Envejecimiento del Cutzamala

12 enero 2012

12 de enero de 2012
Fuente: Excélsior
Nota de Raúl Cervantes

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, tendremos un invierno con poca lluvia en el país. Esta es una mala noticia para los habitantes del Valle de México puesto que la humedad de diciembre y enero es necesaria para recargar las presas del sistema Cutzamala.

El sistema Cutzamala abastece alrededor de 30% del agua de la zona metropolitana. El restante 70% se obtiene de pozos subterráneos, principalmente. Gracias al buen temporal de lluvia del verano pasado las presas cerraron 2011 con un almacenamiento promedio de 72 por ciento.

Si las previsiones de poca lluvia se mantienen en este porcentaje se podría reducir a 60% para la época de estiaje, por lo que tenemos el riesgo de sufrir racionamiento de agua en los próximos meses.

En adición al factor climático, tenemos otro problema: el envejecimiento del Sistema Cuztamala. Las actuales generaciones no lo recuerdan, pero a principios de la década de los ochenta se inauguró esta obra hidráulica. Consta esencialmente de tres presas (Valle de Bravo, Villa Victoria y El Bosque), de plantas potabilizadoras, de tanques de almacenamiento, de plantas de bombeo para traer el agua a la ciudad a más de dos mil metros de altura y de una vasta red de tuberías. Salvo las presas, el resto de la infraestructura ya llegó a su vida útil (este año cumple 30 años). Por eso cada vez se tienen que hacer obras de mantenimiento más frecuentes y más costosas.

Las tuberías son las que más resienten el tiempo. El acueducto del Cutzamala que se encuentra entre la planta potabilizadora de Berros y el tanque de entrega en el DF está integrado por 21 mil 500 tubos, pero sólo han sustituido 35 en los últimos cinco años. Los responsables de la administración del Cutzamala han dicho que el sistema requiere mantenimiento mayor y así disminuir los cortes al servicio además del cuantioso gasto en mantenimiento de alrededor de dos mil millones de pesos anuales (la infraestructura entre más envejece más costoso se vuelve el mantenimiento).

El gobierno federal ya está tomando cartas en el asunto. La Conagua va a construir una tercera línea de tuberías que concluirá en 2015. Ello permitirá dar un mantenimiento mayor a las otras dos líneas y evitará los cortes al servicio a partir de entonces.

Pero para enfrentar el problema climático necesitamos diversificar las fuentes de abasto de agua.

El Cutzamala se abastece de ríos y afluentes que nacen en Guerrero, Estado de México y Michoacán, por lo cual, los huracanes del Pacífico resultan ser benéficos.

Necesitamos otro sistema que colecte el agua que proviene del Golfo de México. Por la orografía, este sistema tendría que construirse o bien al sur o bien al noreste del Valle de México. Así no dependeríamos solamente del temporal del Pacífico. A dicho fin existen muchos proyectos de construcción de nuevas presas para reforzar o complementar al Cutzamala que autoridades locales y federales deberían reevaluar, así como impulsar los proyectos para reutilizar y reciclar las aguas negras.

Idealmente, como ciudad, debemos aspirar a aumentar el abasto de agua proveniente de presas de 30% actual a 50%; pero el aumento debe provenir de fuentes diferentes al Cutzamala para no ser vulnerables al cambio climático, además de que también se podría ayudar a resolver el problema de los hundimientos provocados por la sobreexplotación de los mantos acuíferos.

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