Fuente: ABC Digital

Por María Teresa Fernández Piedade y Paulo Teixeira de Susa

En marzo, el Congreso brasileño tiene programado votar revisiones al Código Forestal nacional. Los humedales pueden resultar gravemente afectados por estas revisiones del código, amenazando ecosistemas que representan aproximadamente una quinta parte del país. Estos tienen un enorme valor económico y social, e importancia medioambiental global, debido a su gran diversidad de plantas y animales.  

Además de sostener un elevado grado de biodiversidad, los humedales en Brasil (y en todo el mundo) proporcionan importantes servicios al medio ambiente y a los humanos, desde la purificación y almacenamiento de agua hasta la retención de sedimentos, pasando por la reacumulación de agua subterránea y la regulación de climas locales y regionales.

Las pautas estacionales de lluvia causan cambios en los niveles de los humedales brasileños, lo que provoca una serie inacabable de pulsaciones, similares a las del corazón, caracterizadas por pronunciados periodos de crecida de las aguas, con las consiguientes inundaciones a lo largo de pequeños ríos, grandes áreas de pastos y muchos otros ambientes, un fenómeno importante para la biodiversidad y la salud del ecosistema.

De la misma forma, los humedales junto a los grandes ríos de la cuenca del Amazonas están sujetos a predecibles crecidas periódicas pero de mucha mayor amplitud. Hasta un 90% de los humedales se secan durante el periodo de escasez de lluvias.

En la actualidad, el Código Forestal designa como “Áreas de Preservación Permanente” (APP) aquellas al borde de los máximos niveles de inundación.

Las revisiones propuestas limitarían las APP a los niveles normales del río, lo que dejaría desprotegidas las planicies y vegetación adyacentes inundadas durante los periodos de crecida de las aguas.

La nueva definición dejaría sin protección vastas extensiones de sabanas, dominadas por hierbas y arbustos, que son inundadas periódicamente. Los redactores de la actual revisión del Código Forestal no han considerado la más importante característica de los ecosistemas pulsátiles: la expansión lateral anual de los humedales. Sólo es posible una protección efectiva de los humedales utilizando el nivel más alto de crecida como la línea divisoria para la protección, no los niveles normales de los ríos como está siendo propuesto.

La deforestación de las laderas y la expansión urbana eliminan el suelo que controla las escorrentías e intensifican la erosión lo que provoca la formación de grietas y deslizamientos.

Las enmiendas propuestas aumentarán estos problemas, al sacrificar los humedales y su capacidad natural para absorber y almacenar el agua de la lluvia, y promoverán la continuación de nuestra miope destrucción de los humedales, muchos de los que ahora están enterrados, han sido secados, o se han convertido en terrenos agrícolas o urbanos.

La mitigación de crecidas catastróficas en áreas pobladas y la prevención de graves niveles bajos de agua requieren la recuperación de la vegetación natural en áreas fundamentales y la preservación y restauración de humedales, lo que puede implicar eliminar algunos desarrollos humanos mal concebidos.

Los humedales intactos desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del suministro de agua, al amortiguar los extremos del ciclo del agua y proporcionar agua limpia. El nuevo Código Forestal facilitará la destrucción de estas áreas invalorables para el medioambiente, para nuestra creciente economía y para toda la sociedad brasileña.

Proteger y mantener intactos los humedales es más barato que destruirlos y restaurarlos, lo que en muy raras ocasiones supone la plena recuperación de su condición original. Y las vidas perdidas recientemente en desastres naturales causados por la destrucción de los humedales no pueden ser reemplazadas.

¿Quién asumirá la responsabilidad de esto?

Maria Teresa Fernandez Piedade: Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA), Manaus, AM – Brasil.

Paulo Teixeira de Sousa; Instituto Nacional de Ciência e Tecnologia em Áreas Úmidas (INAU), UFMT, Cuiabá, MT – Brasil.