Infraestructura Escolar: los riesgos para la salud

19 mayo 2009

Fuente: Excélsior
18 de mayo de 2009
Por Mario Luis Fuentes

Las medidas sanitarias emitidas por la Secretaría de Salud por las que se indica a los centros escolares realizar una campaña de limpieza general, se enfrentan a la realidad de la falta de la infraestructura básica que se requiere para su implementación. Aunado a ello, muchas escuelas en México carecen de espacios en las condiciones adecuadas para desarrollar las actividades de enseñanza cotidianas.

Por estos motivos, el Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS) analiza la situación de los inmuebles escolares del nivel de educación básica, con el fin de mostrar el grado de rezago existente en nuestro país, así como la urgencia de reformar en el corto plazo los mecanismos de dotación de equipamiento y de mejoramiento y mantenimiento de la infraestructura instalada.

Estudios de la Secretaría de Educación Pública (SEP) demuestran que a mayor desigualdad hay un menor rendimiento escolar, lo cual se relaciona al menos con los siguientes factores: la pobreza y marginación en que viven los estudiantes, el capital cultural de sus familias y el nivel de enseñanza que ofrecen las escuelas, lo que depende necesariamente del equipamiento e infraestructura disponible.

El documento Sistema educativo nacional, principales cifras publicado por la SEP—, muestra que en el ciclo escolar 2007-2008 la cobertura en los servicios de educación primaria llegó, en promedio, a 95.1% y a 94.2% en secundaria.

En ese ciclo el país tenía 244 mil 347 planteles en todos los niveles, de los cuales 90.1% corresponde a las escuelas de educación básica, es decir, 220 mil 348 centros educativos. Éstos se subdividen en 88 mil 426 correspondientes a educación preescolar; 98 mil 225, a primarias, y 33 mil 697, a secundarias; 2.1% son planteles utilizados en capacitación para el trabajo (seis mil 383 escuelas); 5.52%, en media superior (13 mil 493 escuelas) y sólo 1.69% de escuelas corresponden a nivel superior y de posgrado (cuatro mil 123 escuelas).

Estas escuelas tienen un financiamiento que puede provenir del gobierno federal o de las entidades. Así, de las más de 244 mil escuelas que hay en México en todos los niveles educativos, 37 mil 656 eran de sostenimiento federal (15.4%); 165 mil 987 eran financiadas con recursos estatales (67.9%); mil 544 son autónomas (6.4%, las cuales en su mayoría son universidades e instituciones de educación superior) y 39 mil 160 eran particulares (16.02%).

Las escuelas en México enfrentan un enorme problema respecto de las condiciones físicas y relacionadas con la dotación de infraestructura.

En 2007, la SEP presentó el reporte Resultados del diagnóstico de inmuebles escolares de la República Mexicana, en el cual se sistematizaron datos relativos a 165 mil 540 planteles de primaria y secundaria evaluados durante el ciclo escolar 2004-2005.

En estos planteles se concentró una matrícula de 24 millones 224 mil 845 alumnos. Del conjunto de escuelas evaluadas, 81 mil 932 planteles (49.5%) se encuentran en un estado que se califica como “malo”, es decir, no cumplen los requerimientos indispensables para la educación; 59 mil 980 (36.2%) fueron ubicados en una categoría de “regular”, y sólo mil 176 (0.7%) son considerados en “buena” condición.

De acuerdo con la Secretaría, del total de planteles evaluados, 21 mil 473 no fueron construidos con el objetivo de impartir educación. De ese total, 60.4% era originalmente viviendas; 5% era locales comerciales; 2.5%, anexos de oficinas públicas; 2.7%, edificios de departamentos, y 1.2%, casas de cultura públicas.

De las más de 165 mil escuelas para las que se hizo este análisis, al momento de la evaluación, 19.4% tenía una antigüedad de 31 o más años; 23.1%, una edad de 21 a 30 años; 24.1%, de 11 a 20 años, y sólo 25.5%, de uno a diez años.

La Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Salud han hecho recomendaciones para enfrentar la amenaza de contagios por el virus de influenza A H1N1 en las escuelas de todos los niveles.

En el documento ¿Qué hacer para reanudar las clases sin riesgo?, ambas dependencias indican que en los planteles se debe garantizar, como mínimo, la suficiencia de insumos para la higiene como agua para limpieza, cloro, jabón para el lavado de manos, toallas de papel para secar manos y cesto de basura, así como tener una ventilación permanente en los salones y mantener limpios y desinfectados las superficies de contacto común, como barandales, manijas o equipos educativos.

Sin embargo, muchas de las escuelas no pueden seguir esas recomendaciones, pues no tienen condiciones de infraestructura adecuadas para atenderlas ni para prevenir otras infecciones, como las enfermedades gastrointestinales o las transmitidas por vector, como el dengue y el paludismo.

De acuerdo con los resultados del diagnóstico, del total de primarias, hay ocho mil 561 que no disponen de agua (5.17%) y 39 mil 327 se surten por medio de pozos, manantiales, aljibes y pipas.

Asimismo, en materia de saneamiento, se identifica que en casi 53 mil inmuebles hay fosa séptica en lugar de drenaje, y destaca que 51 mil 686 escuelas no tienen energía eléctrica (31.2%).

Las condiciones varían según las modalidades de primaria y secundaria, donde las públicas y aquellas ubicadas en comunidades indígenas eran las más desfavorecidas.

Según el estudio Infraestructura escolar en las primarias y secundarias de México, 2007 elaborado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), a nivel nacional sólo 66.2% de las primarias y 69.4% de las secundarias tenían servicios básicos de energía eléctrica, agua, drenaje y pavimentación en el interior y exterior.

En este estudio, las peores condiciones se encontraron en las telesecundarias, en las que en una de cada tres se carecía de agua; más de 55% no contaba con un laboratorio, o si lo tenían, lo usaban como aula, y 25% de sus estudiantes educativa no tenía mesa-bancos.

Es paradójico que, tratándose de telesecundarias, en 12% no había televisores suficientes, y en 15% no había antenas parabólicas o decodificadores de la señal a través de la cual se difunden las lecciones.

En materia de infraestructura los contrastes son marcados: mientras que 96.4% de las primarias privadas tenían todos los servicios básicos (agua,drenaje, energía eléctrica), estas condiciones se encontraron sólo en 88.8% de las primarias urbanas públicas; en 59.2% de las primarias rurales públicas y en 48.6% de las primarias indígenas.

En secundaria el escenario se repite: 97.4% de las secundarias privadas poseen todos los servicios básicos; en contraste, 11.9% de las secundarias generales, 19.3% de las técnicas y 47% de las telesecundarias carecen de tales servicios.

En lo que respecta al indicador de “escuelas en buenas condiciones de limpieza y en orden suficiente”, los datos del INEE revelan que a nivel nacional sólo 84.6% de las primarias se encontraban ordenadas y mostraban limpieza.

Además, 11.8% de las primarias urbanas públicas presentan niveles deficientes de orden y limpieza del plantel. En la misma condición está 14.3% de las primarias rurales.

Además de las carencias de infraestructura física, muchas de las escuelas carecen de los servicios necesarios para desarrollar adecuadamente las actividades de enseñanza.

De acuerdo con el documento citado relativo a la infraestructura escolar, a 147 mil 463 planteles les faltaban laboratorios (89.1%) y 152 mil 616 planteles carecían de talleres (92.2%). Sobre cuestiones relativas a la educación física y cultura del deporte, en 112 mil 344 planteles (67.8%) se carecía, al momento de realizar la evaluación, de instalaciones para hacer ejercicio.

Por otra parte, el INEE indica que no todas las escuelas cuentan con biblioteca. A nivel nacional sólo 34.7% de las escuelas tenía esta instalación en 2005, presentándose enormes contrastes: mientras que 63.7% de las primarias privadas poseía bibliotecas, estos espacios se encontraron sólo en una de cada dos escuelas primarias urbanas; asimismo, 70% de las primarias rurales públicas carecía de bibliotecas y 82.7% de las primarias indígenas compartía esa situación.

En secundaria sólo 57.09% de los planteles tenía biblioteca. Nuevamente en este nivel las desigualdades son marcadas: mientras que en 85.2% de las secundarias privadas se contaba con biblioteca, sólo en 35.6% de las telesecundarias se tenía. Además, destaca que sólo la mitad de las secundarias del país cuenta con laboratorios de física, química y biología (54.9%).

Finalmente, en 33.7% de las estructuras físicas de primarias rurales públicas se detectaron cuarteaduras, fisuras o indicadores visibles de que la construcción se encuentra en mal estado y 27.2% de las secundarias a nivel nacional presenta cuarteaduras, fisuras o indicadores visibles que la construcción se encuentra en mal estado.

 

 

 

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