Monterrey VI y Proyecto Tamesí

15 octubre 2010

15 de octubre de 2010
Fuente: Milenio
Nota de Pedro Elizalde

El hidrólogo regio Jaime Leal Díaz hace una advertencia oportuna sobre la eventual solución del abasto de agua para la zona metropolitana de Monterrey, con la autorización de la CNA al gobierno de Nuevo León, para el trasvase de agua del río Pánuco mediante un acueducto a un punto intermedio en la ciudad de Linares.

Leal Díaz pide que la autoridad defina específicamente cuál será el uso del agua, porque augura que una garantía de abasto para 50 años podría propiciar una crecimiento desmedido de la ya de por si enorme mancha urbana que conforma la región conurbada alrededor de la capital neoleonesa.

Si le hacen caso o no al especialista en materia de hidrología es cosa de los regios y sus autoridades, lo que sí hay que subrayar es la pronta solución de un proyecto que busca remediar una problemática. Para ello hay un vencedor, y éste es un gobierno que pudo alzar las negociaciones con la Conagua hasta el punto de conseguir el permiso para sacar el agua del río Pánuco.

Lo siguiente es la obtención de los recursos, pero eso no debe significar problema alguno entre una comunidad empresarial comprometida con su gente, amén del aporte de presupuesto federal que también presumen haber logrado.

Varios kilómetros al sureste, la polémica es generalizada sobre este tema en particular. Grupos sociales del norte de Veracruz alistan manifestaciones contra lo que dicen puede generar mayores problemas que el solo hecho de llevarse el agua.

Ambientalistas de la zona endurecen sus opiniones y hasta el diputado federal José Rábago pide una explicación a la CNA sobre los saldos para Tamaulipas por el mentado trasvase.

Pero en vez de sólo ver el árbol por qué no se mira todo el bosque, porque si Nuevo León consiguió el permiso para llevarse el agua, y hasta lograr recursos federales para su problemática de agua, acá nadie ha reclamado enérgicamente la caída del Proyecto Tamesí, obra tan llevada y traída en los últimos años y que finalmente terminó por ser mera demagogia, en la que el villano preferido es la federación y su dependencia encargada de la administración de las aguas nacionales. Total que lo que en otro lado es realidad, acá terminó siendo en otra promesa de las varias quedaron en eso precisamente.