Lucha ONU contra calentamiento

12 noviembre 2007
Nueva York,  Estados Unidos (10 noviembre 2007).- El continente antártico, que con todo el rigor de su frío es el más castigado por el calentamiento global, fue el destino que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, escogió para lanzar su voz de alerta sobre un problema en ascenso.

Ban aceptó sin vacilar una invitación del gobierno chileno a la base Presidente Eduardo Frei, en la Isla Rey Jorge, a mil kilómetros del extremo sur de América, para ver los daños que comienza a causar el alza de la temperatura en los -hasta ahora- invulnerables hielos de esta vasta región, un remanso de 14 millones de kilómetros cuadrados donde la nieve y la paz son los únicos amos.

"No estoy aquí para hacer eco-turismo, estoy aquí como mensajero de todas las advertencias sobre el cambio climático", y "para observar el impacto del fenómeno, ver por mí mismo y aprender todo lo que pueda sobre lo que sucede en la Antártida y en realidad en el resto del mundo", dijo Ban tras dar sus primeros pasos en la pista aérea de la base Frei, enfundado en una chaqueta roja y azul que se calzó en el C-130 de la Fuerza Aérea Chilena.

Los expertos en ecología de Chile lo habían puesto al día, durante el viaje de dos horas y media desde la ciudad patagónica de Punta Arenas, de las tristes novedades que ofrece el derretimiento de los glaciares de la Antártida y el sur de los Andes.

La plataforma Larsen, por ejemplo, era una masa de hielo marino de 400 kilómetros cuadrados que desapareció en veinte días. Otro fatídico sitio antártico, el glaciar Hannah Point, retrocedió 120 metros, aunque se tomó varios años.

Pero un recorrido aéreo en un Twin Oter bimotor fue incluso más eficaz en el objetivo didáctico de la expedición del secretario general de la ONU. Desde las alturas observó la belleza de estas latitudes, donde miles de témpanos flotan a la deriva con el fondo salpicado de elevaciones rocosas.

Y también observó la evidencia de un mal en curso, al aterrizar sobre la resbaladiza superficie del glaciar Collins, cerca de la base Frei, que cada año se reduce diez metros de fondo y un metro de altura. Tal como sintetizó un científico que viajaba con Ban, el glaciar "pierde por todos lados".

"Todo lo que he visto es extraordinariamente hermoso, pero al mismo tiempo es inquietante", dijo Ban. "He visto el derretimiento de los glaciares. Los glaciares de la Isla Rey Jorge se han reducido un 10 por ciento recientemente. Si la comunidad internacional hace algo ahora vamos a poder detener el avance del calentamiento global".

Ban sobrevoló varias de las once bases y refugios de otros tantos países asentadas en la Isla Rey Jorge. Son pequeñas comunidades donde trabajan efectivos de la fuerza aérea, científicos, médicos y otros profesionales a cargo de los respectivos estados.

Y una de ellas es la base coreana de Sejong, que el también coreano Ban tuvo la satisfacción de visitar, después de atravesar en lancha una breve bahía que lo separaba de sus felices anfitriones.

"La Antártida es el 20 por ciento del total de la superficie de la Tierra, pero un pequeño cambio en el equilibrio de la temperatura antártica pude amplificarse varias veces en el resto del planeta".

"Tenemos los recursos, tenemos la tecnología, tenemos el dinero", dijo Ban de regreso a la base Eduardo Frei y antes de salir de nuevo hacia Chile, con los motores del C-130 rugiendo a sus espaldas. "Todo lo que falta es voluntad política. El objetivo principal de mi visita es galvanizar esa voluntad política. Necesito una respuesta política. Esta es una emergencia, y para una situación de emergencia necesitamos acciones de emergencia".

Por: AFP
Fuente: Reforma
 
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