Se ubicarán y vigilarán las zonas con riesgo de erosión marginal que pongan en peligro de inundación a la infraestructura, población o la estabilidad de márgenes
Asimismo, se supervisarán los niveles de las presas, y se dispondrá de personal y recursos para efectuar inspecciones de emergencia

26 de mayo de 2010
Fuente: El Financiero en línea

México, 25 de mayo.- La Comisión Nacional del Agua (Conagua) difundió los lineamientos que deberán aplicar los organismos de cuenca y las direcciones locales de la dependencia antes, durante y después de los ciclones durante la temporada 2010.

Por medio del memorando B00.05-0431, la Subdirección General Técnica de la Conagua precisó las acciones que deberán realizar durante la vigilancia, la ocurrencia del fenómeno hidrometeorológico extremo y después de su presencia para minimizar los riesgos a la población.

En la primera etapa, los organismos locales deben informar a autoridades estatales y municipales, así como de Protección Civil del inicio de la temporada y los pronósticos de lluvias y ciclones, refirió en un comunicado.

Además, se debe alertar a la población que habita en cauces, zonas federales, áreas inundables y de protección de la infraestructura, o donde haya obras que no cumplan con los requisitos establecidos por la Conagua.

Explicó que en esa etapa se revisan los cauces, ríos, arroyos y lagunas para verificar que estén libres de obstrucciones, especialmente en los sitios donde se pueden presentar problemas por las crecientes.

En la segunda etapa, que inicia cuando se declara la alta probabilidad o inminencia de impacto de un fenómeno hidrometeorológico extremo, se desplazan brigadas y plantas potabilizadoras de agua a los sitios de atención.

En la tercera fase, durante la incidencia del fenómeno meteorológico se elabora el pronóstico hidrológico en corrientes y embalses para establecer escenarios probables de operación de presas, colocación de costaleras, probable evacuación; así como para difundir información a la ciudadanía.

Durante los ciclones se revisarán las laderas de embalses y empotramientos de presas para descartar riesgos de deslizamientos o avalanchas durante la ocurrencia de una creciente.

Asimismo, se ubicarán y vigilarán las zonas con riesgo de erosión marginal que pongan en peligro de inundación a la infraestructura, población o la estabilidad de márgenes; se supervisarán los niveles de las presas, y se dispondrá de personal y recursos para efectuar inspecciones de emergencia.

La Conagua agregó que en esa etapa se desplazarán brigadas de Protección a Infraestructura y Atención a Emergencias, que cuentan con mil 500 equipos para desaguar zonas inundadas y potabilizar y distribuir agua, entre otras.

Esas brigadas se integrarán al Plan de Emergencia DN-III para la construcción de albergues, recolección y suministro de agua potable, medicamentos, ropa y alimentos.

En la cuarta etapa, al término del fenómeno, se actualizan los planes de emergencia, mapas de inundación, rutas de evacuación y ubicación de albergues; se evalúan daños estructurales y funcionales de la infraestructura hidráulica y sanitaria, y se preparan estudios y proyectos para reparar las obras dañadas.

La Conagua recordó que cuenta con 16 centros de atención, unidades de transporte para carga pesada, equipo de apoyo como plantas de luz, retroexcavadoras y equipos móviles de bombeo, así como infraestructura de radiocomunicación, para atender cualquier contingencia. (Con información de Notimex/GCE)