El agua de Valsequillo, con 10 patógenos peligrosos e inservibles para el agro

29 diciembre 2009

29 de diciembre de 2009
Fuente: La Jornada de Oriente
Nota de Javier Puga Martínez

La contaminación del río Atoyac por décadas está dejando severas consecuencias en la polución que existe en otros cuerpos de agua conectados con el río, en especial en la presa de Valsequillo. Asimismo, esta polución también está dejando al borde de la desaparición a las barrancas que son afluentes a ese cuerpo de agua.

En el informe “Contaminación del agua en el municipio de Puebla”, dado a conocer en la edición de ayer de este diario, se señala que la presa de Valsequillo tiene contaminantes sólidos sedimentables que se manifiestan directamente como azolve al agua con una rapidez de 2 por ciento cada año.

Los fosfatos y nitratos que provienen de los detergentes y del jabón, así como de la orina, se manifiestan como agentes hipereutrofizantes produciendo un crecimiento desorbitado del lirio acuático, que es una plaga peligrosa, y actualmente ya es imposible de tener un beneficio por la gran cantidad de metales pesados que contiene, sostiene el documento.

Agrega que el lirio acuático contribuye de dos maneras a la destrucción del ecosistema: por rápido ciclo de vida, al morir los residuos del lirio se van al fondo de la presa convirtiéndose en azolve, pero mientras vive es una plaga que consume todo el oxígeno disuelto del agua, lo que hace imposible la piscicultura.

“Aunque a la vez sirve como agente filtrante para productos químicos peligrosos, como los fenoles y captador de metales pesados”, subraya la información, pero esa misma cualidad hace que no se pueda convertir el lirio en pastura para ganado.

El informe ambiental municipal subraya que en el agua de Valsequillo existe una variedad de contaminantes peligrosos microbiológicos, y se ha encontrado por lo menos 10 importantes patógenos de la familia de la colis, amibas y salmonellas.

“Y estas son las que más proliferan haciendo inútil el agua para riego: estos microorganismos perforan con facilidad y penetran dentro de las hortalizas y los vegetales de resistencia débil en su capa exterior, pudiéndose solamente regar en sembradíos de maíz y de frijol que son más resistentes”, sentencia el documento.

A mediados de 2009, La Jornada de Oriente dio a conocer cómo el agua de Valsequillo es utilizada para sembrar hortalizas y verduras en la región de Tehuacán y las enfermedades que está causando esa práctica.

Fin a los cuerpos de agua

Más adelante, el informe agrega que la desecación de algunos cuerpos de agua en la capital del estado se ha presentado en su mayoría de forma ilegal, por motivos como desvíos y rellenos sanitarios, para utilizarlos después como terrenos para la construcción de desarrollos inmobiliarios y comerciales.

Sostiene que el impacto de estas acciones repercute en el cambio del microclima y aumento de vulnerabilidad de la zona construida, al provocar con estas modificaciones inundaciones y desastres.

“El problema de la contaminación de los cuerpos de agua se ha convertido en un problema incontrolable en los últimos años; según el SOAPAP, la contaminación en los ríos y barrancas (de la capital) se ha generado en un 80 por ciento por la industria asentada en el municipio, y el resto por el comercio, servicios y las viviendas”, de acuerdo con el documento.

Además, se agrega que según la Comisión Nacional del Agua se estima que de las 400 toneladas diarias de residuos sólidos que no son captados por el Organismo Operador de Limpia, un 20 por ciento –80 toneladas– es depositado en tiraderos dentro de barrancas o son echados a los ríos, lo que también genera el azolve y taponamiento por residuos y que en épocas de lluvias, al subir los niveles de agua, genera inundaciones en las zonas urbanas cercanas a estos cuerpos de agua.

“Los principales problemas que enfrentan los cuerpos de agua son la invasión por asentamientos humanos irregulares y el alto índice de contaminación, así como los contaminantes sólidos y líquidos, que además de dañar al suelo, la vegetación y los animales son un peligro permanente para la salud pública”, se advierte.

Barrancas, las más contaminadas

En el informe del ayuntamiento de Puebla se señala que la situación de deterioro que guardan actualmente las barrancas del municipio obedece en su mayoría, a la deforestación e inadecuado manejo que se les ha proporcionado.

En las partes boscosas de estas barrancas, la principal extracción incluye miles de árboles de pinos y encinos. Otra causa perjudicial de la desaparición de la masa forestal son los incendios provocados que van de moderados a intensos.

“En la mayoría de las barrancas que se encuentran localizadas en la parte centro y oriente se aprecia un pastoreo intenso de ganado caprino y ovino. La mayoría de las barrancas presenta cierto grado de erosión avanzada, siendo más severa en las siguientes: Magdalena, Tlanixahuatl, Manzanilla, Xaltonatl, El Santuario, El Conde y Honda; las demás presentan procesos erosivos medianos”.

Los datos municipales indican que la erosión se refleja principalmente en la temporada de lluvias, ya que se presenta por escurrimiento pluvial sin control, que origina arrastre del suelo, causando daños a la agricultura en los valles, así como enzolvamiento en la zona urbana; asimismo, dice el informe que esto repercute en la disminución de los mantos acuíferos, al no haber infiltración suficiente del agua de lluvia al suelo.

“La contaminación de las barrancas por desechos sólidos y descargas residuales e industriales se manifiesta principalmente en los asentamientos humanos aledaños, excepto en aquellas que se encuentran a cotas más altas, es decir, las que están más adentradas hacia el volcán de La Malinche”.

Por otra parte, concluye que la existencia de asentamientos humanos en las barrancas representa un serio problema para las familias ocupantes de las viviendas, ya que en temporada de lluvias pueden ser inundadas e incluso arrastradas por las corrientes broncas que bajan de aguas arriba.