Reducción de riesgos ante eventos hidrológicos

04 noviembre 2024 Agua

Redacción: agua.org.mx/Karina Bautista-Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental, A.C.

Investigación: Alexis Fernando Guerrero Sánchez-Estudiante de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana

Foto: Canva

Durante los últimos meses las lluvias llegaron con mucha más fuerza de lo que lo esperábamos. Queríamos agua, pero no así. Lamentamos profundamente las vidas que se perdieron por causa del huracán John, del huracán Milton, y la reciente Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) ocurrida en Valencia, España. Esperamos que a todas las personas damnificadas se les brinden soluciones y la protección necesaria.

¿Es esto un desastre natural? No. Es primordial saber que los desastres naturales no existen.  Si no que son eventos construidos socialmente, es decir, que los fenómenos como huracanes, lluvias torrenciales, tsunamis y más, ocurren de forma natural, pero se convierten en un desastre cuando hay una sociedad expuesta ellos. Esto quiere decir que la inadecuada urbanización, la falta de planeación, la desigualdad y la pobreza tienen mucha más responsabilidad que el propio evento natural. Las decisiones que se toman consciente o inconscientemente son responsables de estos desastres.  Además, hay otros desastres como inundaciones y sequías donde las actividades humanas insostenibles favorecen su ocurrencia.[1]

Ahora entendamos qué es un evento hidrológico. Éstos se entienden como todos aquellos relacionados con la circulación y distribución del agua en el planeta, siendo parte fundamental del ciclo del agua. Entre los fenómenos hidrológicos más comunes se encuentran las lluvias, nevadas, granizadas y el deshielo, mismos que están configurados por factores meteorológicos y geológicos. Su ocurrencia influye en la vida en la Tierra de manera significativa, tanto positiva como negativamente, pues sus efectos definirán el estado de los ecosistemas, la disponibilidad de agua para la sociedad y el comportamiento del clima global[2].

Por su parte, el riesgo resulta ser la coincidencia, en el tiempo y en el espacio, de una amenaza natural y un ente (ser vivo o cualquier elemento físico o intangible del territorio) susceptible de experimentar una pérdida de valor, funcionalidad o bienestar, como consecuencia de esa amenaza.[3] Es entonces que los riegos hidrológicos dependen de una combinación de factores como el clima, la topografía, la planificación urbana y la gestión del agua[4].

El riesgo hidrológico está compuesto por tres elementos clave [4] :

  • Peligro: Es la probabilidad de que ocurra un evento extremo relacionado con el agua. Este está directamente relacionado con las condiciones climáticas, la estacionalidad y los fenómenos meteorológicos recurrentes en una zona determinada, como tormentas o huracanes.
  • Vulnerabilidad: Se refiere a la susceptibilidad de las comunidades y ecosistemas de verse afectados. La vulnerabilidad está influenciada principalmente por factores socioeconómicos; por ejemplo, las comunidades marginadas tienen mayor índice de vulnerabilidad debido a la falta de recursos, infraestructura deficiente y la carencia de sistemas de alerta temprana, además de que suelen vivir en áreas más expuestas.
  • Exposición: Hace referencia a la cantidad de personas, infraestructura y bienes que están en riesgo de ser afectados por los eventos hidrológicos. Este factor está directamente relacionado con la localización geográfica y la densidad poblacional[5].

Entre las principales causas del riesgo [4], encontramos que el cambio climático ha alterado significativamente los fenómenos meteorológicos extremos. El aumento de las temperaturas afecta el comportamiento del ciclo del agua, alterando los patrones de precipitación y exacerbando la ocurrencia. De igual forma, la urbanización no planificada impide la infiltración del agua en el suelo. Esto aumenta la vulnerabilidad ante inundaciones y sequías, ya que el agua no puede ser absorbida naturalmente por el terreno, causando escasez o inundaciones. La deforestación afecta la capacidad del suelo para retener agua. Sin la vegetación, el agua de las precipitaciones no se infiltra en el suelo y, en cambio, fluye rápidamente hacia los ríos, aumentando el riesgo de desbordamientos y deslizamientos de tierra.

Tomando esto en consideración ¿Cuáles serían las medidas para reducir el riesgo hidrológico[6]?

Principalmente es necesario adoptar un enfoque integral que incluya la prevención, la preparación y la mitigación de riesgos. Algunas medidas clave son:

  • Información y conocimiento; El monitoreo y análisis de los patrones hidrometereológicos es una herramienta clave para comprender el comportamiento del agua en sus diversas formas y etapas, con el fin de tener una gestión adecuada, anticipar amenazas y planificar medidas de prevención en distintos escenarios que minimicen el impacto sobre las comunidades y el medio ambiente[7]. El acceso a información actualizada y a sistemas de alerta temprana es crucial para la toma de decisiones y la implementación de acciones preventivas.
  • Plan de emergencia: Contar con un plan de emergencia puede marcar la diferencia en situaciones de riesgo.
  • Cuidado de la naturaleza: La degradación ambiental es uno de los factores que agravan los desastres. Promover prácticas sustentables y respetar las normativas medioambientales son pasos fundamentales para reducir el impacto. ¿Has escuchado hablar de las Soluciones Basadas en la Naturaleza?
  • Educación adecuada: La educación sobre riesgos es esencial para preparar a las personas frente a estos eventos.
  • Planificar la urbanización: Si mencionamos que la urbanización sin planificación favorece el riesgo, entonces habría que erradicar esta tendencia y enfocarse en planificar las ciudades desde la integralidad.
  • Gestión integrada de la cuenca: [8] La degradación de las cuencas solo aumentan los daños y el riesgo de enfrentarse a dichos eventos. Por tal motivo es esencial conocer las especificaciones regionales es decir qué actividades humanas existen y qué procesos naturales ocurren, porque no enfrenta a los mismos riesgos una cuenca costera que una cuenca interna.

 

Referencias:

[1] López, P. (21 de octubre de 2021). Los desastres no son naturales. Gaceta UNAM

[2] Instituto del agua. (2024). ¿Qué son los Fenómenos Hidrológicos? Descubre los Secretos de la Hidrología. Instituto del Agua.

[3] García, E. et, al (2019). Bases generales para el desarrollo de estudios de reducción de riesgos hidroclimáticos en ciudades. Banco Interamericano de Desarrollo.

[4] Estudios Hidrológicos y Modelos Hidráulicos. (2024). Riesgo Hídrico. EHMH Consultora | Ingeniería Hidráulica.

[5]  Mijares, R. (2024). Riesgos hidrometeorológicos en México. Universidad de las Américas Puebla.

[6] Instituto del agua. (2024). Como prevenir los desastres naturales hidrológicos: Guía completa de Hidrología Aplicada. Instituto del Agua.

[7] Hidrica Consulting. (2023). Riesgos hidrológicos; identificación y prevención en base de un estudio hidrológico. Hidrica Consulting.

[8] Ríos Padrón, et al. (2019). Riesgos hidrometeorológicos, una mirada desde el manejo de cuencas. (Red Mexicana de Cuencas)

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