Los sistemas de saneamiento son otra parte fundamental del ciclo integral del agua, pues forman el lugar en el que las aguas residuales son gestionadas, desde el punto de generación hasta el punto de uso o disposición final.
La tecnología también jugará un papel clave en estas redes en 2024, no solo para garantizar el correcto funcionamiento de las mismas, sino también para responder a eventos extremos e incluso para controlar la propagación de enfermedades.