Guanajuato: La irresponsabilidad del Congreso

30 abril 2015

Lo que no dicen los diputados ni los integrantes del Ayuntamiento es en qué se gastaron esos mil 450 millones de pesos. Se sabe que el ex alcalde Ricardo Sheffield Padilla pidió prestados mil millones, lo demás son intereses y lo que debe el organismo operador del agua potable, que además colabora con otros mil millones de pesos para la construcción de la presa El Zapotillo.

El tema no tarda en brincar en las campañas, por un lado los candidatos a la alcaldía están obligados a fijar postura acerca de cómo piensan manejar la deuda, si todavía existe la posibilidad de alguna negociación y hasta cuándo se van a hipotecar las finanzas municipales.

La otra vertiente es escandalosa. Alguna vez, con todo y que sea información secreta, se podrá saber en qué se gastaron los mil millones de pesos.
La exalcaldesa Bárbara Botello Santibáñez, denunció al inicio de su gestión que ese dinero se esfumó en obras que no se realizaron.

La denuncia es grave, acusa a los gobiernos del PAN que se robaron más de mil millones de pesos en obras que no realizaron, ya ni casi tiene analizar que tampoco se necesitaban.

Alfonso Ruiz Chico, presidente de la estratégica comisión de Hacienda del Congreso, poco tiene que decir acerca de la deuda que agobia a los municipios porque en su momento, fueron los diputados los que alegremente aprobaron, peso por peso los préstamos, son corresponsables del desastre.

A los diputados que ya se van no hay quien les pida cuentas, lo interesante sería que los candidatos al congreso local igual fijaran postura en el tema de la deuda, si se atreverán a hacerles las cuentas a sus antecesores, a deslindar responsabilidades o continuará la tradición de hipotecar sin ton ni son las finanzas municipales.

Algo se habría avanzado porque al final del año pasado, estos omisos diputados finalmente se negaron a aprobar más deudas a los Ayuntamientos que pedían otros mil millones de pesos para que los pagaron los gobiernos municipales de los siguientes 18 años.

Entre las obras que proponían destacaba un gran estacionamiento en Celaya, el mismo que ofreció financiar con recursos federales el pastor de los diputados del PAN Villarreal García, sólo que pedía un 30 por ciento de comisión y el alcalde de la cajeta sólo ofreció el consabido diezmo, o sea el diez por ciento, al final en el escándalo el maldito estacionamiento se canceló.

Un caso especial fue el de Pénjamo donde la deuda que recibió el actual Ayuntamiento fue de más de 170 millones de pesos, por obras que no se hicieron o que se dejaron a medias por el evidente sobreprecio, en la dura negociación, hubo que pedir otro crédito para pagar a los contratistas y a los bancos, con quitas y abonos a largo plazo, para que el gobierno no dejara de prestar los servicios básicos.

Fue precisamente el alcalde de Pénjamo Jacobo Manríquez Romero, quien promovió en el Senado de la República un freno a la irresponsabilidad del Congreso local, ya no se les pide a los diputados que ayuden a los municipios a negociar la deuda, sino por lo menos a que ya no autoricen más préstamos a los alcaldes amigos.


29 de abril de 2015
Fuente: El Heraldo de León
Nota de Juan Ignacio Morales Castañeda

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