Océanos bajo amenaza

08 junio 2017

08 de Junio 2017
Fuente: Noroeste
Nota: David D. Esquivel

De acuerdo con investigaciones recientes, plásticos de tamaño minúsculo que se encuentran en objetos de la vida cotidiana podrían ser un gran peligro para el medio ambiente.

Foto: Verenice Peraza

La ciencia y la tecnología han traído un sinnúmero de beneficios para los seres humanos. Cada vez más artículos de uso cotidiano tienen detrás de sí años de investigación y desarrollo que hacen que cosas tan aparentemente sencillas como unos lentes de sol o una camiseta, nos brinden prestaciones antes inimaginables, como proteger nuestros ojos de los rayos UV y darnos una visión nítida o controlar la temperatura corporal y el sudor. Detrás de cada una de estas fabulosas novedades de la vida moderna está la industria que se encarga de crearlas. Vivimos en una época en la que los bienes son cada vez más fugaces y es poco probable que alguien esté dispuesto a renovar una prenda ropa o llevar un par de zapatos para que les pongan nuevas suelas. En lugar de eso tiramos lo viejo y vamos rápidamente a comprar lo se nos ofrece como “lo último”. Materiales orgánicos como la madera y las fibras vegetales son cada vez más raros en los productos de uso cotidiano y han sido sustituidos por plásticos que son más baratos. Es indudable que el gasto y el consumo son los motores del sistema económico en el que vivimos pero si pensamos en los siete mil quinientos millones de habitantes en la tierra comprando, usando y desechando a un ritmo sostenido entonces nos topamos con una situación altamente riesgosa.

Federico Páez Osuna es un científico sinaloense que lleva años estudiando la contaminación en distintos cuerpos de agua como ríos, lagos, lagunas y océanos. Es profesor investigador en el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, con sede en Mazatlán. Entre los temas que trabaja en el curso de Contaminación marina, se encuentra el impacto de los plásticos en el mar y en las distintas formas de vida que ahí habitan.

El plástico es uno de los principales desechos que los seres humanos arrojamos al mar de distintas formas. Por lo regular cuando pensamos en plásticos que contaminan la primera imagen que se nos viene a la cabeza son las botellas de bebidas o los soportes de las latas de cerveza que afectan a peces, aves y mamíferos, pero como explica Páez Osuna, los plásticos que contaminan el mar se encuentran en una variedad de productos que usamos en la vida cotidiana y que, a primera vista, parecerían inofensivos. Para conocer más sobre la contaminación por plásticos que no se ven pero que afectan de manera importante la vida en los mares, entrevistamos al doctor Páez sobre los microplásticos…

¿Qué son los microplásticos y cómo se descubrieron?
De acuerdo a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) son aquellos plásticos cuyo tamaño es menor a 5 milímetros, y según el Grupo Mixto de Expertos sobre los Aspectos Científicos de la Protección del Medio Marino de la UNESCO (GESAMP) son aquellos cuyo tamaño oscila entre 1 y 1000 micras, o bien entre 0.001 y 1 milímetros. Luego están los nanoplásticos cuyo tamaño es menor a 1 micra que es la millonésima parte de un milímetro.

¿Cómo llegan al mar?
Llegan esencialmente por dos rutas, los escurrimientos y el viento, sobre todo cuando se trata de partículas de menos de 5 mm. Este tipo de partículas suelen encontrarse en los lugares más poblados y urbanizados del mundo, aquellos en los que la industria manufacturera tiene más auge, como en la región de Asia, Europa y norteamérica. Muchos de estos plásticos se emplean como medio o base de los productos de belleza como los exfoliantes para el cuidado personal. Estos son los llamados microplásticos primarios, luego están los que se derivan de la fragmentacion de restos de plástico más grandes que poco a poco son afectados por el agua del mar, oleaje, corrientes y el viento y producen los microplásticos secundarios. Lo más frecuente, según estudios recientes, son los microplásticos secundarios que se desprenden de la ropa al lavarse. Los microplásticos son arrastrados por el agua de desecho del lavado y terminan en las aguas costeras del mundo.

 ¿Qué impacto tienen en los ecosistemas?
El impacto más conocido es que dichas partículas son ingeridas por los organismos, principalmente por aves y peces, sobretodo por larvas de peces, y provocan una obstrucción del canal alimenticio causándoles luego la muerte. Sin embargo, la mayor preocupación de los colegas científicos que han analizado el tema son los aditivos que se añaden a los plásticos (estabilizadores, plastificantes, y retardantes de flama), o bien los compuestos orgánicos persistentes que puedan estar presentes en el agua de mar y que son ad/absorbidos por los microplásticos. No se sabe exactamente qué efectos pudieran provocar estos materiales en las plantas y animales pero no se espera que sea algo favorable.

¿Por qué los microplásticos son diferentes a las botellas y a otros objetos de plástico que arrojamos al mar?
Entre un 60 y 80 por ciento de la basura que se arroja al mar está constituida por materiales de plástico. Se estima que una persona en promedio vierte 0.75 kg de basura por día cuando está a bordo de un bote. Los tipos de plástico más comunes usados y por tanto desechados en el mundo son: el polietileno de alta y baja densidad (38 por ciento), el polipropileno (24 por ciento), el cloruro de polivinilo (19 por ciento), el poliester termoplástico o PET (7 por ciento), el poliestireno (6 por ciento), el nylon (menos de 3 por ciento), y el acetato de celulosa con el que se fabrican las colillas de cigarros. Estos plásticos se encuentran en una gran variedad de artículos como juguetes, envolturas, vasos, botellas, hilos, tapas, utensilios de plástico, cajas, redes, etc. En años recientes, esto se ha incrementado y su empleo se ha extendido a las prendas de vestir y a la agricultura, por lo que la demanda mundial de plásticos ha venido creciendo año con año, en el 2014 se produjeron en el mundo 311 millones de toneladas métricas, siendo China el primer productor y consumidor global con el 26 por ciento del total.

¿En qué objetos de uso cotidiano se encuentran los microplásticos?
La gama de objetos es inmensa, solo hay que voltear a la casa, a nuestra cocina, nuestro cuarto, o al lugar donde trabajamos, estamos siempre en contacto con algún objeto de plástico. La tendencia va a la alza por las ventajas que ofrece este material (durable, barato, flexible, etc.), sin embargo, ambientalmente no parece ser idóneo, por lo que sería importante plantearnos sustituirlo en algunos usos, aunque ello implique costos.

¿Qué se puede hacer para evitar que la contaminación por microplásticos?
Estar informados al respecto, seguramente en los próximos años la ciencia podrá demostrar que el empleo masivo de los plásticos no es amigable con el medio ambiente, por lo que tendremos que regresar a la celulosa (papel, cartón y vidrio) sustituyendo parcial o totalmente al plástico. Sin embargo, se va a tener que demostrar primero los impactos que los plásticos ocasionan para que la sociedad, empresarios y autoridades tomen las acciones pertinentes.
Un ejemplo de acciones simples que ayudaría al medio ambiente sería que si vas a comprar fruta o jugo natural en la calle o un establecimiento, lleves un recipiente limpio, en lugar de que te sirvan en un vaso desechable o una bolsa desechable que luego arrojas a la basura, otro ejemplo, es emplear bolsas de ixtle resistente para trasladar nuestras compras que hacemos del mercado o del “super”, como se hacía antes. Algo tan simple, toma agua y otras bebidas en recipientes de vidrio, este es un material más amigable para el medio ambiente y para nuestra salud.

¿Cuáles son los peligros de una contaminación que “no se ve”?
Los microplásticos y nanoplásticos no se ven por su tamaño tan pequeño, el peligro es que estamos en contacto continuo con ellos, los respiramos como polvo, dormimos con objetos de poliestireno, polietileno o polipropileno que podrían estar liberando partículas pequeñas que pueden ser ingeridas en la comida o incluso en el agua que bebemos. No sabemos bien todavía que efectos nos pueden provocar en nuestra salud, por tanto, si puedes, evita estar en contacto con materiales plástico “en mal estado” al dormir, trabajar o comer. No se ven los microplásticos y al parecer vamos a estar cada vez más en contacto con ellos. La nueva generación son aquellos relacionados con las prendas de vestir hechas con materiales sintéticos y los productos de belleza que llevan una base exfoliante. No se trata de vivir alarmados, pero la información que nos aporta la ciencia nos permiten tomar mejores decisiones a la hora de producir, transportar y consumir algún producto

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