TOLUCA.- Anunciadas en el Gobierno de Enrique Peña Nieto como un modelo de desarrollo urbano, las Ciudades del Bicentenario comienzan a presentar escasez de agua, problemas de movilidad y agrietamientos en las estructuras de las viviendas.

En 2008, estos seis fraccionamientos fueron presentados por la dirección estatal de Desarrollo Urbano como ciudades modelo: serían autosuficientes, debidamente estructuradas, ambientalmente sustentables y altamente competitivas a mediano y largo plazos.

Con ese fundamento, la administración proyectó ocupar 28 mil hectáreas para construir casi medio millón de nuevas viviendas, que permitirían albergar a 1.2 millones de habitantes para 2020 en Huehuetoca, Zumpango, Tecámac, Almoloya de Juárez, Atlacomulco y Jilotepec.

Pero tres años después, un estudio del Colegio de Arquitectos y Urbanistas del Estado de México advierte que dichos desarrollos habitacionales no garantizan sustentabilidad ni autosuficiencia, e incluso corren el riesgo de convertirse en ciudades-dormitorio.

“Los polos de desarrollo que fueron proyectados están ubicados en la periferia de centros urbanos ya consolidados, lo cual no garantiza que sean ciudades autosuficientes, pues los nuevos habitantes forzosamente tendrán sus fuentes de empleo en los centros urbanos ya establecidos”, indica el diagnóstico.

El estudio alerta además sobre los problemas que se generarán en el abasto de agua potable y transporte.

“Diagnósticos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) han advertido que tres de las Ciudades Bicentenario dependerán del acuífero Cuautitlán-Pachuca.

“Ese acuífero ya presenta problemas de sobre explotación de agua potable, concretamente en Huehuetoca, Tecámac y Zumpango”, refiere.

Las otras tres ciudades no estarían en una situación crítica, pero el Colegio señala que debe revisarse la factibilidad para proveer agua.

Arturo Chavarría, del Colegio de Arquitectos y Urbanistas mexiquense, advirtió que la planeación de estas ciudades debió comenzar con la modernización de vialidades.