Los ocho árboles que cuentan la historia de la Amazonía

03 octubre 2012

Esos ocho árboles revelan los patrones de lluvias durante el último siglo en toda la cuenca amazónica, según investigadores de la Universidad de Leeds, en Inglaterra.
‘En la misma forma en que las capas anuales de hielo polar han sido usadas para estudiar las temperaturas del pasado, logramos ahora utilizar los anillos de crecimiento en esta especie como un archivo natural de las precipitaciones en la Amazonía’, explicaron los autores del estudio, Roel Brienen y Manuel Gloor.
Los científicos descifraron el pasado midiendo dos formas diferentes (isótopos) de oxígeno en la madera de los ocho especímenes de la especie Cedrela odorata.
En los bosques tropicales y subtropicales las variaciones de temperatura y humedad son menores, por lo que los anillos de crecimiento en los árboles son menos pronunciados que en las regiones templadas.
‘Sabíamos que algunas especies tropicales forman anillos anuales, pero lo que nos sorprendió es que sólo ocho árboles de un único sitio transmitieran tanta información no sólo sobre la lluvia en ese lugar, sino en toda la cuenca’, dijeron Brienen y Gloor.
Agua pesada
El cedro tropical es una especie con anillos muy claros y por lo tanto puede ser usado para determinar la historia cronológica del árbol, identificando cada anillo de crecimiento con un año en particular. Esta especie tiene además raíces poco profundas, que captan el agua de lluvia acumulada en la superficie del suelo, señalaron los autores del estudio.
Los científicos le explicaron a BBC Mundo que los cedros se encuentran ‘en el extremo oeste de la cuenca y por tanto los coeficientes de isótopos en la lluvia en el sitio de los árboles reflejan lo que ocurrió en todo el trayecto del vapor de agua desde el Océano Atlántico hasta el sitio de los árboles. Es una distancia muy larga, de unos 2.500 kilómetros y cubre la mayoría de la cuenca amazónica’.
El agua se evapora en la región norte tropical del Océano Atlántico y viaja desde allí sobre la cuenca amazónica hasta el sitio del estudio. Luego de ese trayecto sobre el bosque finalmente cae en forma de lluvia y es absorbida por los árboles, precisaron los investigadores.
‘La parte crucial de esta historia es que el coeficiente entre los isótopos en el agua de lluvia está influenciado por lo que sucede con el agua desde que se evapora en el océano hasta que cae en forma de lluvia varios días después. Este coeficiente entre el oxígeno 18, más pesado, y el oxígeno 16, más liviano, varía gradualmente a medida que el vapor de agua avanza en su trayectoria’.
‘Cuanto mayores sean las precipitaciones, más agua con oxígeno 18 se pierde y esto está reflejado en el coeficiente de isótopos en nuestro sitio de estudio en el oeste de la cuenca. Por lo tanto, la lluvia en ese lugar integra todo lo que sucede durante el desplazamiento del vapor de agua a lo largo de la cuenca’.
‘El agua pesada se condensa más fácilmente. Por ello, en cada precipitación, relativamente más agua pesada desaparece del vapor de agua, por lo que el vapor que luego sigue su viaje hacia el oeste contiene un poco menos de esa agua pesada. Si esto sucede una y otra vez, gradualmente más agua pesada desaparece’.
Los valores isotópicos registrados en los anillos están estrechamente relacionados con las variaciones anuales en los niveles de los ríos en la Amazonía y por tanto de la cantidad de lluvia que fluyó hacia los océanos, señalaron los investigadores.
Cerca del 17% del vertido anual de ríos en los océanos de la Tierra viene de la Amazonía. Y el ciclo hidrológico está además vinculado al ciclo de carbono en el bosque tropical, que es uno de los mayores depósitos de carbono del planeta.
‘El registro es tan sensible, que cuando vemos los anillos podemos decir exactamente de qué año se trata. Por ejemplo, el período de 1925-26, con un fenómeno de El Niño extremo, se destaca claramente’, explicaron Brienen y Gloor.
¿Pistas para el futuro?
La investigación fue comenzada por Roel Brienen. El científico quería determinar qué edad pueden alcanzar los árboles en las regiones tropicales y reconstruir sus índices de crecimiento en el pasado con el fin de evaluar la sostenibilidad del manejo de bosques en Bolivia.
‘El cedro es una especie muy valorada por su madera y sus anillos no sólo ayudan a reconstruir el clima del pasado, sino a comprender la ecología local y a evaluar la sostenibilidad de la tala de cedros en Bolivia’, le dijeron a BBC Mundo los autores del estudio.
¿Qué pueden decirnos los anillos de los cedros sobre el futuro de la Amazonía y su posible respuesta al cambio climático?
‘Estamos analizando actualmente una tendencia a largo plazo que nos intriga’, dijeron los investigadores.
‘Y podría revelar, por ejemplo, cómo está cambiando el ciclo hidrológico debido al calentamiento global. Existen indicios de que la hidrología se está intensificando, pero no estamos totalmente seguros. Si expandimos el estudio a otros sitios en la cuenca podremos indentificar la causa de estos cambios’.
El estudio fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS.


Fuente: El Nacional

3 de octubre de 2012

 

 

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