Un tubo que abastece de agua a la ciudad fue dañado por el desprendimiento de rocas y piedras. Foto: Josaphat Rodríguez / El Sol de León
 

El problema del que se informa ya se había presentado en una ocasión anterior, por los que se hicieron trabajos para proteger al tubo, como fue construir un muro de piedra, entre el cerro y el tubo, para que en caso de que se diera un nuevo derrumbe el impacto de las rocas sobre el tubo fuera menor.

Como ya se presumía podía ocurrir, pues hubo un nuevo desprendimiento de rocas, las que derribaron el muro de piedra, cayendo éste sobre el tubo, pero sin fracturarlo; no se sabe cuándo ocurrió el nuevo deslave, y si el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado tiene conocimiento del mismo.

El tubo afectado es a través del cual se conduce el agua del cárcamo de Puentecillas hasta el tanque del Venado, un tubo de un diámetro de cuando menos 18 pulgadas, es parte de la tubería que en el 2007 quedó sepultada por cientos de toneladas de tierra, al construirse sobre el mismo el terraplén sobre lo que era la Cañada del Chorro.

Al sepultar a la tubería se provocó una fuga de 20 litros por segundo, declaró el entonces director del Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guanajuato, Rafael Zárate Araiza, por lo que se obligó a la constructora Azacán, propiedad del ingeniero Alejandro Marcocchio Rodríguez, a que reparara el daño, lo que motivó que el tubo se colocara a lo largo de parte del perímetro del terraplén, junto al cerro, sin embargo cuando menos ha habido dos deslaves que han impactado parte del tubo, sin fracturarlo, por lo que se tendrían que tomar nuevas medidas de protección para impedir que un nuevo deslave dañe la importante línea de conducción de agua.

05 de mayo de 2014
Fuente: El Sol de León
Nota de Miguel Miranda