Los desastres no son naturales, pero si los fenómenos que los producen

23 febrero 2010

Gran porcentaje de los desastres naturales son producto de la irresponsabilidad humana

23 de febrero de 2010

Fuente: Mi Morelia

Por Luis Enrique Mendoza De Los Santos

Michoacán, por sus características geológicas, geotécnicas, demográficas e históricas de desastres se encuentra sujeto a diversos fenómenos meteorológicos, sísmicos, incendios, explosiones, accidentes terrestres y aéreos, fugas o derrames de sustancias peligrosas, disturbios sociales, epidemias, alteraciones climáticas, entre otras. La gravedad con la que estos fenómenos pueden presentarse, provocarían desde trastornos locales hasta alteraciones generalizadas, por lo que es necesario la participación y coordinación de las Dependencias y Entidades de la Administración Pública en sus tres niveles de gobierno, buscando de igual forma la participación y coordinación con los sectores social y privado; y principalmente, la población; para la atención de las tareas de prevención, auxilio, rescate y restablecimiento, tomando como premisa que es responsabilidad de todos cuidar nuestro mundo y lo que se les pretende dejar a las nuevas generaciones.

Durante las últimas décadas, quienes habitamos este maltratado hemisferio, lamentablemente hemos desarrollado prácticas de urbanización, producción, consumo y vivienda, que en la mayoría de los casos han estado totalmente divorciadas del contexto ambiental, ignorando el equilibrio ecológico que debe existir en nuestro planeta. Como consecuencia, nos hemos convertido en sociedades altamente vulnerables frente a las amenazas naturales y provocadas por el hombre, que lamentablemente predominan hoy día en nuestro mundo.

El término desastre hace referencia a las enormes pérdidas humanas y materiales ocasionadas por eventos o fenómenos como los terremotos, inundaciones, deslizamientos de tierra, deforestación, contaminación ambiental y otros. Los desastres no son naturales, sino los fenómenos que los producen. Este término se diferencia en dos “fenómenos naturales” y “desastre natural”. Donde la naturaleza se encuentra en un proceso permanente de movimiento y transformación, que se manifiesta de diferentes maneras, a través de fenómenos de cierta regularidad como la lluvia en algunos meses del año en zonas montañosas, y de aparición extraordinaria; como los temblores de la tierra, las erupciones volcánicas o el desgaste natural del suelo donde se produce la erosión.

Otros desastres pueden ser causados por ciertas actividades humanas, que alteran la normalidad del medio ambiente; como ejemplo podemos mencionar: la contaminación, la explotación errónea e irracional de los recursos naturales renovables como los bosques y el suelo y no renovables como los minerales, la construcción de viviendas y edificaciones en zonas de alto riesgo

Como una manera de dejar más claro lo que representa la reacción de la madre naturaleza ante el embate de la que es víctima día con día y que contribuye a la propia destrucción del hombre por el hombre, trataremos en esta reflexión de plasmar lo que desde nuestra óptica muy particular nos representan los desastres; porque además, la Naturaleza no es la “única” responsable de los acontecimientos que enluta cientos de miles de familias, afecta economías mundiales y trastorna la misma seguridad y estabilidad de la tierra.

QUE ES UN DESASTRE??

Es un evento concentrado en tiempo y espacio, en el cual la sociedad o una parte de ella sufre un severo daño e incurre en pérdidas para sus miembros, de tal manera que la estructura social se desajusta y se impide el cumplimiento de las actividades esenciales de la sociedad, afectando el funcionamiento vital de la misma. Los efectos de un desastre natural pueden amplificarse debido a una mala planificación de los asentamientos humanos, falta de medidas de seguridad, planes de emergencia y sistemas de alerta provocados por el hombre.

Tipos de desastres naturales: Avalancha, El Calor, Corrimiento de tierra (Un corrimiento de tierra es un desastre estrechamente relacionado con las avalanchas, pero en vez de arrastrar nieve, llevan tierra, rocas, árboles, fragmentos de casas, etc.); Enfermedad, Erupción límnica (Una erupción límnica es una repentina liberación de gas asfixiante o inflamable de un lago); Erupción volcánica, ,Frío, Granizo, Hambruna, Hundimiento de tierra, Huracán, Impacto astronómico (Los impactos astronómicos son causados por la colisión de grandes meteoros, asteroides o cometas con la Tierra; Incendio, Inundación Manga de agua, Sequía, Terremoto, Tormenta, Ventisca, Tormenta eléctrica, Tormenta solar, Tornado, Tsunami, Megatsunami, y Ola Brava.

Frecuentemente surge la pregunta entre las comunidades científicas encargadas de estos temas sobre qué tan natural es un desastre natural. Esto es, qué tan responsable es la actividad humana, tal como la industrial, del creciente número de desastres naturales en el planeta, en virtud del hecho de que ello está acelerando el ritmo de calentamiento del planeta. También se discute sobre la inequidad económica, que vulnera más a los más pobres y les impide acumular el capital necesario para construir en zonas de menor riesgo, por citar sólo unos ejemplos de la contribución del hombre a aumentar el riesgo de desastres naturales.

De acuerdo con los datos recopilados en el informe del “Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo”, se dice que aproximadamente el 75 % de la población mundial viven en zonas que han sido azotadas, al menos una vez entre 1980 y 2000, por un terremoto, un ciclón tropical, una inundación o una sequía. Los desastres naturales se encuentran íntimamente relacionados con los procesos de desarrollo humano; los desastres ponen en peligro el desarrollo humano. Las decisiones en materia de desarrollo, tomadas por particulares, comunidades y naciones, pueden generar nuevos riesgos de desastre, pero esto no tiene que ser necesariamente así, el desarrollo humano también puede contribuir a reducir eficazmente los riesgos de desastre.

El informe señala que miles de millones de personas en más de 100 países se ven expuestas periódicamente a una serie de desastres naturales o provocados por la mano del mismo hombre, que arrojan como resultado la pérdida de vidas humanas, por lo menos 184 muertos por día en distintas partes del mundo. En el documento de referencia se sostiene que los riesgos de desastres no son inevitables; y, que los procesos de desarrollo son responsables de que la exposición física se traduzca en desastres naturales. Esto es evidente al observar que, si bien sólo el 11 % de las personas expuestas a peligros naturales vive en países con un bajo índice de desarrollo humano, representan más del 53 % en el total de las muertes registradas.

Hoy en día, aún en países de pocos recursos económicos, es posible mitigar el potencial demoledor de terremotos, huracanes, tsunamis y otras amenazas. Esa es la filosofía del programa de preparativos para situaciones de emergencia y socorro en casos de desastres de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Este programa esta considerado como ejemplo mundialmente y esto se debe, entre otras razones, a su concepción integral de la reducción de riesgos, que es trabajando sobre todo en la preparación y mitigación de los desastres, que involucra a todos los sectores de la sociedad, en sus necesidades físicas, mentales y sociales.

El cambio climático incrementará los desastres naturales en el planeta: sscenderá el nivel de los mares y aumentará la temperatura. El efecto devastador del cambio climático en las poblaciones costeras fue predicho por científicos de más de cien países reunidos en el Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC), que estimaron que ascenderá dramáticamente el nivel de los mares.

De acuerdo con estas previsiones, miles de ciudades e islas correrán grandes riesgos. En el informe mundial sobre desastres de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se anuncia que en los próximos 20 años las estimaciones de costos por desastres climáticos oscilarán entre los 6 billones y los 10 billones de dólares; esta cantidad representa un porcentaje diez veces superior a la ayuda destinada a los países menos adelantados del mundo, que son los que sufrirán las peores consecuencias. “Las emisiones de anhídrido carbónico per cápita en los Estados Unidos son 300 veces superiores a las de Mozambique”, ejemplificó el informe.

Una de las consecuencias de este azote será lo que se conoce con el nombre de “refugiados ambientales”. “Los desastres naturales incluyen sucesos tales como sismos, erupciones volcánicas y sequías, así como otras catástrofes que pueden ocasionar presiones sobre las poblaciones, que deben refugiarse en otra parte del mundo”, dijo el coordinador del Movimiento Argentino Ecológico, Alberto Bertona.

El año 2002, resultó el segundo año más caluroso de la historia documentada. Según las estadísticas, nueve de los diez años más calurosos de todos los tiempos. Acontecimientos recientes han demostrado la importancia del manejo de desastres en la planificación del desarrollo y la frecuencia con que este tema se pasa por alto. Como lo señaló un alto funcionario del Banco Mundial: “los desastres no respetan personas ni lugares. Golpean en cualquier parte ; en los países en desarrollo, donde en parte son responsables de mantener a muchas personas en condiciones de pobreza, y en las naciones occidentales industrializadas”.

En las ultimas tres décadas se ha producido un importante desarrollo en la comprensión de lo que convierte a la gente y a los valores sociales, económicos y medioambientales, en susceptibles a los peligros. La vulnerabilidad es un reflejo del estado de las condiciones físicas, sociales, económicas, individuales y colectivas; por eso, en muchos países se han adoptados enfoques más concretos a la prevención y esto ha sido posible gradualmente gracias a los cambios sustanciales de las autoridades y la propia población. La gente pasó de la defensa al ataque; de grandes pérdidas a pérdidas pequeñas; de lamentarse a prepararse.

La Estrategia y el Plan de Acción de Yokohama para un Mundo más Seguro, consideran la evaluación del riesgo como “un paso necesario para adoptar políticas y medidas de reducción de desastres adecuadas y exitosas” la evaluación del riesgo implica la identificación y el análisis de los peligros (naturales y de todo tipo) y el análisis de la degradación y los cambios medioambientales, así como la vulnerabilidad socioeconómica que aumentan los riesgos. De ahí la importancia de implicar de manera directa la participación de la gente que se ve expuesta a los peligros; para que conozcan los riesgos a los que se enfrentan, las medidas preventivas, la atención a los mismos y como sobrevivir a estos.

Desafortunadamente la visión del riesgo varía entre los individuos, las comunidades y los propios representantes del gobierno; habrá quienes manejen su perspectiva muy particular sobre el peligro o riesgo en que se encuentren personas, su patrimonio y el mismo medio ambiente; sobre todo por desconocer de manera precisa y oportuna la información sobre los peligros y vulnerabilidad que provoca un agente destructivo. No ha de faltar quien todavía manifieste: “aquí no pasa nada; no lo necesito”; argumento que desafortunadamente es común, muy común, en México.

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