El agua nos formó, ahora nos inunda

06 octubre 2008

Fuente: Tabascohoy.com

Geólogo recuerda que la composición del suelo se debió a la erosión serrana y fuerte actividad de afluentes.

Publicado:  lunes 06 octubre 2008 | 03:08 hrs

La erosión de rocas continentales del periodo Cretásico superior y el relleno de cuencas marinas por una red de corrientes que incluyeron deslaves y rellenos, dieron lugar a la formación de lo que hoy conocemos como la planicie tabasqueña.

En exclusiva para Tabasco HOY, el egresado de la Escuela Superior e Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional, Juan Avila Vallejo, recordó que las condiciones físicas actuales de la entidad –su condición lacustre y tierra de aluviones-, son el resultado de la combinación de diversos factores durante miles de millones de años.

Para el geólogo, la característica de la actual planicie tabasqueña comenzó a tomar forma en los periodos Mesozoico y Cenozoico, lo que quiere decir que es relativamente joven comparada con el norte del continente americano, donde los grandes animales ya se habían extinguido en el Jurásico.

De ahí que mientras en el norte del país se han descubierto fósiles de mamuts del Jurásico, en la región sureste sólo se han encontrado petrificados animales marinos, como grandes ostras y calamares, pues la zona era un gran océano en esa época.

“Pero ya se acunaban en el subsuelo los productos derivados del carbono, formados desde el Jurásico y el Cretásico, razón por la cual las costas tabasqueñas son ricas en energéticos, ya que a cuatro mil metros de profundidad se encuentra el petróleo llamado pesado. Eso que se conoce como la mezcla mexicana no es más que la combinación de este petróleo con otro que se encuentra en Cunduacán y Macuspana, más ligero”.

Suelos desgastados

Con el surgimiento de la plataforma continental en el periodo Cretásico superior, de lo que hoy se conoce como la sierra tabasqueña, comenzó un relleno gradual de la cuenca oceánica que dio lugar a la planicie frente al Golfo de México. Por eso, recalca el especialista, el rasgo principal del suelo recién formado es su condición de arcilloso, de aluvión, “por el deslave que sufrió la piedra caliza ubicada en toda la cadena montañosa entre Chiapas y Guatemala, lo que llamamos sierra tabasqueña, que se extiende abruptamente en abanico desde Tenosique hasta el municipio de Huimanguillo”.

El deslave se produjo por la erosión milenaria del viento sobre la sierra y la gran actividad de los afluentes milenarios asentados en esta cadena montañosa. “El suelo tabasqueño se compone de dos diferentes tipos de superficies, generalmente los llanos aluviales del Terciario y épocas recientes, formados por los ríos Grijalva y Usumacinta, ríos antiguos, y tierras adentro, de desgastados depósitos de roca caliza”.

A diferencia del Valle de México, donde existe abundante presencia de rocas producto de la actividad volcánica, la composición terrestre en esta región no da testimonio del material ni de actividad volcánica en esta era. Excepción hecha en el área que comprende Balancán, a decir del geólogo, donde se han detectado restos volcánicos del Terciario, provenientes de la zona hoy conocida como Guatemala, causadas por el volcán de Tacaná.

“La detección de dolitas y grava sílica en esa zona arrocera y de sabana pertenecen a la erupción de ese volcán. Igual las lomas de Tierra Colorada o de la zona de Huimanguillo, son del Terciario y Cuaternario”.

El especialista concluyó que este abundante aluvión y lo gastado de suelos volcánicos dieron lugar a las zonas bajas que hoy se conocen en la entidad.

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