Foto: Plano Informativo
 

La publicación de un estudio realizado por el Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), revivió este tema, pese a lo cual, la diputada perredista Graciela Gaitán, presidenta de la Comisión del Agua en el Congreso del Estado, desestimó la información al asegurar que están (en el Congreso) en permanente contacto con el organismo Intermunicipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, y que la calidad del agua que se distribuye a los potosinos está certificada.

 

Según el estudio publicado por el Centro de Geociencias de la UNAM, las muestras que obtuvieron los investigadores en uno de los pozos de la zona, así como en otros cercanos, incluidos del estado potosino, revelaron que el agua que de ahí se extrae presenta 2.3 becquereles  (unidad que mide actividad radiactiva) por litro, sin embargo, la norma oficial mexicana 127, establece como máximo aceptable 0.56 becquereles.

 

Además asegura que la cantidad de metales en el agua se ha duplicado en los últimos 14 años.

 

Según lo dado a conocer por la Coepris, en noviembre pasado, la sobreexplotación del acuífero ha obligado a perforar cada vez a mayor profundidad para extraer el líquido, lo que ha dado como consecuencia una concentración de metales.

 

Coepris explicó también en esa oportunidad que de 153 muestras para detectar metales pesados como el arsénico, el 3 por ciento está fuera de la norma, y corresponden a los municipios de Venado, Guadalcázar, Ahualulco y Villa de Ramos.

 

En noviembre, supimos los potosinos que los municipios de Villa de Reyes, Villa de Ramos, Villa de Zaragoza, San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez, Mexquitic de Carmona, Moctezuma, Guadalcazar y Matehuala son las zonas de la entidad con mayor presencia de flúor y arsénico.

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30 de marzo de 2016
Fuente: Plano Informativo