta cifra mundial adquiere un sentido particular y muy cercano, ya que nadie cuenta con agua potable, pues todas sus fuentes tienen elevadas concentraciones de plomo y arsénico.

Aún así el regidor Noel Luna consideró que no es grave la situación, pues apenas son unos miligramos de metales pesados que sobre pasan la norma de salud y que no se han presentado casos de personas intoxicadas.

Sin embargo, la constancia de ingerir agua contaminada con metales pesados ocasiona, entre otras enfermedades, diarreas -en particular en los niños- anemia, úlceras, gastroenteritis, meningitis, cólera y tifoidea.

La doctora particular Paulina Arredondo, señaló que la exposición crónica a aguas envenenadas por metales tóxicos han contribuido, a lo largo de los años y de manera silenciosa, graves afecciones en la salud de los pobladores, como anencefalia (bebés que nacen muertos por carencia de cerebro), cáncer, parálisis parcial o total, abortos espontáneos, convulsiones y pérdida de conciencia similares a diagnósticos epilépticos.

Entre otras anomalías, hiperpigmentación cutánea (ennegrecimiento de partes como abdomen, extremidades, cara, lengua o labios; cuando el caso es extremo, el labio inferior se gangrena y se cae), explicó.

Hasta ahora todo indica que la aparición de estos metales en esta zona no es por actividad humana, como minería o explotación del subsuelo, sino que su origen es de tipo natural, es decir, por contacto del agua con estos minerales.