Valle de Bravo, Estado de México  (16 julio 2012).- Para Esther Carrillo, representante de los servicios turísticos vallesanos y gerente del club náutico Marinazul, las aguas residuales que se descargan directamente a la Presa Miguel Alemán, que pertenece al Sistema Cutzamala o a sus afluentes, contaminan más el agua que las embarcaciones de motor o combustión interna.

José Luis Luege, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), expresó que para la recuperación del embalse y para procurar la salubridad del agua que llega a 5.5 millones de habitantes del Valle de Toluca y México, en unos cinco años el vaso lacustre sólo deberá ser utilizado para veleo y remo, por lo que se descartarían embarcaciones de motor o combustión interna.

Incluso, planteó una renovación de las embarcaciones para paseos turísticos, de motores de combustión a eléctricos.

“Nosotros estamos totalmente de acuerdo, la población vallesana en no contaminar, esa es nuestra prioridad, y si los motores contaminan estaríamos de acuerdo que se tiene que certificar que contaminen.

“Ya hay motores muy eficientes que no contaminan, pero no es equiparable la contaminación de un motor, no es equiparable a la de una descarga de aguas negras, no hay punto de comparación”, afirmó Carrillo.

Alberto Dana, presidente del Patronato Pro Valle de Bravo, añadió que la captación y separación aguas pluviales y el tratamiento de aguas negras deben de impulsarse para evitar que las presas del Sistema Cutzamala se sequen.

“Las acciones que está realizando la Conagua no son para limpiar el lago ni las descargas residuales, las acciones de Conagua son para una emergencia debido a que no se limpió el lago ni las descargas y claro, llegó una situación de emergencia”, expresó.

Dana afirmó que la falta de funcionamiento adecuado de la planta de tratamiento que administra la Conagua, las descargas de los ríos Amanalco y González, así como la construcción sin planeación de zonas habitacionales, han generado que las descargas no tengan el manejo adecuado, lo que contamina el agua de la presa.

“En Avándaro tiene una planta de tratamiento desde hace 15 o 20 años, pero que desde hace mucho tiempo no funciona porque no se le dio el mantenimiento, entonces qué sucede: que todas esas aguas negras de Avándaro se van a los ríos uno de ellos, el González, que es el que pasa por una cascada muy bonita que es Velo de Novia, que se va directamente al lago también y si a eso agregamos las descargas directas de rastro y de hoteles, en fin entonces es la suma de todo eso”, describió.

De acuerdo con la Conagua se han detectado al menos 60 puntos de descargas de aguas insalubres, tanto de rastros, granjas, hoteles y particulares como de una cárcel municipal que contaminan el lago de Valle de Bravo, que abastece de agua a parte de la Ciudad de México.