ODM 2015: ¿Cómo estamos? ¿Cómo vamos? ¿Y después?

26 noviembre 2013

¿Cómo estamos?

Como muchos de ustedes saben, las metas establecidas para el sector son reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas sin acceso a fuentes seguras de agua potable y a saneamiento mejorado, tomando 1990 como año base. Los datos correspondientes al año 2011 muestran que ALyC ha superado levemente la meta de 93% de acceso a fuentes seguras de agua potable. En el caso de saneamiento, la cobertura en la región alcanza a 82%, siendo la meta al 2015 de 84%. Las coberturas alcanzadas implican que aún quedan en la región más de 34 millones de personas sin acceso a fuentes seguras de agua potable y casi 110 millones de personas sin acceso a saneamiento mejorado. De los países miembros del Banco, 9 ya habían alcanzado en 2011 sus metas en agua segura y saneamiento mejorado, mientras que 6 lo habían hecho solo en agua y otros 2 solo en saneamiento.

¿Cómo vamos? 

Se observa una desaceleración en los aumentos de los índices de cobertura de la región. En el caso del agua, la tasa anual de incremento de población con acceso ha decrecido desde 2,3% en el quinquenio 1990-1995 a un 1,6% para el período 2005-2011. Para mantener el cumplimiento de la meta de agua, la cantidad total de personas que deberán incorporarse al acceso a fuentes seguras de agua potable entre los años 2011 y 2015 asciende a unos 15,5 millones (3,8 millones anuales). En el caso del saneamiento, de tasas de crecimiento del 2,9% y 2,6% anuales en los noventa, se ha llegado a niveles del 1,8% anual en el último período registrado. Si se mantuviese esta tasa de crecimiento anual la región no estaría alcanzando la meta en saneamiento al año 2015. La cantidad total de personas que se deberían incorporar entre 2011 y 2015 para alcanzar la meta asciende a 37,9 millones (9,5 millones anuales).

En cuanto a la situación de los países miembros del Banco, de acuerdo a la evolución histórica anual de los niveles de coberturas informados por OMS y UNICEF, 10 de los 26 países no alcanzarían su meta en agua segura de continuar creciendo a la tasa anual presentada en el periodo 2005-2011, aunque 6 de ellos ya poseían coberturas iguales o superiores al 92% en 2011. En saneamiento, 14 países se encontraban al 2011 fuera de la senda de crecimiento requerida para llegar a 2015 con la meta cumplida. Un resumen de la situación en la que se encuentran los distintos países se puede observar en el siguiente cuadro:

De acuerdo a nuestras estimaciones, el costo de la inversión requerida en el período 2011-2015 para alcanzar los ODM asciende a los 3,4 MM de dólares en agua segura (864 M de dólares anuales) y 9,9 MM de dólares en saneamiento mejorado (2,5 MM de dólares anuales), totalizando casi 13,3 MM de dólares (3,3 MM anuales de dólares). Las cifras señaladas no incluyen inversiones para reponer la infraestructura existente, disposición y tratamiento de aguas residuales, ni costos de mantenimiento y operación. El estudio por países muestra distintas realidades. En Haití, los montos de inversión necesarios representan el 5.6% de su Producto Interno Bruto (PIB) del año 2011, o lo que es lo mismo 20 días de PIB, por lo que se infiere la dificultad que enfrenta para la consecución del objetivo.

¿Y después?

El sueño de la universalización del servicio siempre se encuentra presente, pero también se están analizando otros objetivos interesantes. OMS y UNICEF convocaron en 2011 a una consulta mundial para formular nuevas metas relativas al agua, el saneamiento y la higiene (WASH, por sus siglas en inglés) para después de 2015. Luego de varios intercambios, de los que el BID formó parte, recientemente se establecieron una serie de principios fundamentales y metas para 2025, 2030 y 2040, que incluyen algunos aspectos analizados en la nota que publicamos recientemente.

El primer principio fundamental acordado es reducir las desigualdades, entre ricos y pobres, zonas urbanas y rurales, asentamientos marginales y asentamientos urbanos formales, entre otros. En América Latina y El Caribe aún existe una brecha importante entre el acceso en zonas urbanas y rurales, alcanzando los 15 puntos básicos porcentuales (pbp) en lo que refiere a fuentes mejoradas de agua potable (97% vs 82%), y 24 pbp en saneamiento mejorado (87% vs 63%). En 2011, el 65,5 por ciento de la población de los países que no poseían acceso a fuentes mejoradas de agua potable, vivían en zonas rurales. Aun cuando el proceso migratorio a la ciudad redujo en forma relativa y absoluta la población rural de la región desde 1990 a 2011, cuatro de cada diez personas que no poseían acceso a saneamiento mejorado en 2011 y el 72 por ciento de los latinoamericanos que defecaban al aire libre vivían en zonas rurales.

Otro principio fundamental se refiere a los niveles de servicio. Una de las metas acordadas se refiere a la universalización del acceso a servicio básico de agua potable para 2030, pero también se establece como meta para el 2040 reducir a la mitad la proporción de la población que no usa un servicio intermedio de agua potable, que incluye la provisión de agua por tubería. La cobertura en América Latina ha aumentado de un 72% en 1990 a un 88% en 2011, habiendo superado por dos puntos porcentuales lo que hubiera sido su meta al 2015. De 24 países miembros del Banco, 8 países no se encontraban incrementando sus niveles de cobertura de agua por tubería a los niveles requeridos.

Finalmente, dejo algunas consideraciones sobre la meta No 1 acordada para después del 2015: “Para 2025 nadie practica la defecación al aire libre”. Al año 2011, casi 22 millones de personas continuaban practicando defecación al aire libre en América Latina y el Caribe. Si bien la cantidad mencionada es menos de un tercio de la registrada en 1990, varios países continuaban presentando niveles absolutos y relativos alarmantes al 2011: 7 millones de brasileros y una gran proporción de la población de Haití, Bolivia y Nicaragua (porcentajes iguales o mayores a dos dígitos) defecaban al aire libre.


26 de noviembre de 2013

Fuente: iAgua.es / Artículo escrito por Martin Soulier, analista de agua, saneamiento y residuos sólidos en el Banco interamericano de Desarrollo (BID).

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