Foz de Iguazú, una reserva de vida

08 febrero 2011

* Las cataratas de Iguazú, la represa de Itaipú y el Parque de las Aves hacen de la ciudad brasileña un lugar imperdible

08 de febrero de 2011
Fuente: El Comercio
Nota de Norka Peralta Liñán

Ubicada en el extremo oeste del estado brasileño de Paraná, la ciudad de Foz de Iguazú es una ratificación más de la grandiosidad de la que hace gala Brasil. No solo comparte con Argentina las hipnóticas cataratas de Iguazú –candidata de peso en el concurso “Las siete maravillas naturales del mundo”–, sino que en su territorio se extiende también la represa hidroeléctrica de Itaipú, a la que los brasileños llaman la hidroeléctrica más grande del mundo.

A estos atractivos se suma el Parque de las Aves, con viveros gigantescos que permiten un contacto directo con diversas aves. Por todos estos tesoros naturales, Foz de Iguazú se promociona como un destino del mundo. Un paraje imperdible en esta temporada, en la que las vacaciones escolares permiten viajes en familia.

El pasado 16 de enero, LAN inauguró el vuelo directo Lima-Foz de Iguazú, que permite arribar a esta ciudad en cuatro horas. Hasta hace un tiempo, la forma más factible para los peruanos de visitar las cataratas de Iguazú era a través de Buenos Aires. Desde este punto había que tomar otro vuelo o embarcarse en autobús hasta Puerto de Iguazú, en el lado argentino de las cataratas.

Foz de Iguazú (Foz do Iguaçu, en portugués) tiene más de 319 mil habitantes y es considerado el segundo destino brasileño con mayor cantidad de visitas de extranjeros, según el Instituto de Brasileño de Turismo.

La historia de esta ciudad se inicia en 1542 con el descubrimiento de las cataratas por el navegador español Alvar Núñez Cabeza de Vaca.

Recién a fines del siglo XIX se inició la ocupación de la ciudad por parte de argentinos, paraguayos, españoles e ingleses que se dedicaban a la industria maderera. Su desarrollo ha estado ligado a su mayor riqueza natural: el agua. Las cataratas han logrado su consolidación como destino turístico y la hidroeléctrica de Itaipú impulsó el despegue económico de la ciudad desde 1974.

CAÍDAS DE AGUA
Las cataratas de Iguazú se originaron hace 200 mil años por una falla geológica producida en el cauce del río Paraná, lo que produjo que la desembocadura del río Iguazú se convirtiera en una espectacular caída de aguas que miles de personas de diversas partes del mundo procuran conocer. Solo el año pasado 1’265.750 personas de 152 nacionalidades arribaron a las cataratas.

Al ser estas una maravilla binacional, el turista tiene la opción de escoger si visita el lado brasileño o el lado argentino. Es mucho mejor visitar ambos lados, pues los dos reúnen experiencias diferentes para el viajero.

Para decidir qué hacer hay un dato peculiar que vale la pena saber: El río Iguazú tiene 1.320 km de extensión, de los que 1.250 km pertenecen a Brasil. Sin embargo, son los últimos 70 kilómetros del río los que confluyen en la frontera brasileño-argentina. Y son en esos 70 km donde reside toda la grandiosidad de las caídas de agua del Iguazú.

El complejo de cataratas cuenta con un conjunto de 150 a 300 caídas de agua, de 40 a 80 metros. El 70% de estas cataratas está ubicado en el lado argentino, por lo que muchos optan por ir a Puerto Iguazú. Sin embargo, si es amante de la observación de la naturaleza y la fotografía conviene más el lado brasileño, pues tendrá la posibilidad de tener una mejor vista de las impresionantes caídas de agua del lado argentino.

Además, el territorio brasileño también ofrece la posibilidad de navegar en un bote inflable bimotor por el vertiginoso río Iguazú.

FULL ADRENALINA
Los saltos y giros de la nave hacen que uno reúna adrenalina suficiente para cuando llegue a las caídas de agua. Ya cerca de una catarata, que parece reunir la potencia de cientos de duchas españolas, el guía del bote advertirá que es hora de guardar cámaras y grabadoras.

No importa que se haya provisto de un poncho de agua, cuando el bote esté debajo de una catarata es inevitable empaparse por completo. Solo el rugir del agua y la explosión de sus poderosos chorros son suficientes para arrancar carcajadas de felicidad entre quienes disfrutan de esta experiencia.

En el Parque Nacional de Iguazú también es posible caminar por pasarelas ubicadas muy cerca de la desembocadura del río.

ITAIPÚ Y LAS AVES
El Parque de las Aves reúne más de 900 aves de 150 especies oriundas de diversas partes del mundo. En varios viveros es posible tener contacto directo con algunas. Los tucanes resultan ser los más simpáticos, siempre prestos a acercarse al visitante. Aunque los guardaparques advierten que hay que ir con cuidado con ellos, pues sus grandes picos pueden ser a veces un arma poderosa.

Los flamencos son otros de los famosos huéspedes de este parque que acoge a las aves rescatadas del tráfico ilegal de especies. Sorprende ver a los flamencos rosas de patas largas en medio de una jaula sin techo, que en vez de pared de fondo tiene un gran espejo. No es por vanidad. Esta es la forma que los biólogos del parque han encontrado para que estas aves crean que son más de las que realmente hay. De esta forma, se sienten protegidas y pueden aparearse.

En cuanto a la represa hidroeléctrica de Itaipú, que Brasil comparte con Paraguay, esta es un ejemplo espectacular de lo que puede hacer la suma de la fuerza de la naturaleza y el ingenio del hombre. En 1975, se inició el represamiento de las aguas del río Paraná para su aprovechamiento hidráulico. Las obras continuaron hasta el 2006, lo que ha permitido que su potencia actual sea de 14.000 megavatios. Solo en el 2010 esta obra recibió medio millón de visitas, en su mayoría profesionales ansiosos por conocer una de las siete maravillas del mundo moderno, según una encuesta hecha en 1994 entre ingenieros de diversas partes del planeta.