Haiti se prepara para la temporada de huracanes

27 julio 2010

27 de julio de 2010
Fuente: Eurasia Review

Mientras que ya está en marcha la planificación a largo plazo para la reconstrucción de Haití, se está haciendo un esfuerzo intenso para preparar a los haitianos para posibles tormentas tropicales severas y una peligrosa temporada de huracanes, así como para las inundaciones y desprendimientos de tierras que los suelen acompañar, según dijo un alto funcionario estadounidense del ámbito del desarrollo.

La mayoría de la gente que vive en la región de Puerto Príncipe, la zona más devastada por el terremoto del 12 de enero, corren el mayor peligro a causa de las lluvias e inundaciones que conlleva la temporada de tormentas en el Caribe, dijo Paul Weisenfeld, coordinador del equipo de trabajo de Haití en la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

“Por tanto, la preocupación ha sido nivelar el terreno, distribuir grava, limpiar los canales de drenaje, construir zanjas para que el agua se pueda canalizar, y así reducir el riesgo de inundaciones”, dijo Weisenfeld durante una sesión informativa sobre los seis meses desde el terremoto de Haití que tuvo lugar en el Centro de Prensa Extranjera de Washington. “Fue un gran esfuerzo y se ha invertido mucho dinero en ello, y es un esfuerzo que continua”.

Mientras continúa la planificación para la reconstrucción de Puerto Príncipe de las demás zonas perjudicadas por el terremoto de 7,0 grados de magnitud, se tienen que realizar tareas también para preparar a los supervivientes y a aquellos desplazados por el terremoto para las tormentas tropicales y huracanes que probablemente vayan a producirse.

“También estamos intentando que la gente vaya a los refugios. Evidentemente, esa es la mejor solución a mediano y largo plazo”, dijo Weisenfeld el 19 de julio.

El funcionario indicó a los periodistas que la planificación para la temporada de tormentas comenzó en abril, cuando las agencias de las Naciones Unidas y las unidades militares del Departamento de Defensa de Estados Unidos trabajaban todavía en la etapa de recuperación. Parte de este esfuerzo era identificar los campamentos de desplazados que corren el peor riesgo de inundación o desprendimiento de tierras, y aproximadamente 7.500 personas se trasladaron a tierras más altas, según dijo.

Además, se hicieron varios arreglos de ingeniería en otros campamentos, alrededor de 20 en total, para reducir el riesgo de inundaciones y desprendimientos de tierras, dijo Weisenfeld.

“Cuando hay una población desplazada tan grande, cualquier tipo de tormenta que pase por la ciudad de Puerto Príncipe preocupa muchísimo”, agregó.

PLANIFICACIÓN DE LA RECONSTRUCCIÓN

Los demás problemas generales tienen que ver con la reconstrucción, comentó Weisenfeld. Los economistas del Banco Mundial calcularon que reconstruir Puerto Príncipe y las zonas adyacentes podría tardar entre siete y diez años. Weisenfeld dijo que de la magnitud de los daños se deduce que la reconstrucción de Haití para que esté en mejores condiciones que antes del terremoto supondrá un esfuerzo plurianual.

La sostenibilidad a largo plazo exige trabajar por medio del gobierno e instituciones haitianos, según agregó.

“Evidentemente, [el gobierno] se ha visto tremendamente debilitado por este terremoto, así que al mismo tiempo que ponemos en funcionamiento los programas de reconstrucción, tenemos que fortalecer las instituciones del gobierno para poder trabajar por medio de estas”, manifestó.

La USAID, los grupos de ayuda humanitaria de la ONU y las organizaciones no gubernamentales que trabajan conjuntamente están buscando maneras de emplear nuevas tecnologías que sean más innovadoras en materia de reconstrucción y para “ayudar a Haití a dar un salto desde su estado tecnológico actual”, indicó Weisenfeld. A modo de ejemplo, cabe citar el proyecto de banca móvil que se inició en fechas recientes que funciona conjuntamente con la Fundación Bill y Melinda Gates.

Se ha utilizado un programa similar en Kenia y Filipinas, según dijo. “Haití es un país en el que antes del terremoto el 90 por ciento de los haitianos nunca habían tenido acceso a servicios bancarios o nunca había utilizado un banco”, expresó Weisenfeld, “pero los haitianos tienen gran acceso a los teléfonos móviles”.

“Si la gente tiene acceso a servicios bancarios y puede hacer pagos más fácilmente y empezar a ahorrar dinero, esto reduce costos y mejora la eficiencia del sistema y básicamente ayuda a la gente a avanzar más en el plano económico”, declaró Weisenfeld.

VIVIENDA Y ALIMENTOS

La vivienda es un elemento esencial para ayudar a los haitianos a rehacer sus vidas y medios de vida, según comentó Weisenfeld, como lo es alimentar a la población y mantener un sector agrícola productivo. Se distribuyeron semillas y fertilizantes a los agricultores haitianos para que pudieran plantar sus cosechas a tiempo y evitar que el país cayera vertiginosamente en un ciclo de inseguridad alimentaria.

Actualmente se está proporcionado vivienda transitoria y se han dotado fondos para al menos 7.500 casas, según dijo Weisenfeld. La comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos, ha proporcionado alrededor de 5.000 casas de ese total. Una evaluación técnica de alrededor de 170.000 casas y edificios de Puerto Príncipe reveló que el 46 por ciento eran habitables, lo cual fue una sorpresa agradable, según agregó.

Comentó que algunas de las viviendas estaban disponibles de inmediato, otras necesitaban arreglos mínimos y otras necesitaban obras más extensas. Se han distribuido fondos para que empiece la reconstrucción de las viviendas, dijo el funcionario.

“Por tanto, hacer este trabajo y que la gente pueda regresar a sus comunidades va a constituir un gran esfuerzo”, dijo Weisenfeld a los periodistas.

Fuente: US Department of State