Frenan por daños camino en Hidalgo

13 abril 2010

12 de abril de 2010

Fuente: Reforma

Por Verónica Jiménez

IXMIQUILPAN, HGO.- Fracturas en la estructura de viviendas, filtraciones en cisternas y manantiales secos son algunas de las afectaciones que los pobladores de las comunidades indígenas de Las Emes y El Meje han denunciado a consencuencia de las obras de la carretera Orizabita-Boxhuada-La Pechuga.

Debido a ello, los habitantes de estos poblados impiden desde hace un mes la construcción del camino presuntamente porque las detonaciones empleadas por el Grupo Constructor Tulancingo para abrir un cerro han dañado su patrimonio.

Y es que esta carretera ha enfrentado diversas circunstancias que la han frenado.

Primero fueron los errores en el trazo del camino y la falta de permisos de impacto ambiental la que la llevaron a topar con una montaña, después la falta de recursos para continuar con el proyecto y ahora son las exigencias de estas comunidades para que se les paguen los daños.

Los afectados demandan la restauración del daño ecológico pues afirman que no sólo hay afectaciones en viviendas y depósitos de agua, sino que hay un derribamiento indiscriminado de árboles.

Son siete veneros de agua que han comenzado a secarse y en uno, es más evidente como el agua cambió su curso y la obra de almacenamiento que se realiza en la comunidad El Meje, prácticamente dejó fuera el manantial por lo que resulta inservible.

“El agua no dura nada, las afectaciones llegaron también a nuestras cisternas, hay filtraciones, estamos preocupados porque son comunidades muy apartadas y es muy difícil que nos manden pipas con agua.

“Acá se sufre por las altas temperaturas que vamos a hacer sin agua” apuntó el Delegado de la comunidad Las Emes, Mateo Desiderio Bautista.

El secretario de Obras Públicas del Gobierno del Estado, Cuauhtémoc Ochoa Fernández, reconoció que oficialmente son 12 viviendas, tres cisternas y dos manantiales ubicados en medio de las barrancas de la comunidad de Las Emes, los que presentan daños por el uso de explosivos.

“Las casas afectadas son las de abajo y las de arriba que están a diez metros no están afectadas, esas casas están construidas sobre terreno fangoso. Habría que revisar las cimentaciones, no es un asunto meramente de las detonaciones, podría ser, no estoy diciendo que no, pero no tiene nada que ver”, aseguró.

Sin embargo, anunció que realizarán un segundo dictamen técnico para confirmar el primer resultado, pero que esto se ha complicado porque ya no pueden ingresar a las localidades indígenas toda vez que el ambiente se tornó violento.

Conflicto Creciente

Y es que el conflicto no termina en los reclamos de los afectados para que se les repare el daño.

Ahora también hay riesgos de enfrentamientos entre las comunidades que tienen frenada la obra y aquellas que urgen el término de la misma.

Los enfrentamientos verbales han subido de tono y ya se registró una primera “retención” de un vecino de la comunidad La Lagunita quien junto con los delegados de las comunidades La Palma, El Álamo, La Pechuga, Ojuelos, La Bonanza, La Unión, La Milpota y Taxhay, emprendieron una serie de acciones para exigir que continúe la construcción del camino.

Los delegados de las nueve comunidades afectadas, argumentan que la obra es vital para las familias de esta zona del alto valle del Mezquital, que siguen batallando por el difícil acceso a sus comunidades.

“Nosotros no tenemos porque seguir sufriendo sin nuestra carretera, en tiempo de lluvias es muy complicado el acceso, si tenemos enfermos se nos mueren por falta de una atención médica inmediata.

“Nuestros niños y jóvenes tienen que ir a la escuela, pero la falta de camino les complica salir de sus comunidades” apuntó Domitilo Cerón, vecino de El Banxhú.

En la delegación regional de Gobernación, ubicada en Ixmiquilpan, no se han logrado acuerdos entre autoridades, delegados ni constructores y por el contrario, el encono creció y ahora ya ni las autoridades pueden entrar a las localidades afectadas, denunció el secretario de Obras Públicas.

‘Tengo miedo que se me caiga’

IXMIQUILPAN, HGO. Separaciones de hasta un centímetro pueden observarse en los muros de las casas dañas de los indígenas de esta zona del Valle del Mezquital.

María Asunción Pascle Hierbafrías asegura que con los trabajos para abrir el cerro su casa se fracturó.

“Todo está cuarteado, todas las casas están así, hasta el piso se abrió por las explosiones” lamentó la anciana.

Dijo que en el mes de noviembre cuando comenzó esto, las autoridades le prometieron que iban a arreglar sus casas, pero hasta el momento no hay nada.

“Yo creo que no es cierto, yo creo que nada más nos están diciendo mentiras y ya ni duermo tranquila porque tengo miedo que se me caiga la casa” apuntó.

El Delegado de la comunidad de Las Emes, Mateo Desiderio Bautista, aseguró que hay daños en casas, en depósitos de agua y en los manantiales, y que es urgente que se haga un estudio para confirmar las causas del problema al que atribuyen a las detonaciones para abrir la montaña.

“Todas las construcciones están dañadas y nosotros creemos que es producto de las explosiones que se están haciendo a unos cuatro kilómetros para seguir el camino” apuntó.

Habitantes de El Meje, se han sumado con sus vecinos de Las Emes en esta lucha para preservar su vida y su patrimonio.

Lucio Ortega, habitante de El Meje, acusó que desde el mes de noviembre, solicitaron el pago de daños y la utilización de otro tipo de tecnología para abrir el cerro y nadie les hace caso.

“No estamos mintiendo, ahí están los hechos, pero no nos toman en cuenta” aseveró.

Tanto la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales como la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente se deslindaron de la problemática.

De acuerdo con Héctor Rodríguez Muñoz, subdirector de gestión ambiental de la Semarnat, esta dependencia sólo participó en el cambio de uso de suelo y el permiso de impacto ambiental para que se pudiera abrir el cerro.

Y Amancio Moreno, subdelegado de la Profepa, aseguró que hasta el momento no existe ninguna queja por parte de los vecinos de las comunidades La Emes y el Meje que denuncien daños a manantiales o al entorno ecológico del lugar, aunque justificó que esos son los costos de la obra.

“Necesitaríamos hacer una visita, hasta ahora no tenemos quejas y mucho menos elementos para hablar u opinar en torno a lo que ocurre” acotó.

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