Minera canadiense pone en riesgo a la central nuclear de Laguna Verde, advierten ambientalistas

08 septiembre 2017

07 de Septiembre 2017
Fuente: Sin Embargo
Nota: Ivette Lira

El proyecto denominado La Paila es promovido por la empresa Caballo Blanco, perteneciente a la canadiense Candelaria Mining Group, y busca desarrollarse en el municipio de Alto Lucero. Sin embargo, plantea la explotación a cielo abierto de plata, oro y otros minerales, así como el cambio de uso de suelo en terrenos forestales en 260 hectáreas, en un área de gran importancia ambiental y que ha sido reconocida a nivel nacional, así como internacionalmente, denuncian ambientalistas.

Foto tomada de Sin Embargo

Los grupos civiles alertan además del peligro que representa la cercanía geográfica, de apenas tres kilómetros, con la Estación Nucleoeléctrica Laguna Verde.

“Estamos hablando de dos actividades sumamente peligrosas en una distancia corta. Sería catastrófico para la naturaleza y para las personas. Es un asunto de seguridad nacional”, manifestó Miguel Rivas Soto, de la organización Greenpeace México.

Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).- El Gobierno mexicano y Caballo Blanco, subsidiaria de la empresa canadiense Candelaria Mining Group, podrían revivir “La Paila”, un proyecto de explotación minera a cielo abierto que fue suspendido en el año 2012 en Alto Lucero y Actopan, Veracruz, alertan organizaciones de la sociedad civil (OSC).

El proyecto pretende extraer oro, plata y otros minerales a cerca de 3 kilómetros de la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde.

Anteriormente, en 2012, la empresa Candymin, propiedad de Goldgroup, fue quien buscó llevar a cabo el proyecto, pero la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), el Consejo Consultivo de Desarrollo Sustentable, la sociedad civil y el propio Gobierno de Veracruz se pronunciaron en contra de su ejecución, por lo que la empresa decidió retirarlo.

En la actualidad, se podría cambiar el uso de suelo de más de 260 hectáreas en terrenos forestales, en una zona “de gran importancia ambiental” que ha sido reconocida a nivel nacional e internacional, por ser uno de los corredores migratorios y sitio de alta concentración de especies migratorias más importante del planeta, señaló Xavier Martínez, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), en entrevista para SinEmbargo.

Y agregó que la actividad causaría una grave devastación de la vegetación de selva baja caducifolia, donde habita una gran variedad de especies endémicas, entre ellas, los encinos tropicales.

La protección de las 265 hectáreas de valor ambiental ubicadas en los municipios de Alto Lucero y Actopan, en Veracruz, le corresponde a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), específicamente a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), dijo a este medio Miguel Rivas Soto, de la organización Greenpeace México.

Los daños que el proyecto desataría no son cosa menor: el medio ambiente y salud de las personas que viven en la periferia se verían afectados, además por la cercanía geográfica que existe con la Estación Nucleoeléctrica Laguna Verde, en caso de accidente con liberación de material radioactivo, denunció el ambientalista.

“Estamos hablando de dos actividades sumamente peligrosas en una distancia corta. Sería catastrófico para la naturaleza y para las personas. Es un asunto de seguridad nacional”, manifestó Rivas.

Los daños a la salud, explicó, se traducirían en distintos tipos de cáncer en las personas que viven en los alrededores.

“Es importante que estos dos proyectos no convivan en un espacio tan estrecho”, añadió.

La contaminación del agua sería otro de los problemas que el proyecto acarrearía. Sin embargo, el activista de Greenpeace México recriminó que en la manifestación de impacto ambiental (MIA), la empresa no especifica qué cantidad de agua utilizará ni mucho menos de dónde se obtendrá.

“La empresa necesitaría comprobar a la Semarnat que tiene concesiones de agua y que éstas no afectarán el acceso al vital líquido de las personas que viven en las comunidades aledañas”, puntualizó.

Ante este panorama, entre el 28 y 30 de agosto, miembros de las comunidades de los municipios afectados, ciudadanas y ciudadanos preocupados por la actividad minera en todo el país, así como diversas organizaciones de la sociedad civil, ingresaron alrededor de 100 solicitudes de consulta pública y de celebración de reunión pública de información.

Las solicitudes, señalaron las ONGs a través de un comunicado, se realizaron con fundamento en los derechos de las personas a un medio ambiente sano, a acceder a información pública y a participar en la toma de decisiones en el tema ambiental.

“Las organizaciones y las comunidades estamos pidiendo que se abra la consulta pública dentro de un procedimiento de evaluación de impacto ambiental que sea totalmente transparente y que dé a conocer en profundidad de qué se trata el proyecto y cuáles son los impactos que va a tener. Partimos del hecho de que el instrumento de consulta sirva para que la comunidad se exprese y que no sea una imposición por parte del Gobierno”, indicó Rivas.

¿EN QUÉ CONSISTE LA MINERÍA A CIELO ABIERTO?

Recientemente, Fernando Pérez Correa, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que en diversos países alrededor del mundo se han establecido reglas para la explotación de las minas, que tienen que ver precisamente con la protección del medio ambiente.

“En toda la Unión Europea está prohibida la explotación en minas abiertas. En todos los países civilizados está prohibida, en México no. ¿Por qué? Pues porque es un motivo de  orgullo para el Gobierno federal”, rechazó.

Sin embargo, criticó, “nosotros somos uno de los pocos países que siguen manteniendo una línea bárbara en la autorización de las formas de explotación de la minería”.

Y sí, el artículo sexto de la Ley Minera favorece a la minería, incluso la considera “preponderante” frente a cualquier otra actividad,  ya sea agricultura, ganadería, silvicultura, entre otras.

La minería de explotación a cielo abierto, dijo, se vale del uso masivo del cianuro, el cual contamina aguas y suelos.

“Es un sistema relativamente barato que consiste en desprender de la capa de la tierra el material orgánico y permitir la emergencia de la piedra. El cianuro cuenta con la propiedad de separar los metales de la tierra. Con el cianuro se produce la localización de los minerales convenientes de manera más sencilla”, agregó.

Canadá, manifestó, tiene un gran nivel de explotación, pero en tierras ajenas como son las mexicanas, donde se encuentra operando 578 proyectos.

“Los canadienses han encontrado que México es un paraíso admirable para la explotación y son explotadores de una parte del sector minero mexicano. Aquí usan ese procedimiento (minería a cielo abierto) sin ninguna restricción”, comentó.

Lo anterior a pesar de que los efectos tardan siglos en aminorarse. “Los daños que producen son a nivel ambiental de manera permanente. La minería a cielo abierto provoca un desastre”, concluyó.

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