La protección de los océanos, pieza clave en la lucha contra el cambio climático
30 junio 201706 de Junio 2017
Fuente: La Vanguardia
Nota: Joaquim Elcacho
Un estudio internacional detalla los cinco mecanismos que convierten a las áreas marinas protegidas en grandes barreras contra el calentamiento global.
La existencia de grandes reservas marinas -zonas protegidas de la pesca intensiva y otros tipos de explotación de los recursos naturales- puede ayudar a mitigar los efectos del cambio climático en el conjunto del planeta. Esta es la principal conclusión de un estudio internacional que publica la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS, 5 de junio). Los autores detallan los cinco mecanismos o procesos que relacionan la buena gestión de las áreas marinas protegidas con la reducción de los efectos negativos del cambio climático.
De forma paralela pero coincidiendo en el tiempo, el gobierno de Gabón ha anunciado esta semana la creación de la mayor red de áreas marinas protegidas de en aguas de África. Este conjunto de zonas protegidas comprende el 26% de los mares territoriales de este país centroafricano y alberga una gran diversidad de especies marinas amenazadas, incluyendo las mayores poblaciones reproductoras de tortuga laúd y tortuga olivácea, así como 20 especies de delfines y ballenas.
El estudio científico que ahora ha publicado PNAS, encabezado por el profesor Callum M. Roberts, de la Universidad de York (Reino Unido), explica que la correcta gestión de las áreas marinas protegidas ayuda a los ecosistemas marinos y las personas a adaptarse a cinco impactos clave del cambio climático: la acidificación de los océanos; aumento del nivel del mar; el aumento de la intensidad de las tormentas; los cambios en la distribución de especies y disminución de la productividad; y la disponibilidad de oxígeno.
Las reservas también pueden promover la captación y almacenamiento a largo plazo de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente en los humedales costeros; lo que ayuda a reducir la tasa de cambio climático, según destacan los autores de este estudio.
Solo el 3,5% de la superficie marina está protegida, el objetivo es llegar al 30% en 2030
Los autores recuerdan que en la actualidad solo el 3,5% de los mares y océanos del planeta tienen algún tipo de protección legal y, aproximadamente, el 1,6% del total de las aguas marinas de la Tierra disponen de protección total ante la explotación de sus recursos.
Diversas iniciativas internacionales, entre las que se encuentra Pristine Sea (liderada por el oceanógrafo Enric Sala), trabajan para alcanzar que el 10% de los océanos estén legalmente protegidos en 2020. El Congreso Mundial de la Naturaleza, celebrado en 2016 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, estableció el objetivo de que en 2030 esta cifra de superficie protegida alcance como mínimo al 30% de la superficie de los mares y océanos del planeta.
Después de revisar los principales estudios científicos llevados a cabo durante los últimos años, el equipo que encabeza el profesor Callum Roberts concluye que las Reservas Marinas y las Áreas Marinas Protegidas aportan importantes elementos complementarios en la lucha contra el cambio climático. Los expertos, no obstante, destacan que los efectos positivos están en relación directa con la buena gestión de estas áreas protegidas y su dimensión (como es obvio, los mejores resultados corresponden a las reservas de mayores dimensiones).
La propia Universidad de York, en una nota divulgativa sobre este nuevo estudio, relaciona brevemente estos cinco elementos:
Proteger las costas de la elevación del nivel del mar, las tormentas y otros eventos climáticos extremos.
Ayudar a compensar las disminuciones inducidas por el cambio climático en la productividad de los océanos y la pesca.
Proporcionar refugios para las especies a medida que ajustan sus rangos a las condiciones cambiantes.
Puede ayudar a combatir la acidificación.
Los mares y océanos pueden ayudar a consolidar los beneficios climáticos conseguidos con otras acciones globales
La investigación que se publica estra semana, por otra parte, muestra que incrementar la protección de los océanos también mejorará las perspectivas de recuperación ambiental después de que las emisiones de gases de efecto invernadero hayan sido controladas.
El profesor Callum Roberts recuerda que existen “muchos estudios en los que se muestra que las reservas marinas bien gestionadas pueden proteger la vida silvestre y apoyar la pesca productiva”. La nueva aportación de este estudio se basa en relacionar estos espacios protegidos con la lucha contra el cambio climático.
Matt Rand, Director del Proyecto Pew Bertarelli Ocean Legacy, una de las entidades que apoyó de la investigación publicada ahora en PNAS, destaca que, “este estudio debe ser una prueba positiva para los políticos y gestores que pueden hacer realidad la creación de reservas marinas, y mejorar su gestión”.
Artículo científico de referencia:
Marine reserves can mitigate and promote adaptation to climate change. Callum M. Roberts et al. PNAS, June, 5. doi: 10.1073/pnas.1701262114
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