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Crisis del agua = crisis alimentaria

Fuente: La Crónica

En la creciente discusión acerca de la inminente crisis alimentaria que nos va a afectar a todos los humanos, no he leído ni visto ni oído argumentos que liguen lo obvio, pero incómodo, de la crisis en la producción de granos con la subyacente crisis del agua.
Pareciera que la crisis de alimentos que se nos viene encima tiene más que ver con la producción de biocombustibles gramíneos que han elevado los precios por de sobredemanda de maíz y trigo, que con las verdaderas condiciones ecológicas en los campos del planeta.
Una crisis como la que se avecina tiene más que ver con la especulación de los brokers de Chicago que perciben que por los subsidios a los biocombustibles en los Estados Unidos se desviarán grandes corrientes de maíz a la producción de etanol, que con la verdadera disponibilidad de alimentos.
En la segunda parte de este artículo le presentaré, querida, querido lector, mis argumentos a este respecto, empezando por la diferencia, que tampoco se ha discutido seriamente en el escenario mundial, entre el etanol gramíneo y el etanol celulósico.
En esta primera parte hablaré de la verdadera crisis bajo la aparente crisis alimentaria: la del agua, y me referiré sólo a las últimas señales que la Naturaleza nos envía por todos los medios de que ella dispone, pero que nosotros los humanos nos empeñamos en ignorar.
Casi queremos los humanos, para reaccionar, que la Madre Tierra escriba un artículo en La Crónica para hacerle caso. Pero nos envía señales inequívocas todo el tiempo. Aquí las más recientes, de esta semana que termina:
Las fuentes en la ciudad de Barcelona están secas, si se sorprende a alguien en esa ciudad regando las plantas, la multa es de 9 mil euros, ciento treinta mil pesos. En los muelles de la ciudad está atracado ahorita un buque cisterna con 20 millones de litros de agua potable, y funcionarios del ayuntamiento están contratando desesperadamente otros embarques iguales para completar los déficits en la disponibilidad de agua para beber en la ciudad.
Pero Barcelona no está sola en este predicamento. Chipre va a iniciar los embarques marítimos de agua desde Grecia este domingo primero de junio, varias ciudades australianas han empezado a comprarle agua a los agricultores de ese país, la sedienta China planea desviar el agua de los glaciares del Himalaya que se están derritiendo por el calentamiento global hacia el centro del país y dieciocho millones de californianos se enfrentarán también a partir de hoy domingo primero de junio al racionamiento del agua.
El día de ayer sábado, tuve la oportunidad, en mi programa sabatino de medio ambiente Zona Verde, de entrevistar a dos personajes clave para el manejo del agua en nuestro país: Roberto Olivares, director ejecutivo de ANEAS —la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento—, y Francisco Nuñez, director ejecutivo de atención ciudadana y recaudación del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.
Roberto Olivares, con un desempeño muy exitoso al frente del organismo que capacita, apoya, financia la modernización de los organismos operadores de agua municipales, privados, gubernamentales, o mixtos de México coincidió con Francisco Nuñez que de continuar las cosas como van, sobre todo en ciudades del centro hacia el sur de la República Mexicana, estaremos en breve enfrentando una catástrofe hidráulica de proporciones históricas.
Veremos circular por las calles de estas ciudades carros-tanque con agua, escoltados por vehículos artillados del Ejército para que no se los roben.
Roberto presentó con precisión el caso de Monterrey, Aguascalientes y Cancún, que han logrado a través de políticas públicas y de eficiencia empresarial, lograr que sus organismos operadores estén en números negros, que la cobranza sea de más del 90% y que los consumos per cápita se comparen con los de ciudades europeas, y esto independientemente de si el organismo es privado, como en Cancún, o gubernamental como en Monterrey.
Pero también habló de casos patéticos como el de Villahermosa, donde la cobranza apenas si alcanza el 5%. Francisco ha sido muy exitoso al frente de la cobranza del agua de la Ciudad de México, y en apenas un año que lleva al frente del organismo, subió la recaudación del 60% al 83%.
El problema es que se cobran los mil litros que llegan a los hogares a dos pesos cincuenta centavos, y el costo de llevarlos es de diez pesos. Los siete pesos con cincuenta centavos faltantes, los pagamos nosotros con falta de inversión en el mantenimiento del sistema, con falta de recursos para el saneamiento y tratamiento de las aguas contaminadas que salen de nuestras casas.
Pero cada vez que se habla de ajustar el precio al costo (cosa que hicieron Monterrey, Aguascalientes y Cancún), se levantan los dedos flamígeros de los Savonarolas que gritan que el agua es un derecho humano y que no se debe cobrar.
La realidad es que en México el agua no se cobra, se cobra el servicio de conducción, extracción, potabilización, distribución y cobranza. Este problema nos está rebasando en el contexto mundial. Durante el Foro Económico Mundial en febrero pasado, Andrew Liveris, presidente y director ejecutivo de Dow Chemical, uno de los gigantes petroquímicos del mundo, dijo “el agua será tan codiciada como el petróleo, el crecimiento poblacional, el desperdicio, la contaminación y el calentamiento global están transformando al agua en el nuevo oro azul”.
Estamos en un punto de transición en la humanidad, en donde tenemos que tomar decisiones fundamentales acerca de cómo satisfacer esta necesidad básica de nosotros los humanos. La crisis alimentaria que se discute actualmente tiene debajo de sí a esta verdadera crisis del agua.
El 83% del total de agua que tiene nuestro país se emplea en la agricultura. Una agricultura que es deficitaria en granos, pero muy exitosa en hortalizas y cítricos. El uso de agua en el mundo se ha duplicado desde que yo nací hace 58 años, a 4 mil kilómetros cúbicos al año, y va a aumentar otros mil kilómetros cúbicos de aquí al 2030, establece un reporte del grupo financiero de Zürich Sustainable Asset Management. La Naturaleza trata desesperadamente de decirnos que faltan cinco minutos para las doce.
Te invito a ver el programa Vida Verde por el canal 412 de cable mañana a las 11:30 de la mañana.