En Panamá, 100 mil capitalinos no reciben el servicio de agua potable

14 mayo 2012

* NECESIDAD. Las partes altas de San Miguelito y el sector este de la capital son las áreas más afectadas.

14 de mayo de 2012
Fuente: PanamáAmérica
Nota de Gilberto Soto

Tocumen. Residentes de El Brillante pasan semanas sin el suministro a través de los cisternas.

En los distritos de Panamá y San Miguelito el número de residentes que no cuentan con el servicio permanente o intermitente de agua potable rebasa los cien mil habitantes, según estimaciones hechas por las propias autoridades.

El grupo de afectados representa el 8.3% de la población en ambos distritos, compuesta por 1.1 millón de personas, de acuerdo la las cifras del último censo habitacional de 2010.

Entre los zonas más afectadas destacan los sectores altos del distrito de San Miguelito, Chilibre y la parte este de la provincia de Panamá, donde el suministro históricamente ha sido deficiente y hasta nulo, por la escasez de una red de distribución y baja presión. 

En el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) conocen los números. Incluso son cifras que se extienden a otras provincias. Cálculos oficiales indican que a nivel nacional, la falta de servicio de agua potable afecta a otras 700 mil personas.

Según el censo de la Contraloría General de la República, de los 3.4 millones de habitantes, solo el 85% de la población cuenta con el suministro mediante potabilizadoras y acueductos rurales que construye el Ministerio de Salud (MINSA). El resto (15%) no dispone de un servicio permanente para satisfacer sus necesidades básicas e higiénicas.

En el IDAAN se excusan en que el grueso de esa población afectada nació de manera espontánea e improvisada, lo que le impide a la institución corregir la deficiencia de manera inmediata.

Por años ha sido un problema que los directores ejecutivos del IDAAN, apoyados por los miembros de la junta directiva, han dicho que no se ha resuelto por la “falta planificación y un presupuesto suficiente para realizar las inversiones que hacen falta”.

A las dificultades económicas del IDAAN se suma la morosidad de sus clientes, que supera los 100 millones de dólares.

“Mientras no exista un modelo de negocio sostenible con capacidad para medir, leer, cobrar y facturar” el resultado será el mismo , señaló del exdirector del IDAAN, Juan Antonio Ducruet.

A juicio de Ducruet, la ejecución de cada uno de estos factores reduciría las fugas y el despilfarro de agua en la población, que tiene el consumo per cápita más alto de Latinoamérica (200 litros de agua por persona).

El director de comercialización del IDAAN, Rolando Bocanegra, insiste en que el problema de la falta de servicio de agua potable al 8.3% de los habitantes del distrito capital y San Miguelito se debe al crecimiento desordenado de algunas comunidades. Sin embargo, señaló que se está trabajando en nuevas redes de distribución para tratar de reducir la deficiencia.

A pesar de que las causas de la deficiencia en el servicio están claramente identificadas, la población exige que el tema sea considerado como tema de Estado. Muestra de lo anterior es que el IDAAN encabeza la lista de instituciones con más quejas, con el 72% de las llamadas recibidas en la línea de Atención Ciudadana 311.

En los últimos años, tras los fallos en la ampliación de la potabilizadora de Chilibre, el crecimiento desmedido de la población y los constantes daños ocasionados por los trabajos del metro acentuaron el malestar.

Cisternas.
Para mitigar la escasez de agua, Abilio Pity, jefe de la región metro del IDAAN, informó que hay 65 rutas definidas en la capital para dar respuesta a esa población necesitada a través de 25 camiones cisternas de distintas dimensiones (ver infografía). La distribución incluye escuelas y hospitales.

En un recorrido hecho por Panamá América en las comunidades afectadas se comprobó que aún con el despacho de agua por carros cisternas, la población sufre la falta de un servicio permanente. La irregularidad en los recorridos de los cisternas es la causa. “Ellos llegan de imprevisto y a nosotros nos toca hacer guardia para apañar algo”, expresó Jacinta Araúz, residente de Tocumen.

De lo anterior, Ricaurte Batista (conductor de cisterna) es testigo. La crisis en el servicio de agua en 2010 le dejó una experiencia. Batista estuvo por varias horas secuestrado por las familias de ese sector que, impulsadas por la desesperación, lo retuvieron. “Aunque no lo crea, ser víctima de la histeria colectiva es riesgo alto”, expresó Batista recordando ese momento.

Penurias.
Víctor Martínez Murillo, residente de Nuevo Progreso en Chilibre, se escudó en el refrán “ver para creer”. Su paráfrasis surge tras la pretensión del Gobierno Central de crear la Autoridad del Agua y Saneamiento, que busca acabar con el histórico problema.

Como Víctor, otras 80 familias que viven a 500 metros de la potabilizadora “Federico Guardia Conte” perdieron la esperanza de que algún día en sus casas el servicio del agua sea normal.

La desconfianza colectiva no es por el gusto. Por 22 años han visto pasar decenas de figuras políticas con puñados de promesas de solución al problema de agua que aqueja a la comunidad y hasta ahora no hay respuesta.

En El Brillo de Tocumen, comunidad improvisada, el panorama es el mismo, “suplican” que el recorrido del cisterna sea más frecuente en la comunidad.

Artículos relacionados
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El crecimiento de las ciudades sin planificación modifica por completo el ciclo del agua.  ¿Cómo podemos incorporar el agua en las dinámicas de la ciudad?  ¿Conoces a las ciudades esponja?   ¿Qué sabes sobre el tema?

¡Pon a prueba tus conocimientos en este tema! ¡Y diviértete!

 Ir a la trivia