Exigen transparentar calidad del agua

23 junio 2012

* Atribuyen expertos y director del SACM problemas en el agua a descargas de drenaje

23 de junio de 2012
Fuente: Reforma
Nota de Iván Sosa

Distrito Federal (23 junio 2012).- El Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) deben transparentar la información sobre la calidad del líquido abastecido al Distrito Federal para que los ciudadanos conozcan lo que consumen, demandaron especialistas.

A raíz del mal olor y sabor detectados en el agua potable del Valle de México, expertos consultados por REFORMA manifestaron la necesidad de que las autoridades difundan los análisis realizados al líquido.

“La calidad del agua es un pendiente desde hace muchos años.

El olor y el sabor desagradable percibido en estos días por miles de capitalinos representan otra oportunidad para enfrentar el problema”, señaló Gustavo Alanís, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental.

“Estamos expuestos a quién sabe qué calidad del agua y a qué tipo de daños en la salud, enfermedades gastrointestinales, de la piel o de los ojos, y para solucionarlo necesitamos partir de la existencia de un problema real y permanente”.

Agregó que así como la UNAM reporta pública y periódicamente la calidad del agua consumida en Ciudad Universitaria, los gobiernos federal y local deben difundir los análisis que toman del líquido entregado a los capitalinos.

“Los ciudadanos tenemos el derecho de conocerlos”, indicó Alanís.

Eduardo Vázquez, director del Consejo Consultivo del Agua, coincidió con Alanís en que el Gobierno debe replicar el Programa de Manejo, Uso y Reuso del Agua (Pumagua), a través del cual la UNAM reporta con un semáforo la calidad del agua en CU.

También expuso que diversas agrupaciones civiles han demandado crear un sistema independiente de monitoreo de calidad del agua.

“Debe ser un sistema de monitoreo autónomo, no sólo a nivel de la ciudad, sino del País, incluidas las playas, conducido por especialistas, porque las autoridades incurren en conflicto de intereses”, subrayó.

Urgen sanear el Cutzamala

Para garantizar la calidad del agua potable del Valle de México es necesario que las autoridades tomen medidas de largo plazo para evitar la contaminación de las presas del Cutzamala, coincidieron expertos y Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM).

Y es que el problema de las microalgas en el Cutzamala se debe a que hay descargas de drenaje procedente de asentamientos urbanos cercanos a los embalses, por lo que urge corregir esta situación, señaló Aguirre.

Con él coincidió el maestro en Ciencias en Ingeniería Ambiental, Elías Sedeño, quien explicó que la proliferación de algas que han generado sustancias las cuales provocan mal olor y sabor en el agua está relacionada con la descarga de aguas residuales.

REFORMA publicó que desde el 31 de mayo se detectó en las presas de Valle de Bravo y Villa Victoria la presencia de una sustancia llamada geosmina, la cual produce un olor desagradable y un sabor a tierra, en el agua que se suministra a unas 10 delegaciones.

De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la situación se está combatiendo desde los primeros días de junio mediante la aplicación de carbón activado y con más cloro.

Al respecto, los especialistas advirtieron que de nada sirve reducir la presencia de algas con carbón activado y más cloro, si el agua abastecida por las 7 presas continúa bajo procesos de contaminación.

“¿De qué sirve quitar esta vez un poco de algas, si en todos los meses de mayo de los siguientes años el problema se volverá a presentar una y otra vez? Se necesita sanear toda la cuenca”, planteó Horacio Bonfil, del Fondo Pro Cuenca Valle de Bravo.

Así como el Gobierno del DF exige presupuesto y obras para modernizar la infraestructura del Cutzamala, también es apremiante, añadió, desarrollar un plan de saneamiento en los bosques y montañas en torno a las presas para detener las numerosas fuentes de contaminación.

“Sin reparar en las heces y la orina que llega a las presas, la proliferación de las algas que ahora le dan olor y sabor al agua se debe a los fosfatos, que provienen de agroquímicos y detergentes, que llegan a las presas también a través de las descargas indebidas de drenaje”, subrayó Bonfil.

Ramón Aguirre precisó que desde hace 12 años no se tenía un problema de esta naturaleza en las presas del Cutzamala.

Y añadió que esta situación se detonó por la prolongada sequía que ha impactado al País, lo que originó que las altas temperaturas provocaran la proliferación de esta microalga en las presas.

El funcionario cuestionó el hecho que de que las descargas de drenaje procedente de asentamientos urbanos no están siendo atendidas por las autoridades del Estado de México y federal, pues este episodio, si no se toman otras medidas urgentes, se podrán repetir.

El Observatorio Ciudadano de la Cuenca Valle de Bravo Amanalco señaló que los tres niveles de gobierno tienen la responsabilidad de establecer medidas a largo plazo para revertir el deterioro ambiental en la zona.

“En lugar de intercambiar acusaciones, deben coordinarse para realizar acciones concretas contra la degradación forestal, los cambios de uso de suelo, la contaminación a los ríos por agroquímicos y basura, y ante las descargas de aguas residuales”.

‘Ahora sale más sucia’

Vecinos de la unidad habitacional Vicente Guerrero en Iztapalapa reportan un mal olor y sabor del agua desde hace varias semanas, aunque no saben a qué se deba, a decir de ellos el agua de la llave sale muy sucia, pero en los últimos días más.

“Normalmente tenemos el problema de la contaminación del agua que sale muy sucia, pero ahora más. A ultimas fechas se ha incrementado un mal olor y sabor muy peculiar de la llave que supuestamente debería de ser potable.

“Como condóminos, checamos que ya tenía tiempo de que no se lavaba la cisterna, y optamos por lavarla pero aún así no se le quita, entonces tenemos que comprar más agua de garrafón y usar de manera mínima el agua corriente”, señaló Hugo Quevedo, vecino del lugar.

En otros casos, los vecinos atribuyen al mal sabor del agua, enfermedades que se han presentado en los últimos días.

“Uno de mis hermanos y sus hijos se enfermaron desde hace ocho días de diarrea y llevan desde entonces con el mal, casi siempre la diarrea se cura en dos o tres días, después notamos un olor a cloro en el agua, pero no sabemos si es porque tomaron agua de la llave, pero hasta ahora no se han podido componer”, dijo Víctor García Estrada, vecino de la unidad Vicente Guerrero.

En lo mismo coincidieron vecinos de la colonia Supermanzana 5 de Iztapalapa, quienes aseguran que el agua que en ocasiones usan para ingerir a tenido un mal olor desde hace semanas y no desaparece aún hirviéndola.

‘Los tinacos huelen a podrido’

A la atención de quejas por inseguridad o servicios, los comités ciudadanos atienden ahora una más: el mal olor en el agua que llega a las casas de los vecinos.

Coordinadores de comités informaron que desde hace varios días la preocupación en sus colonias ha sido el sabor y olor del líquido que reciben de la tubería pública, y aunque lo han reportado a las autoridades, la información que reciben es insuficiente.

Leonardo De la Parra, de Chimalistac, en Álvaro Obregón, señaló que las quejas de los residentes comenzaron hace dos semanas.

“Algunos vecinos mencionan que las cisternas y los tinacos huelen a podrido, y es algo muy preocupante”, aseguró.

Héctor Rojas, de Extremadura Insurgentes, en Benito Juárez, y Jorge Martínez Stack, del Barrio La Concepción, en Coyoacán, reprobaron que ante el problema haya poca información de las autoridades.

“Es preocupante porque a los vecinos les falta información sobre de dónde proviene el líquido y de qué calidad es”, dijo Martínez Stack.

“Es brutal, abres la llave y huele apestosísima, ya lleva varias semanas y donde más se percibe es cuando te bañas o cuando te lavas los dientes”, señaló Rojas.

A principios de mayo, Luz María Chávez, de la Nueva Santa María, en Azcapotzalco, percibió que el agua olía y sabía mal, y vecinos de su calle le comentaron que tenían el mismo problema.

Entonces llamaron al centro de atención telefónica del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, donde les dijeron que el agua contenía una bacteria, por lo que les aconsejaron no usarla para beber ni lavar frutas y vegetales.

Y desde entonces compra agua embotellada para utilizarla en las labores de la cocina.

“Gasto 50 pesos cada tercer día, dependiendo de qué tantas frutas y verduras tenga que lavar, además del agua que se bebe”, dice la pensionada de 63 años de edad.

“La última vez que hablé para reportarlo me dijeron que se solucionaría dentro de dos meses, cuando los tanques se vacíen y se vuelvan a llenar”.

En la Narvarte, Carmen Martínez dijo que el problema lo detecta principalmente en la ducha.

“Tengo dos semanas que cuando nos bañamos da comezón o salen granitos pequeños en la piel, le ha salido a mis hijas, a mí y varios vecinos se quejan de lo mismo.

“Primero pensé que era un problema de las regaderas, incluso cambié una de las regaderas, pero el problema persiste”, comentó.

Sugieren hervir el agua

El director de la Agencia de Protección Sanitaria del DF, José Jesús Trujillo, recomendó a la población hervir el agua y agregarle cítricos para disminuir el mal olor y color con que es suministrada por el Sistema Cutzamala.

“Es desagradable pero a pesar del mal olor y mal sabor, bacteriológicamente no se encuentra contaminada, el agua es potable.

“Se recomienda que si se va a utilizar para beber, se combine con algún cítrico -naranja o limón-, para poder desplazar ese sabor desagradable o de lo contrario, se tendría que consumir agua embotellada”, dijo el funcionario.

Hervirla, agregó, también puede disminuir la concentración del olor desagradable.

El funcionario afirmó que ni la secretaría de Salud local ni la federal tienen datos de un incremento de enfermedades gastrointestinales, de la piel o conjuntivitis entre los capitalinos por la presencia de cianobacterias en el líquido que llega a la Ciudad.

Con Alejandro Ramos, Mirtha Hernández, Alfredo Páez, Jonás López y Javier Chávez