Inundaciones y falta de agua, efectos del cambio climático

22 noviembre 2007

Ciudad de México (22 de noviembre de 2007).- El cambio climático provocará una reducción acelerada en la disponibilidad de agua en el país, mientras que el incremento del nivel del mar acentuará la vulnerabilidad de algunas regiones a las inundaciones; se prevén mayores riesgos en las desembocaduras de los ríos Grijalva, en Tabasco, y Coatzacoalcos y Pánuco, en Veracruz.

Esto lo plantea el libro Efectos del cambio climático en los recursos hídricos en México, del director del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), Polioptro Martínez, que se presentó anoche en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; advierte que este fenómeno incidirá en la demanda de agua, sobre todo de los ecosistemas y de la agricultura que actualmente es el principal usuario en el mundo.

Señala que también se observarán modificaciones en la calidad del agua en los ríos, lagos, humedales y ecosistemas costeros. “Puesto que el líquido es el motor de la vida, es de esperarse que los cambios en el ciclo hidrológico produzcan a su vez transformaciones de consideración en los ecosistemas y en la salud”.

En México, refiere, las estimaciones de un aumento en la temperatura de entre 2 y 4 grados centígrados provocarán alteraciones en la precipitación, principalmente en el norte del país, donde se espera una menor frecuencia de lluvias en promedio, sequías más recurrentes e intensas y una disminución del escurrimiento, que en algunas regiones será de alrededor de 20 por ciento al final del siglo.

El libro sostiene que al incrementarse los requerimientos de agua habrá menor disponibilidad natural del líquido, lo cual configura un escenario de creciente escasez. “Al disminuir la precipitación promedio en el sureste, también se prevén menores volúmenes disponibles para generación de energía”.

En relación con el incremento del nivel del mar, considera que esto hará vulnerables algunas regiones a las inundaciones, pues se reducirá la capacidad de descarga de los cauces. Mientras, la elevación de los océanos, intensidad y patrones de oleaje y corrientes litorales podría ocasionar alteraciones en los procesos de erosión y sedimentación en las zonas costeras, lo que tendría serios efectos ambientales en manglares y lagunas litorales.

Detalla que en las regiones áridas se espera que las sequías sean más frecuentes y deberá prestarse más atención a las cuencas de los ríos en la región norte, en especial en la del Bravo. Indica que en el país, aun sin cambio climático, la gestión de los recursos hídricos se complicará en los próximos años como resultado del crecimiento demográfico y del desarrollo económico.

Frente a esta situación es urgente que se realicen estudios regionales para eliminar en lo posible la incertidumbre en los pronósticos y definir los efectos, medidas de adaptación y priorizar su aplicación en las regiones más sensibles a los efectos del cambio climático, puntualiza.

Por: Angélica Enciso

Fuente: La Jornada

Sitio web: http://www.jornada.unam.mx/2007/11/22/index.php?section=sociedad&article=043n2soc

 

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