Más argumentos para oponernos a la Supervía

05 agosto 2010

5 de agosto de 2010

Fuente: La Crónica de Hoy

Por David Gutiérrez Fuentes

Porque son razonables, porque cuentan con un amplio consentimiento ciudadano, académico, periodístico e intelectual; porque son democráticos, porque defienden el entorno ecológico capitalino de la rapacidad y porque merecen una amplia difusión, reproduzco, de manera íntegra, los argumentos en contra de la Supervía esgrimidos por ciudadanos capitalinos. Este comunicado parte de un conjunto de citas muy oportunas que Ebrard se comprometió a respetar cuando fue elegido para gobernarnos. Decía entonces el recién electo candidato:

“El espacio público de la ciudad, sus calles, avenidas, transportes, parques, su infraestructura deben constituir un patrimonio colectivo… Debemos hacer un gran esfuerzo gobierno y sociedad para lograrlo; impulsar la recuperación del espacio público para el disfrute de todos, fomentar hábitos y usos más responsables que sirvan a la conservación de los recursos; cambiar nuestros hábitos respecto de la vialidad e incluso respecto de los peatones. En resumen, la forma en que nos conducimos y convivimos debe cambiar… La movilidad en la ciudad no puede seguir priorizando al automóvil… Tenemos que lograr un uso más racional del espacio y tenemos que pensar la ciudad para nosotros y no sólo para los automóviles”.

Cuando era priista, Ebrard se opuso al referéndum ciudadano que le permitió, al cabo de los años, gobernarnos. Pero el voto que lo eligió lo obliga a respetar sus compromisos. El derecho a la ciudad, del que Ebrard ha hecho foros para tomarse la foto con académicos y funcionarios universitarios, está en flagrante contradicción con la Supervía y el autoritarismo del que hace gala para imponerla, por sus pistolas bohemios. He aquí una serie de razones para oponernos a su construcción:

“Abre la puerta a la urbanización de las áreas de conservación del sur poniente, donde aún sobreviven pueblos originarios (San Nicolás Totolapan, Magdalena Atlitic, San Jerónimo Lídice, San Bernabé Ocotepec, Santa Rosa Xochiac y San Bartolo Ameyalco).

“Este modelo de crecimiento horizontal pone en riesgo de extinción al único río vivo de la ciudad, el Magdalena, y el Bosque de Agua, donde se recarga el acuífero y se filtra el aire contaminado de la ciudad.

“Algunos legisladores sin conciencia modificaron, en complicidad, distintas leyes que allanaron el camino legal para emitir diversos decretos a modo.

“La autorización de la Secretaría del Medio Ambiente en favor de la Supervía fue comprometida a priori en el título de concesión y fue otorgada sin consulta pública, por funcionarios con conflicto de interés con la consultora contratada para hacer el estudio.

“Se trata de una obra netamente mercantil, que enajena el espacio público al privatizar el tránsito en la ciudad.

“Pone al Distrito Federal en grave riesgo financiero durante los próximos 30 años o más, otorgando en forma irregular la concesión a empresas particulares de capital nacional y extranjero, como OHL y COPRI.

“En las ciudades modernas, este tipo de obras se ha descartado para dar paso a modelos sustentables que privilegian el transporte público de calidad.

“Este proyecto pone en entredicho la presidencia del jefe de gobierno en la Asociación Mundial de Alcaldes por el Cambio Climático, de la que el Distrito Federal sería anfitrión en diciembre próximo.

“Destaca además la falta de transparencia e información oportuna y confiable que impide la indispensable participación ciudadana, así como el desdén y menosprecio a las opiniones de científicos y especialistas de reconocido prestigio nacional e internacional, adscritos a instituciones públicas y privadas, que son ajenos al gobierno y a la empresa concesionaria. Estos aspectos se robustecen con la información mediática parcial de grupos corporativos como Televisa y TV Azteca, con oficinas en Santa Fe, que se mueven por sus propios intereses. Sin embargo, privilegiamos el diálogo y las acciones legales y pacíficas, por lo que aceptamos el reto que planteó el jefe de gobierno en algunos medios de comunicación el 29 de julio de 2010 y lo emplazamos formalmente a encuentros para debatir, facilitados por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, para lograr un proyecto alternativo a la Supervía, en beneficio de los habitantes de toda la ciudad de México. En tanto se da este diálogo, exigimos al Gobierno del Distrito Federal y a las empresas OHL y COPRI que detengan cualquier actividad relacionada con la construcción de la Supervía Poniente de Cuota y que el gobierno garantice que no usará la fuerza pública para imponerla.”

Las últimas palabras del comunicado son quizá las más elocuentes de la resistencia civil al proyecto. “Sólo entonces levantaremos nuestro Plantón en La Malinche, comprometiéndonos a luchar con manos y corazones para que nuestros hijos y nietos vivan con dignidad en una ciudad justa, organizada y sustentable, con servidores públicos que representen nuestros intereses, para construir un país mejor”.

Más información en Prociudad-Procontreras y Ciudadanos en red.

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