El mal servicio que brinda el Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) no distingue entre sexenios y cambios de administración.

Al menos así ha quedado de manifiesto para un usuario que desde hace más de tres años padece el exceso de burocracia e ineficiencia de esta dependencia.

De acuerdo con su relato, en 2009 rentó una vivienda del Fraccionamiento El Mirador para instalar una oficina.

En junio de ese año, técnicos del SOAPAP realizaron una visita para revisar las condiciones del medidor de agua, determinando que al ser éste digital, debía cambiarse por uno satelital con el argumento de que “era mejor”.

Para ello, la dependencia estatal contrató una compañía externa que realizaría dicho cambio.

Sin embargo, tras instalar el nuevo medidor dejó de caer agua durante tres días, por lo que el usuario acudió a reportarlo.

Después de unos días, personal del SOAPAP regresó al domicilio y se llevó el medidor satelital dejando uno digital de forma provisional, pero éste tampoco funcionó pues incluso tenía una fuga por donde se derramaba el agua.

Dicho artefacto permaneció así durante casi un mes pese a las continuas llamadas y visitas por parte del usuario al Sistema Operador.

Tras una larga espera finalmente acudieron técnicos del SOAPAP a revisar el medidor, y al percatarse de que efectivamente no funcionaba, lo retiraron y colocaron una simple manguera que proporcionaría agua al domicilio “solo por unos días”, sin embargo “esos días” se prolongaron por casi cinco meses.

Finalmente, en enero de 2011 empleados del SOAPAP retiraron la manguera y colocaron un medidor digital que funcionó adecuadamente durante todo ese año.

Con respecto al consumo de agua y las tarifas, no parecía haber problema pues a decir del usuario, desde su llegada a ese domicilio los recibos bimestrales no superaron los 350 pesos. Incluso relata que el bimestre de enero-febrero de 2012 su recibo llegó por 251 pesos.

Fue el periodo correspondiente a marzo-abril cuando sin explicación aparente su recibo aumentó a mil 807 pesos, lo cual causó extrañeza en el usuario quien acudió a solicitar una aclaración en las oficinas centrales del SOAPAP ubicadas en Río Grijalva No. 5310 Col. San Manuel.

“Ahí me dijeron que no tenían registrado el medidor, o sea que como si no tuviéramos medidor, y por ello me estaban aplicando la cuota fija bimestral que es de mil 547 pesos”.

Debido a que no realizó ese pago por considerarlo excesivo e injusto, para el periodo de mayo-junio el recibo llegó por la cantidad de 3 mil 158 pesos.

Tras ello, fue nuevamente a las oficinas de San Manuel, y ahí la encargada de la ventanilla le indicó que no podía resolver su queja, por lo que tenía que acudir a los módulos ubicados en Plaza América.

Al presentarse en Plaza América y tras esperar por varias horas, otro empleado le volvió a dar el mismo argumento de que supuestamente no había medidor y por eso se le estaba cobrando una cuota fija.

Mostrando sus recibos anteriores donde las tarifas no rebasaban los 350 pesos, el usuario solicitó la presencia de un técnico para que constatara que sí había medidor, no obstante se le indicó que debía pagar 174 pesos para que personal del SOAPAP acudiera a realizar un estudio de factibilidad a fin de constatar que el uso del agua es comercial y no doméstico o habitacional.

La molestia del usuario se basa en que además del cobro arbitrario y excesivo, la dependencia del gobierno estatal es ineficiente al momento de solicitar una aclaración.

“A pesar de que evidentemente es un error de ellos que nos cobren cuota fija porque sí tenemos medidor, también quieren que paguemos ese estudio de factibilidad (…) es ilógico, como es posible que en enero-febrero el medidor si registró lectura y al siguiente bimestre ya no, y en eso se basen para aumentar la tarifa en un 500 por ciento”.