La escasez de agua es un problema que va más allá de programas de ahorro.

Ya le adelantábamos que la Secretaría de Economía, al mando de Gerardo Ruiz Mateos, la Comisión Nacional del Agua, bajo la tutela de José Luis Luege, y la Semarnat, de Juan Rafael Elvira, analizan la posibilidad de hacer un programa para cambio de tinacos y algunas cisternas a escala nacional, vía esquemas crediticios.

Esta alternativa, cuyo objetivo es generar ahorros del líquido para contrarrestar la escasez que se presencia en algunas zonas y de financiamiento para la creación de plantas, es una realidad.

Sin embargo, la problemática va más allá y las soluciones, por ende, tienen que involucrar al sector empresarial, gubernamental y social.

Se están terminando los mantos acuíferos, y hoy día sólo contamos con 5% de las áreas verdes que existían a inicio de los años 90.

A ello se suma que no se construyen las suficientes plantas residuales y que cada vez más son los grandes corporativos los que tienen que voltear a ver y a atender sus necesidades de abastecimiento del líquido, en su mayoría satisfechas con tecnología extranjera. A fin de cuentas el agua es básica, no sólo para el consumo personal sino industrial y para el hogar.

Ante dicha problemática, ya hay tres empresas extranjeras que voltean a ver dichas necesidades, aterrizando en tierra azteca vía acuerdos comerciales que les permitan conformar su red de distribución.

Tal es el caso de Hyflux, compañía ambiental se considera como la principal de Asia con operaciones y proyectos en Singapur, China, Oriente Medio e India. El planteamiento de esta firma que utiliza tecnología de la membrana para tratar el agua y otros líquidos para que ésta sea purificada es más que ambiciosa, tan es así que entre sus clientes ya están los principales corporativos e instituciones de gobierno como: Pemex, que comanda Jesús Reyes Heroles; el IMSS, bajo la dirección de Juan Molinar y la Sedena, que encabeza Guillermo Galván.

Esas dependencias ya hacen uso de la tecnología que puede purificar 30 mil litros de agua al día y a su vez purificar el ambiente de ciertas áreas donde se encuentre dicha maquinaria.

A fin de cuentas, los planes son involucrarse fuertemente con la iniciativa privada, donde sectores como el de bebidas, químicos y turismo serán los focos principales a conquistar.

Eli Lilly va de frente a competir con Sanofi Aventis y Bristol-Myers Squibb, por la conquista del mercado cardiovascular.

El planteamiento de la farmacéutica, que comanda Carlos Baños, es captar un mercado de seis mil millones de dólares anuales con el lanzamiento de su nuevo fármaco Prasugrel, un medicamento para enfermedades cardiovasculares que llegará a México a finales de 2009.

Prasugrel, desarrollado por Eli Lilly en colaboración con el laboratorio japonés Daiichi-Sankyo, fue aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos para su comercialización en el viejo continente, la cual se convierte en la primera aprobación para este medicamento en el mundo.