Cuba, en defensa del agua y el entorno

24 marzo 2008

Diversos esfuerzos acometen los cubanos para preservar sus recursos hídricos en los ecosistemas de montaña, zonas urbanas, rurales, bahías y en las cuencas hidrográficas en general.

Esta labor, junto a la disminución de las cargas contaminantes, constituye una prioridad de la estrategia ambiental de Cuba en aras del desarrollo económico y social, y en saludo al Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo.

El programa de siembra de árboles en franjas cercanas a los ríos y otros cuerpos de agua abarca miles de hectáreas entodo el país, y es una de las medidas para proteger esos recursos agotables.

El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) informó que una de sus orientaciones es el manejo integral de los recursos naturales desde el nacimiento de los ríos hasta las zonas costeras, junto con el mejoramiento, la recuperación y conservación de los suelos y el saneamiento del entorno.

Paralelamente se desarrollan campañas a través de los medios de comunicación destinadas a la toma de conciencia en cuanto a la preservación y el ahorro de los recursos hídricos, y a la formación, sobre todo de los más jóvenes, en una educación ambientalista.

Asimismo, la isla prioriza la información a pobladores de zonas hidrográficas sobre agricultura sostenible, residuales, contaminación, mejoramiento de la superficie y otros temas, y para ello se imparten cursos elementales, diplomados, conferencias, talleres y debates en las diversas localidades.

A manera de ejemplo, destaca la labor de la central provincia de Villa Clara, que en el pasado año logró un descenso de 380 toneladas de materia orgánica contaminante que se arrojaba a las aguas subterráneas, la atmósfera y las zonas marino-costeras en la provincia.

Cuba posee ocho zonas marino-costeras de interés nacional, que abarcan 11 provincias, donde habita más del 40 por ciento de la población del país y se realiza la mitad de la actividad económica de la nación antillana.

La isla posee unos 240 embalses con capacidad total cercana a los 9,000 millones de metros cúbicos de agua para el abasto a la población, la industria, el riego agrícola y otros fines económicos.

Diversas medidas protectoras del entorno y de los recursos hidráulicos se aplican de manera general en empresas agrícolas, pecuarias e industrias como la azucarera, despulpadoras de café o destilerías de bebidas, entre otros centros productivos.

A pesar de los esfuerzos oficiales, la contaminación afecta a varios ríos (como el capitalino Almendares) y bahías, como la de La Habana, así como la de Santiago de Cuba, que es la segunda en importancia económica nacional y también ocupa el segundo puesto por su nivel de contaminación.

Otro mal contra el que luchan las dependencias de Recursos Hidráulicos de Cuba, es el derroche de agua potable, que en el caso de la ciudad de La Habana -debido a roturas y malas condiciones de las viejas redes abastecedoras- aún corre por algunas calles cerca de un tercio del agua que se bombea.

Mientras se esfuerzan por erradicar los "salideros" y la contaminación, las instituciones científicas cubanas brindan especial interés a las regiones forestales aledañas a zonas hídricas, ya que acogen a numerosas especies endémicas de la biodiversidad cubana.

En esta ocasión, en que el Día Mundial del Agua coincide con el Año Internacional del Saneamiento, la isla antillana promueve medidas relacionadas con una crisis que afecta a más de uno de cada tres habitantes del planeta.

Cada 20 segundos muere en el mundo un niño debido a la ausencia de condiciones sanitarias, un mal que es prevenible y afecta a unas 2.600 millones de personas.

La falta de higiene ambiental y la carencia de agua potable son factores que contribuyen a engrosar el número de fallecidos a nivel mundial, mientras continúa muy lejos la meta de reducir a la mitad la cifra de personas sin acceso a servicios básicos de saneamiento para 2015, la cual figura entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La estrategia ambiental de Cuba para este año y hasta el 2010 es considerada por el Citma como una valiosa herramienta para la comunidad empresarial, los científicos y otros organismos, para reducir el impacto nocivo al entorno y mejorar la calidad de vida de la población. (CRI)
24/03/2008

Fuente: Pueblo en línea