Guerrero: contamina en Atliaca planta tratadora

05 noviembre 2012

Olores fétidos y ríos de suciedad corren por las calles de esta comunidad, mientras que la planta es el mayor foco de contaminación.

“Eso parece una gran alberca, pero de aguas negras”, describe en entrevista el estudiante de la escuela preparatoria popular, Carlos Caballero.

Y es que la planta de tratamiento general se encuentra a unos 30 metros de las escuelas secundaria y preparatoria, y está llena de agua sucia.

Esa agua no es tratada, porque el colector principal, lecho de secado, el sedimentador y el emisor, que es el que conduce a la descarga final de la planta, no funcionan. Además, no tienen luz eléctrica. La red de drenaje a la que deberían de conectarse los habitantes del pueblo, tampoco funciona.

“Yo vivo en la calle Aldama, la olla del drenaje se reventó y los olores son terribles”, cuenta, por su parte, Gaudencio Caballero Tepotzin, vecino de esta comunidad.

Los charcos de aguas sucias que corren por las calles, obligan a los automovilistas a conducir a paso de rueda.

La obra hídrica integral, que concluyó en 2009, con un costo de 22 millones de pesos, tiene serias anomalías que han hecho que los pobladores se nieguen a conectarse, como tubería rota, y pozos y tubería azolvados.

El 23 de septiembre del 2011, el jefe del departamento de Operación de Sistemas de Tratamiento de Aguas Residuales de la Capaseg, Víctor Hugo Torreblanca Cabañas, firmó una minuta con las autoridades de la comunidad en la que se comprometió a realizar los trabajos de rehabilitación y a poner en marcha la planta de tratamiento de aguas residuales, y a desazolvar todos los pozos, cajas, y las tuberías del emisor vertido.

Gonzalo Guerrero Suárez, miembro del comité de seguimiento de la obra, aseguró que los funcionarios de la Capaseg incumplieron su promesa, ya que la planta sigue sin funcionar.

“Lo peor es que la planta se convirtió en un grave foco de contaminación, ya que la poca agua sucia sin tratar que logra salir, se va a los manantiales, que es donde mucha gente acude para tomar agua, y la utiliza para lavar su ropa”, alertó.

El proyecto que presentaron las autoridades de la Capaseg, dijo, señala que esa agua ya tratada debería de llegar a los sembradíos de maíz y de frijol que tienen los campesinos a la salida de la comunidad.

Para Guerrero Suárez, la administración que encabezó el Gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, pudo ser la responsable de que la obra no funcione. Sin embargo, acotó, funcionarios del actual Gobierno de Ángel Aguirre Rivero se comprometieron a rehabilitarla y a investigar las irregularidades, pero nada de eso se ha hecho.

Olvidan apoyo y sanciones

Autoridades estatales y federales han ignorado el problema de contaminación que padece esta comunidad por la falta de un sistema de drenaje y una planta de tratamiento que opere.

En septiembre del 2011, habitantes de Atliaca le enviaron un escrito al Auditor General del Estado, Arturo Latabán López, en el que pidieron una investigación financiera a las autoridades de la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Guerrero (Capaseg), y a las empresas que construyeron la planta de tratamiento.

El escrito fue firmado por el Comisario Municipal, Alfonso Pochotl Valero, y el presidente del Comisariado de Bienes Comunales, Bruno Domingo Sevilla, y ahí alertaron que es grave que la planta siga sin funcionar, ya que el agua sucia acumulada puede generar un gran problema de salud y contaminación ambiental.

Sin embargo, hasta ahora no han tenido respuesta.

Gonzalo Guerrero Suárez, miembro del comité de seguimiento de la obra, señaló que el Gobierno de Ángel Aguirre Rivero ya les dijo que este año no hay recursos públicos para rehabilitar la obra, y que es posible que en 2013 haya dinero, pero que depende si el Congreso local aprueba una partida presupuestal para este tipo de obras.

Gaudencio Caballero, profesor de la Escuela Preparatoria Popular que funciona en esta comunidad indígena, aseguró que muchas familias se negaron a conectarse a la red de drenaje por desconfianza en el funcionamiento de la obra.

“Aquí la gente tiene por costumbre construir una fosa séptica en el patio de su casa, y eso les ha funcionado adecuadamente. Yo tengo mi letrina en mi casa, no me he conectado a la red porque primero quiero ver si esto va a funcionar”, externó.


05 de noviembre de 2012
Fuente: Reforma

Nota de Jesús Guerrero

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